Ya hemos comentado sobre las competencias de un emprendedor, encontrando dentro de estas una de las más importantes: el liderazgo, la cual desarrollamos en esta cuarta entrega de nuestras “clases para emprender“.

El liderazgo se puede entender como la competencia que le permite al emprendedor (o a cualquier persona en general)  lograr que otros le sigan, es decir, influir de tal manera sobre otras personas, que logre obtener resultados específicos de estos para el cumplimiento de metas propuestas por el líder.

Como toda competencia, la misma se compone de elementos como las habilidades y destrezas (es decir, aquellas cosas que son necesarias que el líder sepa o tenga capacidades sobre la media para hacer y que normalmente son innatas en el mismo), actitudes y valores (es decir, se refiere a las decisiones en las conductas de las personas y en las creencias sobre lo bueno, lo malo, y la visión de la vida) y conocimientos (sobre lo que estudia o sabe la persona, que le permite mejorar los dos primeros componentes), siendo las necesarias para el liderazgo, las siguientes:

Dentro de las habilidades y destrezas que una persona que debe tener para lograr ser líder tenemos:

1. Capacidad de expresión: no es sólo capacidad de transmitir un mensaje, que en general todos los humanos la tenemos, bien sea oral, escrita o gestual, sino a la de hacerse entender por el público al cual va dirigido. Es decir, lograr transmitir sus ideas principales, a diversos públicos: empleados, clientes, proveedores, inversionistas, etc. 

2. Capacidad de Persuasión: Es el uso de la expresión (de la primera capacidad) para lograr obtener cambios en el oyente o publico al cual va dirigido  es decir, lograr atraerlos a una nueva idea, opinión, acción o negocio. No basta sólo que entiendan o les llegue el mensaje, sino en lograr que lo asuman como propio.

3. Capacidad de Socialización: Si no le gusta trabajar con personas, no puede ser líder, ya que el líder normalmente está rodeado de adeptos, socios, asesores, empleados, colaboradores, entre otros grupos de personas. Esta capacidad es principalmente la de disfrutar literalmente del “tacto” con diversos grupos de personas, lo que puede dar la sensación de quien lo conoce de “cercanía“. Un líder camina junto a los demás, y no en el caballo a leguas de distancia (claro, este es el principio  no necesariamente se mantiene luego de obtenido el poder o meta propuesta).

4. Capacidad de Selección: Ningún líder puede sólo realizar sus metas, requiere del trabajo en equipo y de un grupo de personas que puedan cumplir las responsabilidades asignadas, para ello, debe tener la posibilidad de evaluar de forma correcta las capacidades de las personas que lo rodean, para escoger a los más aptos en cargos específicos según sus mejores facultades. Por supuesto, eso implica que también debe evaluar sus desempeños, y retirarlos en caso de no ser competentes para la actividad o premiarlos y ascenderlos en caso de serlo. Mientras más competentes sean los que rodean a un líder, mejor será su desempeño.

5. Capacidad de Decisión: La realidad va obligando a ir escogiendo entre las diversas alternativas que se van presentando en el largo camino de obtener los resultados o metas trazadas por el líder, por ello, este debe poder tomarlas a partir de una visión u objetivo a más largo plazo. Ello implica asumir la responsabilidad de las mismas, aunque estas sean impopulares o no comprendidas en un momento dado. Y mantenerse como un “ejército de un sólo soldado” alguna que otra vez, también conocido como la soledad del poder (la toma de estas decisiones responde sólo a él, aunque pueda asesorarse, es él el único responsable de su escogencia sobre otra).

6. Capacidad de Rectificación: Igualmente, entender que se tiene limitaciones, que se es falible, le permite al líder la característica de flexibilidad (no confundir con genuflexión), que implica en aceptar sus errores, tomar nuevas decisiones y cambiar las anteriores. Esto permite obtener mejores resultados.

