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No busques recetas mágicas en un coach. Tú creas tu desarrollo personal y profesional.

por Maite FinchLa búsqueda de recetas mágicas en un coach para conseguir un desarrollo personal y profesional, es un hábito todavía frecuente en las consultas que suelo atender. Tanto si el interlocutor se plantea una mejora profesional como personal, es frecuente encontrar que las personas pueden estar inmersas en diversas situaciones como:

– Conflicto emocional.

– Desestabilización de relaciones personales o laborales.

– Crisis personal o profesional.

– Desarrollo de marca personal con motivo de un cambio de trabajo elegido o no.

– Desarrollo de liderazgo.

– Optimización de resultados del equipo.

– Desarrollo de relaciones comerciales.

– …

Y es al inicio de las conversaciones donde se intercambia información, sobre la percepción del problema y la metodología de trabajo,  el momento en el que ocurre un primer descubrimiento.

¿Entonces no me vas a ayudar a hacer lo correcto?

¿No tienes un solución que incluya unos pasos concretos para poner en marcha?

¿No me vas a decir lo que tengo que hacer para recuperar esta situación…?

Pero yo quiero que me asesores lo que es adecuado…

LA RESPUESTA ES NO.

Y flaco favor, estaría yo haciendo a nadie, si la respuesta fuera afirmativa, porque como coach y como persona, no soy nadie para decirte lo que tienes que hacer. Además sabemos que los cambios impuestos no son sostenibles en el tiempo.

Resumiendo, lo que en otras ocasiones hablamos sobre qué es un coach y un proceso de coaching, destaco nuevamente conceptos como:

1) El coach tiene la responsabilidad de facilitar el camino del participante desde:

-su voluntad para evolucionar

– sus creencias y valores

– su realidad

– sus ilusiones y expectativas

2) El desarrollo personal y profesional con un coach es posible porque el proceso realmente pone a disposición del participante/s:

– una visión más amplia de su entorno y de las consecuencias que sus conductas están teniendo

– una visión más integradora de sí mismo o del equipo, desde lo que se comparte o desde los valores y el potencial que se tiene

– unas cuestiones de reflexión que les proporcionan mayor comprensión y momentos de ¡eureka!

– feedback claro, constructivo y útil de lo que ocurre

– descubrimientos

– la creación contigo de un plan de trabajo para crear nuevos hábitos para nuevas necesidades

– las claves de su voluntad de cambio

Entonces, como coach, no debo, no puedo, no quiero, no te ayuda, darte recetas mágicas:

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Primero, porque no las hay.

Segundo, porque lo que una persona le funciona, a otra, puede que no.

Tercero, porque tú eres el resultado de tus aprendizajes, y el proceso de coaching lo que va a hacer, es potenciarlo.

Cuarto, el equilibrio y bienestar personal de alguien se origina en la satisfacción de elecciones sobre su persona y sobre su entorno; decirle a alguien lo que tiene que hacer, es asesorarle sobre la base de que hay algo correcto y adecuado, y algo que no lo es.

Quinto, es hora de que asumas la responsabilidad de tu bienestar, equilibrio, mejora, superación, desarrollo personal o profesional.

Y este último punto es el que más me preocupa, porque parece que estemos asumiendo una serie de conductas que poco nos ayudan a encontrar quiénes somos y quiénes queremos ser y asumir la responsabilidad de ello:

Dependencia: sin quererlo algunas personas están encadenándose a su pareja, familiares, superiores, etc., para establecer la adecuación o no de su persona, la corrección o no de sus comportamientos. De esta forma, ponen por encima a aquella persona de la que dependen emocionalmente para aparentemente sentirse bien consigo mismos. Cuando a la larga, ven que están convirtiéndose en un calco del que dependen y no se sienten igual de bien que aquella persona de la que dependen, entran en un nuevo estado de desequilibrio y malestar. ¡Es imposible vivir, crecer profesionalmente con los esquemas y actuaciones de otros! Porque tú, eres tú y el otro, es el otro. Dos identidades igual de valiosas con el mismo derecho a ser únicas.

