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Preparar a los hijos, pilar del éxito en las empresas de familia

por Fernando Weimberg

La adecuada preparación de los hijos para integrarse en la empresa de familia es fundamental, ya que permite cumplir diversos objetivos:

  • la consolidación del proyecto empresario
  • la continuidad de la empresa a lo largo del tiempo
  • para que la generación actualmente a cargo pueda preparar adecuadamente su retiro, lo que no significa irse a la casa, sino tener la posibilidad de vivir la empresa desde un rol diferente.
  • Mantener la unidad familiar, a través del entrenamiento de un equipo de sucesores sólido y motivado.

Para que estos objetivos se cumplan es necesario atender a cuatro aspectos fundamentales:

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La integración al trabajo cotidiano

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La preparación para dirigir la empresa.

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La preparación para ejercer el control familiar en la empresa (incluso en el caso en que la empresa se haya profesionalizado, o esté en vías de profesionalizarse).

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La preparación para las decisiones patrimoniales.

Definiciones necesarias

No hay un camino único para la integración de la nueva generación en la empresa.
Por ello, en cada familia y cada empresa es necesario contestar algunas preguntas básicas:

  1. ¿Los hijos deben empezar desde abajo, o deben integrarse desde un puesto de mando?
  2. ¿Es conveniente que participen en la empresa desde chicos, o se les requerirá una formación académica como requisito de entrada?
  3. ¿Los integrantes de la nueva generación deberían hacer una práctica en otras empresas, antes de integrarse a la empresa de la familia?
  4. ¿La empresa contribuirá a la preparación académica de todos los miembros de la familia? ¿Sólo de los que se formen para participar en la empresa? ¿O dejarán la financiación de la educación como responsabilidad de las familias, sin aportes económicos de la empresa?
  5. ¿Habrá lugar para todos los miembros de la familia que se postulen, o sólo para algunos?
  6. ¿Cuál será el plan de carrera para los miembros de la familia?
  7. ¿Qué información, respecto de las finanzas y el patrimonio, deberían recibir los miembros de la siguiente generación?
  8. ¿Cómo asegurarse de que esa información se mantendrá en confidencialidad, y no terminará poniendo en riesgo a los miembros de la familia?

El proceso de inducción

Desde ya, el nivel de compromiso necesario para sostener el proyecto a lo largo del tiempo no se consigue de un día para otro, pero es posible generarlo a través de un completo programa de inducción.
Para que ese programa resulte exitoso, el punto de partida consiste en determinar si la o las personas seleccionadas para suceder a la actual generación  tienen “vocación de dueños”. Si no la tienen, el proceso se detendrá en algún momento, y ello será fuente de gran frustración, tanto para los que actualmente están a cargo  como para quien no esté a la altura de las expectativas respecto del traspaso generacional.

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La preparación de los sucesores no puede realizarse con los métodos tradicionales de la educación formal, ya que los programas académicos no calzan de manera directa con las necesidades de la empresa y sus propietarios.
Veamos algunas características diferenciales.

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Los hijos no son estudiantes, sino participantes en un proceso que tiene como definición de éxito lograr una preparación para la vida, y no la aprobación de un examen, o la obtención de un título.

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Para el éxito del proceso es necesario descubrir cuál es el estilo de aprendizaje de cada uno de los participantes, en lugar de imponérseles un estilo académico.

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Los objetivos de esta clase de preparación deben ser consensuados con la generación que actualmente tiene el mando, pero deben ser flexibles y claramente personalizados, en función de las características de quienes participan en este proceso.

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Ello implica conocer las experiencias previas de los participantes, dado que su contribución, al compartir lo ya vivido, es una de las claves para obtener excelentes resultados.

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Se debe realizar el entrenamiento sobre la base de casos de estudio, juegos de roles, y otros mecanismos dinámicos y basados en cuestiones de la vida real de la empresa y del mercado donde ésta se desenvuelve, que conciten el interés de los participantes en todo momento, dado que su involucramiento es clave para el éxito.

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En la medida de lo posible, los ejemplos y las prácticas deben basarse en las propias experiencias de los participantes, quienes, al verse reflejados permanentemente en el trabajo, tienden a ser más receptivos al aprendizaje, y pueden obtener resultados positivos en cada experiencia.

Un buen proceso de preparación de los sucesores debe ser percibido y reconocido por quienes se disponen a dejar el mando, y por el propio entorno de la empresa, dado que, en su transcurso, se produce un cambio de actitud en los participantes que permite avizorar el éxito del proceso de traspaso del poder.

Fernando Weimberg es graduado en Ciencias Económicas y Master en Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas. Es especialista en Business Coaching, consultor Socio  en CAPS Empresa & Familia Consultores. Dirige habitualmente  procesos de preparación de la siguiente generación.

Fuente http://www.temas-caps.com.ar/news141-art1.php

 

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