Por Karina Montoya

El desapego a las jerarquías y la preferencia por el trato horizontal, además de la ansiedad por ascender y tener experiencias en la mayor cantidad de empresas posibles caracterizan a una generación que nació durante el apogeo económico del país o sólo vivió una parte de las penurias de la década de los ochenta. Así, los millenials peruanos guardan varias diferencias en relación a sus expectativas de desarrollo profesional, en comparación con un perfil más global.

Esta es una de las principales revelaciones de la encuesta que realizó Ipsos Perú por encargo de SE sobre la generación Y. En ella sólo el 16% de los jóvenes de entre 18 y 34 años reconoció que tener una empresa propia significa desarrollarse plenamente en el ámbito profesional. El 35% de ellos aseguró que prefiere ser un experto en su campo y el 27% que optaría por hacer lo que le gusta o le apasiona. ¿En dónde quedó el emprendedor y las ganas de ser Mark Zuckerberg que, según los estudios en todo el mundo, forman parte de la naturaleza de la generación Y?

Frente a estos resultados, Karen Weinberger, directora de Emprende UP de la Universidad del Pacífico, pide diferenciar entre emprendedor y empresario. “El emprendedor es una persona que tiene iniciativa, pasión y entusiasmo. Puede crear una organización social. Pero ser empresario es tener —aparte de iniciativa, pasión y perseverancia— competencias gerenciales. Innova, arriesga dinero y crea puestos de trabajo formales”, explica.

“Ser emprendedor les permite, en la mayoría de los casos, trabajar haciendo lo que les apasiona, al ritmo que quieren y siendo conscientes de que su éxito dependerá de ellos mismos, y no de la buena voluntad de sus jefes”, agrega Weinberger.

Si el máximo anhelo profesional para los millennials es ser un experto en su campo, esto no implica que descarten la posibilidad de ser independientes económicamente. Así lo interpreta Guiliana Reyna, directora de Global Research Marketing (GRM). De hecho, recordó que, en una encuesta realizada por GRM en febrero de este año a una muestra de la generación Y en Lima, el 50% dijo que le gustaría tener una empresa propia en el futuro. Si les preguntas específicamente por el futuro –opinó Reyna–, su respuesta está orientada a la autosuficiencia.

Más, siempre más

Buscar el expertise puede ir de la mano con otros resultados de la encuesta. Si los millennials tuvieran una oferta laboral mejor, la mayoría de ellos en los NSE B y C tendría dos motivaciones para no dejar su trabajo actual: un aumento de sueldo y capacitación. De hecho, en el NSE C, el 47% elegiría recibir capacitación, frente al 33% que optaría por un aumento salarial. Y esta opinión crece en la generación X: el 55% de ellos en el mismo NSE prefería ser capacitado y sólo el 45% escogería un aumento.

Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo de la PUCP, atribuye estos matices al desfase entre las universidades y las demandas del mercado laboral. “Lo que uno aprende como relevante para el trabajo, lo aprende en el trabajo y no en la universidad. La gente de NSE menores se da cuenta de que lo va a aprender en el trabajo le será más útil que lo que aprendió en una escuela de bajo nivel. De ahí que la capacitación se vea como un factor clave para permanecer en el trabajo, y eso se traduce en productividad”, explicó.

Otro camino para desarrollarse plenamente a nivel profesional es “pasar” por varias empresas. El 38% de los Y cree que debe trabajar en mínimo 4 o 5 firmas para alcanzar su desarrollo, mientras que solo el 35% de la generación X (35 a 49 años) y el 25% de los baby boomers (50 a 65 años) piensan lo mismo. ¿Falta de compromiso? Jimena Mendoza, gerente general de LHH-DBM Perú, advierte que hay más “factores en la ecuación” cuando se trata de rotación del personal.

“Algunos salen de una empresa porque quieren explorar en otras áreas y nunca conversaron con sus jefes si podían explorar esas opciones. Hay jóvenes, claro, que también no tienen compromiso, pero no todo es tan blanco y negro. Aquel empleado que se queda en la empresa porque le dan más plata, se irá a la larga porque siempre habrá otra que le pague más”, apuntó.

¿Cómo pueden aprovechar las empresas los deseos de especialización e independencia de la generación Y peruana? Los cuatro especialistas coinciden en varios puntos. Ser conscientes de que la información está disponible en todos lados, comunicar cuál es la propuesta de valor de la empresa, realizar estudios para conocer al detalle a sus colaboradores actuales y brindarles capacitación. El desarrollo profesional pleno de los millennials no será quedarse en una empresa para siempre, pero su aporte –dure lo que dure– promete más beneficios que desventajas.

Fuente http://semanaeconomica.com/article/empresa/139163-generacion-y-en-el-peru-es-realmente-emprendedora/

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