“Las empresas no son refugios familiares”

Nació en México y estudió Dirección de Empresas Familiares y Estrategia en IESE Business School de España. Es autora del libro “Alejandro Magno: ser rey no es suficiente”. Pero sobre todo Trevinyo-Rodríguez pertenece a la cuarta generación de una empresa familiar. En esta entrevista, la experta habla sobre los factores que determinan el éxito o el fracaso de este tipo de compañías.

¿Qué es lo primero que necesita saber de los empresarios que le piden asesoría?
–Qué clase de emprendedores quieren ser: uno con una empresa que sirve de refugio laboral para su familia o con una profesional que sobreviva a través de las generaciones. Las dos opciones son buenas, pero me interesa más la segunda.

¿Por qué en Latinoamérica hay tantas empresas familiares?
–Porque hay restricciones para obtener créditos y los intereses son altos. El emprendedor termina pidiendo dinero al papá o a un amigo. Es capital familiar.

¿Qué ventajas tienen las empresas familiares?
–Sus miembros están más comprometidos con la compañía porque quieren perpetuar su legado. Hay sentido de pertenencia, enfoque a largo plazo y cultura compartida.

¿Y desventajas?
–Si sus miembros no tienen interés en el futuro de la empresa,  pueden surgir conflictos de intereses, envidias y recelo.

¿Cuál es el porcentaje de éxito de las empresas familiares?
–De cada 500 familias que emprenden un negocio, quedan cien al cabo de cinco años. De ellas, 24 pasan a la segunda generación y 4, a la tercera. Eso significa que, en 75 años, se pierde un promedio de 496 empresas en Latinoamérica.

¿Cuál es el principal obstáculo que encuentran?
–Los conflictos se deben a falta de formación de las nuevas generaciones, o a que no están enamoradas del negocio. No se desarrollan accionistas responsables, activos y que estén al tanto de las cuentas.

¿Cómo lograr que las empresas familiares sobrevivan?
–Debe definirse un protocolo familiar. Un documento que establezca los lineamientos básicos de dirección. Es necesario que este se adapte al mercado y al contexto. También hace falta integrar un consejo y una junta directiva que definan, en sesiones específicas, los planes de la empresa.

¿En qué países de Latinoamérica es más probable que las empresas familiares sean exitosas?
–El éxito depende de las barreras a la formalidad, las limitaciones que haya a las importaciones, el tipo de cambio, el estado de derecho, la inseguridad… Estas condiciones inciden en los negocios y son similares en la región. Pero las empresas familiares tienen más oportunidad de crecer en las economías grandes, con más profesionalización y capacidad para planificar.

¿Por qué afirma que las empresas familiares son el motor de Latinoamérica?
–Porque generan entre el 60 y el 70 por ciento del Producto Interno Bruto de la región. Son las que sacan adelante la economía en época de crisis.

¿Qué pasa si uno de los miembros de la familia no es apto para trabajar en la empresa?
–Es necesario establecer reglas para que los miembros puedan trabajar en el negocio familiar. Las nuevas generaciones deben contar con una carrera profesional, experiencia laboral en otras empresas y llenar el perfil del puesto. Deben integrarse a la empresa cuando haya puestos vacantes. Si alguien no está dispuesto a cumplir con todo esto, no debe estar allí. Solo así se evitarán sorpresas.

¿Quién es el mejor aliado del emprendedor dentro de su familia?
–La pareja. Porque recibe las inquietudes generales y “rebota” ideas. Si está formada mejor, pues ayudará a resolver problemas y a mejorar procesos.

10 mitos de la sucesión

Rosa Trevinyo-Rodríguez identifica diez acciones que contribuyen al fracaso de las empresas familiares y que recomienda evitar para que el negocio sobreviva a los cambios de generación.
1. No hablar de negocios en la mesa del comedor.
2. El negocio familiar siempre estará ahí, es la última opción de trabajo para los hijos.
3. Los hijos deben empezar desde abajo en la jerarquía empresarial.
4. Hay que pagarle el mismo salario a todos los hijos, aunque su aporte sea distinto.
5. No hay que prever qué se hará cuándo el fundador muera. Los hijos se “arreglarán” de la empresa.
6. Hay que distribuir las acciones en partes iguales entre los hijos. No importa cuál sea su atribución dentro de la empresa.
7. No hay que planificar el retiro.
8. Si el emprendedor se va, con él se van los clientes y la empresa quiebra.
9. No es necesario que mi pareja conozca el negocio.
10. Delegar la administración del negocio al hijo y no a la hija, porque esta tendrá que atender sus obligaciones de madre y esposa.

Fuente http://www.contrapoder.com.gt/es/edicion35/economia/976/%E2%80%9CLas-empresas-no-son-refugios-familiares%E2%80%9D.htm