Dentro de las actitudes y valores que requiere desarrollar una persona que aspire ser líder, tenemos:

1. Visión Positiva u Optimismo: La forma de ver la vida, como oportunidades (o problemas) que se pueden ir resolviendo (o te irán hundiendo), es parte imprescindible de un liderazgo. Trate usted de recordar la última vez que siguió a alguien de forma gustosa, cuya visión no fuera positiva o que diera la percepción de que se pudiera lograr la meta, y verá que difícilmente alguien que expresa una visión negativa o de imposibilidad lograr algo tendrá muchos seguidores. Incluso  quien vende calamidades, normalmente presenta una posibilidad de “salvación” o de lograr superarlas, bajo su guía  por supuesto.

2. Empatía: Consiste en lograr intuir las sensaciones o aspiraciones de otros, es decir, en la posibilidad de sentir o comprender los sentimientos de los demás, por medio de colocarse en su propia situación (de forma hipotética, claro está), lo cual permite sentir valorados a estos, o por lo menos, entendidos. Nada más nocivo, que un líder se desconecte afectivamente de la realidad de sus seguidores.

3. Motivación: En esta es necesario comprender dos aspectos, la necesaria motivación intrínseca que deriva del propio sujeto, para mantenerse enfocado en lograr una meta, por la satisfacción que lograrla le dará, aunque esta recompensa sea a mediano o largo plazo, también llamado como “automotivación” o “motivación personal“. Se busca la meta porque te hará sentir mejor (cumplir con un deber o con algo que uno sabe está bien o es lo correcto, por ejemplo), pero no porque se logrará obtener algo diferente a la satisfacción personal. Un líder debe ser capaz de mantenerse motivado, ya que desde dicha condición podrá con mayor facilidad lograr motivar a otros, esto es, en crear razones para obtener recompensas internas de lograr algunas metas. También se puede motivar por medio de una razón extrínseca, es decir, lograr un premio, una recompensa, un salario, o evitar un castigo, pero a la larga, este sistema de liderazgo es insostenible (ya que se tendrá que aumentar cada vez más las recompensas o los castigos).

4. Disciplina: Un líder debe mantener no sólo la motivación, como chispa que inicia un accionar o un obrar, sino la constancia que garantiza que una vez comenzado no se detenga de manera inercial. No es sólo empezar, es continuar hasta conseguir la meta, y esto sólo se puede lograr con disciplina, que no es más continuar haciendo lo que sabemos hay que realizar, hasta lograrlo.

5. Responsabilidad: Dentro de las capacidades, una de estas era la toma de decisiones y otra la rectificación, ambas tienen una base fundacional en entender las consecuencias de las acciones (o discursos) seleccionados y aceptarlas o por lo menos visualizarla, ya que fueron pensadas anteriormente o en su tamaño justo. Quien no es capaz de hacerse responsable (entender que los resultados se debe a sus propios decisiones) no es apto para ser líder.

6. Aprendizaje: Un líder debe ser lo suficientemente abierto a escuchar y absorber lo que las experiencias vividas pueden aportarle  O lo que un asesor puede enseñarle. Un líder que no tiene el valor del aprendizaje dentro de sus cuadros de valores, no podrá progresar ni mejorar. Habrá llegado al tope de su capacidad actual, y de allí, si no se puede seguir ascendiendo o mejorando, sólo quedan dos vías: mantenerse en el mismo sitio o descender. Por lo cual, puede ser una estrella fugaz su liderazgo.

Dentro del conocer, podemos destacar la necesaria lectura de algunos clásicos sobre los principios del liderazgo, sobre las habilidades del líder, sobre las frases sobre liderazgo, biografías de otros líderes, entre otros contenidos necesarios que lee para lograr mejorar sus rasgos, habilidades y valores como líder emprendedor.

No todos los liderazgos son iguales, por ello, publicaremos una clasificación de los distintos tipos de lideres que podemos encontrar.

Autor Fernando Fuentes Pinzón –  www.emprendovenezuela.net –@emprendovzla

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