por Lourdes Zambrano

Un buen propósito de Año Nuevo es fortalecer las empresas familiares con reglas claras para que tenga futuro a corto y largo plazos.

De acuerdo con el consultor Juan Carlos Simón, de Pwc, especializado en asesorar a negocios familiares, la institucionalización no ha pasado por la mente del 20 por ciento de los dueños.

Pese a ello, en fechas recientes ha aumentado el porcentaje de empresarios que ha tomado conciencia de la necesidad de establecer reglas claras, de menos del 30 por cierto a casi 60 por ciento de los dueños en los últimos 6 años, según encuestas de la consultora a nivel mundial.

Simón señaló tres áreas claves a las que se deben poner reglas: la participación accionaria, la administración y el flujo de efectivo.
En la primera parte es importante que quede por escrito cuáles miembros de la familia tienen injerencia en el negocio, cómo será el proceso de herencia y las reglas para la incorporación de terceros a la estructura.

En la parte administrativa es esencial romper el paradigma de que las decisiones relevantes las tome una sola persona, porque esto trae problemas para negociar.

“Esto incomoda a muchos de los inversionistas, a miembros de la familia, a los bancos. Porque cuando todas las decisiones recaen sobre una sola persona, la probabilidad de que esa persona se equivoque es más alta a que si se toman las decisiones de manera plural”, señaló.

“La recomendación es que existan órganos colegiados de varios miembros en donde se tomen decisiones plurales”, añadió.

Esta estructuración se conoce como gobierno corporativo, modelo seguido por los grandes conglomerados.

“El concepto de gobierno corporativo se oye complejo y sofisticado, pero éste se adecua al tamaño y las necesidades de las pequeñas y medianas empresas y las apoya en hacer la operación del negocio más eficiente y más transparente”, señaló el consultor de Pwc.

Para administrar mejor el flujo de efectivo, Simón indicó que es necesario designar cuánto ganará cada miembro de la familia según su puesto y responsabilidades.

“Es un concepto de justicia versus equidad. Si hay responsabilidades distintas, no se les puede pagar lo mismo”, comentó.

Otro punto clave es generar información transparente, con fechas de entrega y el nivel de detalle requerido.

“El generar esta información simplifica la administración y les va a permitir a los miembros de la familia y a los accionistas terceros saber qué es lo que voy a recibir y cuándo lo voy a recibir”.

Las empresas mexicanas adolecen de las tres áreas, aunque las primeras dos son más problemáticas que la última.

Fuente http://www.am.com.mx/notareforma/3707

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