Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Liderazgo » Liderazgo para el siglo XXI

Liderazgo para el siglo XXI

por Francisco Bareas Sandino

Los líderes del siglo XXI enfrentan demandas mayores, más complejas y más difíciles de solucionar que las existentes en el pasado. La explosión de la tecnología y de las comunicaciones, el aumento de la conciencia de que las personas son el factor clave de la eficacia organizacional y la comprensión de que las organizaciones deben tener una directriz económica y otra social, han erosionado la autonomía de los líderes institucionales. Por tanto, el liderazgo del futuro requiere del conjunto de habilidades esenciales que se describen a continuación.

La organización debe mantenerse atenta a la evolución de su entorno, así como sintonizada con las señales del mercado, de manera que la empresa y sus sistemas se mantengan flexibles y organizados en función de las necesidades de los clientes. Eso implica saber escuchar al cliente y aprender lo que él valora y mantener una orientación hacia el aprendizaje continuo.

Desarrollar la capacidad de pensar y actuar estratégicamente, centrar la atención en unas pocas prioridades clave y crear una cultura organizacional de resolución, para poder hacer frente a las necesidades del presente, en el marco de la visión, la misión y la estrategia institucional, alineadas con las necesidades de los clientes y de otros grupos interesados en la empresa.

Definir, comunicar, divulgar y conseguir el consenso sobre los valores y principios esenciales que orientan el comportamiento organizacional y el proceso de toma de decisiones. Para ello es necesario obrar con arreglo a los valores institucionales, neutralizar las tendencias naturales de los viejos paradigmas y asegurar que los sistemas de recompensa sean coherentes con los valores y principios organizacionales.

Se debe crear y consolidar los elementos de la cultura institucional que se requieren para mantener la aptitud de la organización para funcionar y crecer. Asimismo es importante desarrollar procesos que faciliten una expansión significativa de la cultura organizacional y del ambiente del lugar de trabajo.

Los líderes deben estar orientados a la acción, dirigida directamente a la consecución de objetivos claros, utilizando un estricto seguimiento hasta el final. Ello implica tomar decisiones, elegir y actuar en consecuencia, ser proactivo y lograr resultados visibles, pensar y actuar como artífice del cambio.

Es menester tener confianza en sí mismo para realizar las acciones requeridas para lograr los objetivos; asumir los riesgos de buena gana y con prudencia; y no sentirse amenazado por el éxito de otras personas de la organización.

Lectura relacionada  Las 5 lecciones de liderazgo de Bill Gates

Los líderes deben dominar las distintas modalidades de comunicación para divulgar la misión, la visión, los valores y los elementos básicos de la cultura institucional, de manera que los demás integrantes de la organización puedan interiorizarlos y que colaboren como una unidad en su implementación.

Se debe promover y facilitar la creación de líderes a lo largo de todos los ámbitos institucionales, distribuidos hasta los bordes más externos del círculo, para hacer surgir el poder de la responsabilidad compartida. Eso implica crear y cultivar un clima en toda la organización en el que a las personas se les reconozca como el activo más importante.

Resulta de primordial importancia liderar mediante el ejemplo para hacer tangible la visión, actuar en línea con los valores institucionales y desarrollar las normas y comportamientos de una cultura de aprendizaje, así como para demostrar a los demás que el líder está comprometido con las aspiraciones por las que aboga.

Finalmente, los líderes deben respetar y saber escuchar a los demás, reflexionar y tomar en cuenta sus contribuciones; hacer seguimiento continuo y aprender de manera sistemática; tener sensibilidad y comprensión con respecto a la diversidad étnica, cultural y de género; y practicar una política de puertas abiertas.

El autor fue funcionario del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), del Instituto de Bienestar Campesino y del Banco Nacional de Nicaragua

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.