Siempre se dice que el mayor problema que una empresa familiar se va a encontrar en su vida va a ser la sucesión. Y no podemos estar más de acuerdo ya que por la misma naturaleza de la propiedad de la empresa, se ponen de manifiesto un mayor número de puntos de conflictos que los meramente relacionados con la realidad económico-empresarial, como son todos los aspectos familiares y emocionales.
Este problema aparece con mayor crudeza en la primera sucesión, normalmente en la sucesión del fundador de la empresa. Este momento es crucial para la supervivencia de la empresa ya que si no se ha sabido/podido abordar adecuadamente, los conflictos pueden llegar a ser destructivos. No obstante, los potenciales conflictos pueden surgir en cualquier momento por la concurrencia de los intereses que afectan a las partes intervinientes en la empresa familiar: empresa, propiedad y familia.
Por tanto, es necesario que el empresario, en el caso de empresas familiares, sea consciente de esta situación, y sea el quien lidere el proceso de establecimiento de las reglas del juego entre las tres partes, antes de que pueda aparecer el conflicto.
Debe tenerse en cuenta a todos los posibles afectados y cuál debe ser su papel en el mismo, especialmente en el caso de la sucesión. De esta forma:
Una de las mejores formas para conseguir que este proceso sea ordenado y planificado, es la existencia de un Protocolo Familiar. Es cierto que este Protocolo no va a ser la panacea que evite los conflictos, pero si va a marcar las reglas consensuadas para que los conflictos se desarrollen y se resuelvan, afectando lo menos posible en la marcha de la empresa.
Los objetivos del Protocolo Familiar son, básicamente:
El Protocolo Familiar, con carácter general, debe contemplar los siguientes puntos:
El Protocolo Familiar debe ser consensuado y firmado por todos los accionistas, tanto presentes como futuros, pertenecientes a la familia. En esta aceptación voluntaria y unánime de todos los firmantes es donde reside su principal fuerza vinculante.
Un elemento a resaltar es que no es un documento estático y por eso, el punto de “Mecanismos de revisión y modificación” es de crucial importancia, ya que debe revisarse periódicamente y modificarse de acuerdo a la evolución de las personas que integran la familia.
Las fases básicas para la elaboración del Protocolo Familiar son:
En este proceso, es muy recomendable que se vea acompañado por un Asesor Externo que asuma la posición de mediador, con una actitud de neutralidad, y para que se asegure de que se abordan todos los temas necesarios, sin evitar ninguno por espinoso que sea, y ayude a gestionar los conflictos que surgirán en el proceso. También está en su mano asesorar a la empresa y a la familia en todos aquellos aspectos que puedan tener incidencia en el proceso tales como reestructuraciones, modificaciones societarias, etc.
El Asesor Externo no sustituye la toma de decisiones por parte de la familia, sino que presenta las posibles alternativas, con sus ventajas e inconvenientes, y plantea sus recomendaciones de acuerdo a los objetivos del Protocolo Familiar.
Como hemos dicho anteriormente, el Protocolo Familiar por sí solo no resuelve todos los problemas de la empresa familiar, pero su existencia ya establece un marco de resolución que puede ayudar, y mucho, a prevenir y encauzar los conflictos que se puedan dar en la empresa y en la familia en relación con ésta.
Fuente http://www.qhana.es/blog
[…] La sucesión en la empresa familiar: Protocolo Familiar […]
El Crecimiento y La continuidad de las empresas, esta sujeta el entendimiento de la primera generación a sus descendientes, identificando los que tienen apego a la empresa.
ME INTERESA EL TEMA DE EMPRESA FAMILIAR
Buenas noches !
Muchas gracias ! Tienes muchos articulos en la biblioteca del blog. Si no los encuentras.. me avisas por este medio o por mail a jcvalda@grandespymes.com.ar?
JC