Por Alberto Conti

Dicen que si alguna vez en la historia existió un hombre que de verdad supo perdonar a alguien, ese fue Tomás Edison, el inventor de la bombilla eléctrica. Como sabrás, después de  muchos intentos fallidos, por fin había logrado producir la famosa bombilla perfecta, el resultado final de cientos de pruebas.  Era la primera bombilla eléctrica que se había hecho jamás!!! Y Edison se sentía sumamente orgulloso y feliz. Durante años había soñado con aquel momento!

“Llévala arriba, Jimmy!”, dijo entregándosela a su asistente Jimmy Price. De repente se escuchó que algo se rompía, y al volverse, Edison vio su preciada bombilla hecha trizas en el suelo. A Jimmy se le había resbalado de los dedos!. Edison no dijo palabra alguna, pero es de imaginarse lo que pensaría. Regresó a su mesa de trabajo y se puso a hacer otra bombilla.

Pasaron varios días hasta que por fin estuvo lista la segunda bombilla. Allí estaba sobre la mesa sobre su inventor. Totalmente terminada. Entonces, Edison hizo algo muy importante en señal de que había perdonado a su aprendiz, por haber roto su primera bombilla. Con una sonrisa, le entregó la bombilla a Jimmy. “Ten más cuidado de esta vez“, le dijo. Y así le dio al muchacho otra oportunidad. Jimmy no rompió aquella bombilla, y así es que ahora tenemos millones de ellas por todo el mundo.

Edison fue un grandioso hombre, dotado de un genio y una inteligencia tales que superaban cualquier expectativa humana. Pero lo más destacado de la vida de este hombre era que tenía una gran habilidad para tratar y relacionarse con los demás. Era un líder con excelencia, dotado de una noble grandeza.

Llega a sorprender la infinidad de líderes que ocupan puestos directivos en la actualidad en empresas y organizaciones, quienes son  poseedores de grandes talentos, de una inteligencia deslumbrante, de grandes cualidades administrativas, pero que por otro lado son muy débiles en su carácter y en su capacidad de interactuar con su equipo de trabajo.

Tu enorme potencial, tu gran talento y tu cúmulo de conocimientos nunca es suficiente para saber tratar a los demás con dignidad.

La tendencia contemporánea de obtener resultados a corto plazo ha llevado a la humanidad a un ritmo frenético despiadado, como resultado esa visión ha minimizado la importancia de saber tratar a los demás, ha pasado por alto los valores indispensables en nuestro camino a la realización personal como la cortesía, la comprensión, el respeto, la gentileza, la consideración, etc.

Muchas veces cuando los consultores examinan motivos y el origen de lo que llevó a una empresa tan lucrativa y prometedora a la quiebra, luego de evaluar un sinnúmero de factores, lo que descubren resulta sorprendente,  por lo general se atribuye a la total inexperiencia en su liderazgo y en su deficiente experiencia en saber valorizar el lado humano y como tratar a sus colaboradores de equipo.

Uno de los más grandes secretos de los hombres de éxito, es el saber relacionarse con los demás. Amar a los otros, ayudar al prójimo, saber perdonar, proporcionar confianza a los demás, saber mantener relaciones saludables, conquistar amigos de verdad. En el camino al éxito y a la realización personal muchas veces nos olvidamos de esto. Pero la vida no abre mano de este principio.

Si quieres realizar grandes cosas, solo no llegarás a ningún lugar.  Necesitaras un equipo constituido por personas que confíen en ti para seguirte. Para establecer grandes imperios se necesitan multitudes constituidas por personas.  Necesitamos comprender el factor humano para poder acumular grandes riquezas! Precisamos ser instruidos en el difícil arte de las relaciones humanas. Como líderes, no debemos tener miedo en invertir en el desarrollo personal de equipos de trabajo para alcanzar un alto desempeño.

“Cuando organices un proyecto, permite que exista la idea de pertenencia. Esto ayuda a la gente a sentir que el proyecto le pertenece. Esto genera una alta motivación en el equipo. La gente trabaja con más dedicación cuando tiene un interés personal” (Rick Warren)

Llegando a la cúspide de su carrera profesional, el famoso industrial multimillonario Andrew Carnegie declaró: “Adquirí todo mi patrimonio a través de los esfuerzos de otras personas. Por eso quiero hacer algo significativo para devolverlo al pueblo americano”. Así fue que dejó su legado a través de su famosa filosofía de principios de vida para todo aquel que esté determinado en la búsqueda de riquezas.

El sr. Carnegie tenía una visión de gratitud en su concepción de adquirir riquezas y reconocía humildemente que si no hubiese sido por la participación y la ayuda de los demás, jamás hubiera obtenido ningún bien.

Paul J. Meyer dijo: Si nuestra vida reflejara la creencia de que todos somos iguales, que diferente seria nuestro mundo! Algo que quizás pueda ayudarte mucho es entender que Todos somos iguales. No debemos mirar nunca a los demás con aire de superioridad ni discriminar jamás a nadie. La persona con el salario más bajo merece el mismo respeto que la que tiene el ingreso más alto.  Necesitamos cultivar en nuestro corazón el buen hábito de tratar a los otros como se merecen. Valorizándolos como personas importantes.

En las relaciones humanas, ver a alguien desde su perspectiva, sin tener en cuenta si es rico o pobre, débil o poderoso, puede producir efectos milagrosos y maravillosos.

Déjame hacerte algunas preguntas: ¿Eres capaz de tratar con tolerancia a un subordinado tuyo cuando se ha equivocado? ¿Das nuevas oportunidades como lo hizo Tomas Edison, a los demás cuando se han comportado de manera torpe? ¿Cómo reaccionas con tus hijos cuando se han equivocado? ¿Cómo tratas a tu conyugue cuando no está de acuerdo contigo? ¿Cómo tratas a las personas más cercanas a ti cuando no apoyan tus “buenas ideas”? ¿Cómo está hoy tu nivel de tolerancia y aceptación? ¿Cómo tratas a las personas diferentes en algún aspecto a ti? Te invito a reflexionar en estos puntos y a ser sincero contigo mismo.

Te puedo garantizar, querido lector, que cuando empieces a aplicar todos los principios de vida que estoy compartiendo contigo en estos mensajes, se te abrirán las bóvedas de la plenitud, la abundancia y las cámaras de riquezas infinitas del universo.

Te animo a aplicar estas enseñanzas a tu vida y verás cuantos milagros maravillosos comienzan a suceder hoy mismo en tu vida.  No existen puertas cerradas para los hombres de valor y para los que saben tratar a los demás. Los buscadores de tesoros conocen la Regla de Oro, han aprendido el principio de saber relacionarse cordialmente con los demás!! Y eso es lo que los convierte en seres infinitamente ricos!

Alberto Conti: Soy Emprendedor de Negocios por Internet, Consultor, Conferencista Internacional  y Motivador, Networker, Asesor de inversiones en Forex, Autor y Columnista en la web en diversos Portales de Liderazgo, Coaching, Motivacion, Management & Gerencia. http://www.diamanteconsulting.net/