por Maite Rico

¿Que desvelan nuestros gestos, nuestras expresiones que nuestro lenguaje hablado no expresa?

Según estadísticas se establece que en una comunicación face to face tan solo el 35% pertenece al componente verbal y el 65% restante corresponde a la comunicación no verbal.

El manantial de la comunicación no verbal parte del sistema nervioso, es por ende una respuesta fisiológica a la que se le suma una energía colectiva que incluye cultura, hábitos sociales y creencias.

Existen tres partes diferenciadas que te ayudarán a distinguir la comunicación no verbal, que al igual que la verbal se adquiere por aprendizaje; la gesticulación, el tono de voz y la distancia corporal.

1. Gesticulación: la posición de las manos, las posturas corporales y la manera de mirar entre otras. Es una manera de expresar nuestras emociones. A través de la gesticulación podemos sustituir una frase o una expresión hablada por un gesto. Por ejemplo, movemos la cabeza y cerramos la boca simultáneamente para expresar un cierto recelo o disconformidad ( el pensamiento sería “no sé, no lo tengo claro”).

1.1 La expresión del rostro

Si observas con calma, te darás cuenta que el rostro nos da muchísima información. Los ojos y la boca son los que más transmiten las emociones.

La alegría, el miedo, el enfado, la tristeza, el asco, el desprecio o la sorpresa y no podemos olvidarnos de la sonrisa, que puede ser sencilla y de poca intensidad que transmiten una cierta inseguridad o intensa que genera confianza.

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 1.2 La expresión de la mirada

“Los ojos son el espejo del alma”, ¿recuerdas esta expresión popular? y que razón tienen!

La mirada nos ayuda a detectar si estamos escuchando al interlocutor, es la manera de establecer una conversación fácil, podemos diferenciar cinco tipos diferenciados:

Mirada laboral: se práctica en entornos profesionales. Evitar que nuestra mirada caiga por debajo del nivel de los ojos de nuestro interlocutor.

Mirada social: mirar por debajo de la mirada del interlocutor.

Mirada íntima: recorrer de arriba a abajo el cuerpo del interlocutor.

Mirada agresiva: mirara fijamente a los ojos del interlocutor durante mucho rato.

1.3 La postura

Podemos definirla como la posición que mantiene el cuerpo cuando estamos de pie, sentados, caminando, tumbados, etc.

A través de la postura podemos detectar el estado emocional de las personas. La tristeza provoca que los hombros estén caídos, una cierta inclinación de la espalda hacia delante puede significar cansancio y agotamiento, si la persona está sufriendo un estado de ansiedad seguramente pueda disimularlo en su expresión de cara o de voz, pero su postura corporal detectará de inmediato una cierta rigidez.

Las piernas también son una gran fuente de información, es muy útil en las entrevistas de trabajo, así como en reuniones tanto sociales como profesionales.

– Piernas cruzadas: demuestran inseguridad o timidez.

– Piernas semi abiertas: inseguridad (por ejemplo, cuando estamos sentados en una silla y enroscamos los pies alrededor de las patas de la silla).

– Piernas estiradas: postura de prepotencia. Suele ir acompañada con los brazos alzados por detrás de la nuca.

– Una pierna delante y otra detrás: demuestra una situación de estrés.

1.4 Movimientos de manos

Uno de los gestos más reveladores es enseñar las palmas de las manos, se considera un gesto de lealtad que transmite confianza y honradez.

En el entorno profesional podemos mostrar las palmas hacia arriba para dar una orden y no presionar, y si queremos imponer y dar una orden firme lo adecuado será colocar la palma de las manos hacia abajo.

Si cierras las manos y señalas con el dedo índice puede ser que generemos una cierta adversidad, y el receptor puede sentirse presionado ya que estaremos dándole una orden. Existen cuatro tipos de gesticular con las manos:

– Manos entrelazadas: puede detectarse tristeza, nerviosismo o ansiedad

– Manos en ojiva: Transmiten seguridad y autoridad, en el entorno laboral es una de las que predominan ya que implican autoridad y dominio.

– Cogerse la muñeca con una de las manos: Transmiten inquietud y no saber que hacer.

– Pulgares en contacto: suelen ser personas dominantes que se sienten superiores.

2. Tono de voz: que viene determinado por la velocidad y el ritmo a la hora de hablar. Si estamos en una conversación afable, nuestro tono de voz es mucho más pausado, por el contrario si estamos enfadados nuestro tono de voz se altera inmediatamente.

3. Distancia corporal: que necesitamos para sentirnos seguros a la hora de relacionarnos. No todos nos mantenemos cómodos en la misma distancia. Hay personas que están muy cómodas en distancias cortas sin embargo se considera que la distancia apropiada depende directamente del contexto social en el que nos movamos.

– Distancia íntima: 15 – 45 cms, reservada para las personas más íntimas, nuestra pareja, familiares y amigos íntimos. Aún así puede variar dependiendo de las necesidades individuales.

– Distancia personal: 46 -120 cms, es la distancia más común aal relacionarnos con los demás cara a cara al mantener una conversación. También puede variar según las diferentes culturas.

– Distancia social: 120 – 350 cms, es la correcta para relacionarnos con gente con la que no mantenemos una relación directa, sería el caso de entrar en un comercio y hablar con el dependiente o con algún empleado.

– Distancia pública: más de 350 cms, es la que usamos para presentarnos en grupos o en charlas y conferencias.

Como puedes apreciar, somos un mar de información, no hace falta hablar para expresar todo lo que estamos sintiendo.

Fuente http://www.womenalia.com/es/blogs/no-estamos-locas/comunicacion-no-verbal-lo-que-tus-gestos-dicen-de-ti

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