Por Paula Urien
Una nueva edición del Human Camp, el miércoles último, invitó a cientos de referentes del mundo empresarial y de los recursos humanos a participar de manera gratuita en este evento que ya es un clásico. La consigna es pensar de manera diferente, liberarse de estructuras y dar vuelo a la creatividad.
Se define como el espacio ideal para que los líderes intercambien experiencias y participen de debates en sintonía con los nuevos paradigmas del siglo XXI. También se pudo ver, por primera vez vía streaming, con el soporte de ZonaJobs.
Una idea sobrevoló prácticamente todas las ponencias: en la medida en que les va bien a quienes nos rodean, logran cumplir con sus sueños y expectativas, y contribuimos a que eso suceda; podremos cumplir con nuestros propios sueños tanto personales como laborales.
El primer orador, con traje y corbata, fue el maestro budista norteamericano Michael Roach, quien estudió en el Tíbet por más de 20 años. Graduado con honores en la Universidad de Princeton, participó en la creación de Andin International Diamond Corporation, que fue vendida a Warren Buffet’s Richline Group en 2009.
Su libro sobre cómo tener éxito en los negocios y en lo personal a través de la generosidad es un best seller llamado El tallador de diamantes. “En el Tíbet está la idea de que en realidad no conocemos lo suficiente como para saber qué sueño tenemos que soñar para nosotros mismos. Uno no puede imaginarse en qué se puede convertir. Allí un lama es un maestro de sueños.”
Encontrar al maestro, al mentor, al guía adecuado puede ser uno de los grandes desafíos, pero también puede estar mucho más cerca de lo que parece. Es cuestión de prestar atención. “Hay que encontrar a una persona que sea parecida a lo que querés ser y que te ayude”, dijo. Otro consejo de Roach es ponerse en el papel de la persona a la que se aspira ser. “Vestite como el presidente de la compañía si esa es tu meta”, dice.
Y un tercer consejo, quizás el más importante, “hay que poner todo esto en marcha para alguien. Ayudar a otra persona para que cumpla su sueño, esto es karma”.
En esta línea, el filósofo Alejandro Rozitchner dijo: “Tu proyecto va a ser exitoso si lográs que los proyectos de tus socios sean exitosos. Es interesante el foco puesto en el éxito ajeno”. Ser buena persona es “sentir placer en ver que el otro crece, y uno se realiza en ese crecimiento”. Y terminó con una cita de Rilke, en Cartas a un joven poeta: “Si su vida cotidiana le parece pobre, cúlpese a sí mismo o reconozca que no es lo suficientemente poeta para encontrar sus riquezas”.
Conmovida, Gabriela Campodónico, gerente de Desarrollo y Cultura Organizacional del Grupo Telecom, contó cómo, a partir de la muerte de una muy querida amiga y compañera de trabajo, pusieron en marcha un taller de duelo y acompañamiento en la empresa, muy valorado por los empleados. “Es posible integrar los sentimientos a la organización. La palabra que nos dijeron cuando terminó el taller fue gracias. No nos había pasado nunca.”
EL PODER DE LAS IDEAS
Isela Costantini, presidenta y directora de GM para Argentina, Uruguay y Paraguay, recordó una pregunta que le hizo su padre cuando era muy chica: “¿Qué huella vas a dejar en la humanidad?”
Sin embargo, esta enorme responsabilidad no la amedrentó y fue capaz de mostrar un impresionante currículum, donde fue sorteando obstáculos a la manera de un atleta, cosa que efectivamente fue. Uno de sus secretos fue pegar un papelito en su notebook con las siglas PADH, que quieren decir Pensá Antes De Hablar. “Nunca me achiqué para defender una idea“, dijo esta madre de dos hijos que hoy es una de las 50 mujeres más poderosas del mundo, según la revista Fortune.
Dos casos locales de éxito también fueron parte de las charlas sobre el escenario. Por un lado, Marcos Galperín, cofundador, presidente y CEO de Mercado Libre, que invitó a ser emprendedores como ciudadanos. Por otro, Marcelo Salas Martínez, socio y director de Café Martínez. “Mis abuelos ayudaban a su comunidad española a desarrollar su negocios”, dijo, en línea general con el eje de la jornada. “Si no crecen las personas, no crecen las empresas. Podés trabajar con tu proveedor y ayudarlo a tener éxito.”
El fin de la jornada lo protagonizó el cineasta Juan José Campanella, quien con un enorme sentido del humor habló sobre su trabajo.
“Hay que dejar un margen a la experimentación. Es muy importante porque si no, estás anulando a las personas. Una película necesita de las ideas del equipo. Ahora, a veces la persona que tira una idea es demasiado avasalladora, y algunas veces tuve que decir por favor, no me repitas más la idea porque no es lo que quiero contar. De cualquier manera prefiero rodearme de esos efusivos que de aquellos que no proponen.
“Hay que seguir el sueño de uno. Soy de una generación donde había sólo unas cinco carreras y si no seguías una de ellas te mataban.” Y continúa con humor: “Yo era feliz en la sala de montaje. Quise ser director simplemente para que alguien me respetara las ideas”. Campanella también hizo referencia a su interés por la Argentina. “Estoy tratando de participar de lo que pasa en el país. Creo que el Estado… con que no nos joda, es suficiente.”
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1685593-1685593