Locus de control externo: Creer que lo que me ocurre, mi felicidad y bienestar, mi evolución como persona o profesional, no depende de mi, y depende de otros factores externos a mi sobre los que no tengo ninguna capacidad de actuación, nos limita y nos deja en un estado de indefensión total. Es cierto, y sabemos en lo más recóndito de nosotros, que hay cosas sobre las que podemos actuar y otras sobre las que puede ser más difícil tomar decisiones. Ahora bien, puede resultar más cómodo momentáneamente creer que nada depende de nosotros, y que somos el resultado de nuestro pasado y nuestras circunstancias. ¡Tú creas la mayoría de tus circunstancias.! La cuestión es si te atreves.

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Idealización / Reconocimiento de dominio: Asumir que hay alguien que sabe más que yo, que hay alguien más sabio que yo, que hay alguien mejor que yo, es una falacia que nos limita nuevamente como personas y como profesionales. Si piensas un momento en aquellas personas que te hicieron sentir que tú valías en algún momento de tu vida, descubrirás que han sido personas que han dejado de lado su protagonismo, para inspirarte y provocar lo mejor de ti. No son personas, que te digan que “como ellos son más sabios y mejores, tú tienes que ser igual”. Las personas somos diferentes y ahí es donde radica nuestro valor. La interacción con personas de valor sí que puede hacer que seamos mejores, pero mejores que nosotros mismos, no que los demás.

Referencias irreales: Como consecuencia de lo anterior, se produce una idealización de una persona o grupo que se convierte en referencia para nosotros. Un estado, sentimiento o posición al que querríamos aspirar y no podemos llegar. Este punto ideal, está totalmente compuesto de presuposiciones irreales y anticipaciones emocionales que estamos asumiendo desde una perspectiva de observador. Olvidamos que no todo es cómo parece, que lo que puede deslumbrarnos desde fuera, también puede tener sus sombras y su sufrimiento o camino interior que nosotros queremos saltarnos. Queremos la luz, sin haber generado la energía interior suficiente para producirla.

Así pues, tanto si es con un coach como si no, para desarrollarnos personal o profesionalmente, necesitamos primero desprendernos de estas “visiones irreales” sobre lo que realmente implica crecer como persona o como profesional. Recordemos entonces que:

– Nadie que te acepte incondicionalmente y respete tu valía, te dirá lo que tienes que hacer. El coach no da recetas.

– Tú tienes el mismo derecho y capacidad de generar tu energía y tu destello. El coach lo potencia, te ayuda a descubrirlo, entiende qué te está ocurriendo y conoce las bases psicológicas que hacen que hayas llegado a dónde has llegado. A partir de tu persona generará el descubrimiento de varios caminos posibles en los que tú elegirás.

– Correcto e incorrecto, son dos extremos que nos limitan. El coach habla de enfoques / conductas que tienen unas consecuencias, y enfoques / conductas que tienen otras consecuencias. No son buenas o malas. Son diferentes. Descubrir cuál es la que te hace sentir mejor, es el objetivo al que tiene que prestar atención un coach.

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– Nadie está por encima de nadie, ni siquiera un coach. El coach no ayuda desde una posición superior, sino desde una posición cercana, a tu lado. Cierto es que tiene otras capacidades y experiencias diferentes a las tuyas. Aprovechar tu valor y su valor, es lo que te puede ayudar a potenciar tu desarrollo personal o profesional.

– Las recetas “mágicas” son mágicas porque tú las creas, porque vienen de ti, porque a ti te sirven, porque son tus herramientas y son los recursos, que tú aprendes para ser una persona diferente, un profesional diferente. El coach provocará que encuentres tus propias “recetas”, tus propios recursos.

¿Todavía andas buscando la receta mágica?

¿De verdad, te fiarás de las recetas mágicas?

La solución a tu evolución pasa afortunada e irremediablemente por ti. Contigo.

Fuente http://www.coachmaitefinch.com/2014/06/14/nos-busques-recetas-magicas-en-un-coach-tu-creas-tu-desarrollo-personal-y-profesional/

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Comentarios (2)

  1. Gracias por compartir este post Juan Carlos, espero que pueda ser de utilidad 🙂 Un saludo

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