por Maria Lopez Herranz y Silvia Curbelo

Recuerdo una presentación a un cliente a la que asistí siendo ejecutiva de cuentas de una Agencia de Publicidad. Acostumbrada hasta entonces a que el consejero delegado presentara y yo a quedarme calladita tomando nota, recibí una gran sorpresa (y susto) cuando un segundo antes de que entrara el cliente me dijo que ese día el documento lo presentaba yo. En un primer momento me temblaron las piernas y se me aceleró el corazón, pero luego no me quedó otra opción que tirarme a la piscina y empezar a contarlo.

Cuando todo acabó y ya pude respirar tranquila, lo primero que hizo fue darme la enhorabuena por lo bien que lo había hecho y me hizo varios comentarios positivos sobre cómo había transcurrido la reunión, dónde había estado mejor  mi intervención, etc.

Gracias a ese día y sobre todo a esa oportunidad dejé de ser la ejecutiva que toma nota, a tener una participación mucho más activa y gratificante.

Ante todo fue capaz de demostrarme su confianza y creer que yo podía hacerlo. Y si él confiaba en mí yo tenía que hacerlo de la mejor manera posible. Y la segunda fue darme feedback positivo lo que hizo que aumentara de forma considerable mi autoestima. Seguro que tenía también aspectos negativos para comentar, pero ese día eligió que sólo me quedara con lo bueno. Gracias Jaume.

El concepto de feedback (retroalimentación) es aquel a través del cual recibimos información u opinión sobre algo que hemos dicho o hecho y que usado de forma adecuada se convierte en un arma de desarrollo personal y profesional.

El feedback es un regalo, es una herramienta de aprendizaje que nos permite aprender de lo que desconocemos. Está demostrado que recibir feedback frecuente aumenta el rendimiento de las personas, además de ser considerada una de las maneras más eficaces de retener el talento humano en las organizaciones.

El feedback positivo es una herramienta muy potente de aprendizaje que sirve para reforzar las habilidades y motivación de la persona que las recibe. Es una forma de  agradecer y aprobar su labor como colaborador, su esfuerzo y dedicación. De reconocer su bienhacer, lo que incrementa su propia confianza y proactividad.

Por parte de los directivos, muchas veces puede existir el temor de que al “felicitar” a su colaborador queda en una situación de desventaja, de vulnerabilidad. Que lo deja expuesto frente al otro, situación que puede volverse en contra más adelante. En coaching creemos justamente lo contrario, el feedback positivo tiene un impacto enorme en las relaciones interpersonales. Cuanto más vulnerables nos mostramos más cerca estamos de los demás.

¿Qué debemos de tener en cuenta a la hora de dar feedback?

–    Hacerlo a menudo
–    Hablar del balón, no del jugador
–    Frente a cada feedback negativo deberíamos de dar tres positivos, empezando y acabando por estos últimos.
–    Hablar de futuro, no del pasado.
–    Centrarse en las soluciones, no en los problemas.
–    El negativo en privado, el positivo también en público

Cuando no damos feedback nos quedamos con algo del otro, no le estamos dando la oportunidad de cambiar y crecer.
Sin embargo sigue siendo un reto para los directivos, por lo que estas habilidades se pueden desarrollar a través del coaching ejecutivo.

Fuente http://www.zoomnews.es/98767/espacio-coaching/importancia-dar-feedback-positivo-empresa

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