Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » En busca de la seguridad

En busca de la seguridad

por Xavier Pirla Llorens

¿De qué puedes estar seguro?, ¿Por qué es necesario sentirnos seguros? ¿Cuáles son las consecuencias de esta supuesta vital necesidad?

Y ¿Qué pensarías sobre mí si te comentara que el fín del mundo puede estar muy próximo?

Probablemente dirías que soy un loco alarmista, uno de estas personas que ven el fín del mundo cada 21 de diciembre. Muchos hasta se reirían de mí o simplemente me tomarían por alguien loco. ¿Pero, esto por qué?

Básicamente porque la idea de que el mundo que conocemos termine es tan poco probable que pensar en ello es simplemente absurdo.

Pero, ¿Realmente es esto tan absurdo? Repasemos por un instante la historia:

Una de las mayores erupciones volcánicas conocidas fue la del volcán Krakatoa en 1883. Al parecer, el equivalente a 5000 bombas atómicas. Su explosión en Indonesia se ha considerado el ruido más fuerte del mundo. El Krakatoa volcó tantas cenizas con dióxido de azufre en la atmósfera que hizo descender varios grados la temperatura global del planeta.

Esta historia, es más o menos conocida, la que es menos conocida es la erupción del mismo volcán en el año 553 d.C.. Esta erupción provocó una disminución de la temperatura global del planeta de entre 10 y 15 grados durante una década, destruyendo cosechas y sumergiendo a la humanidad en una apocalíptica hambruna durante años.

Estos son sólo algunos ejemplos: El Tambora provocó en 1815 “el año sin verano”, ya que provocó un oscurecimiento masivo de todo el planeta.

De hecho, este “año sin verano” estuvo inscrito en lo que se conoce como la Pequeña Edad de Hielo y que se extendió en el siglo XVIII hasta el XIX debido a una combinación de ciclos solares anormales y erupciones volcánicas.

Pero no todo son volcanes:

Desde el 28 de Agosto de 1859 hasta el 2 de Septiembre del mismo año, una actividad solar anormalmente alta, generó tanta energía que destruyó una parte del sistema telegráfico del mundo hasta el punto que los operadores sufrieron descargas eléctricas.

O el meteorito de Tunguska que el 30 de junio de 1908 estalló en medio de Siberia incendiando y derribando árboles en un área de 2.150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Durante varios días, las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial.

Lectura relacionada  El cambio comienza con una elección

¿Y?

Pues que estos son sólo algunos de los ejemplos de cómo una sociedad puede sucumbir. No hacen falta grandes explosiones. Sólo un pequeño cambio climático global, provocaría una crisis agrícola sin precedentes.

Pero a pesar de tantas evidencias y de las consecuencias tan dramáticas que pueden producir estos eventos, no queremos creer que eso pueda pasar. Sería demasiado malo. A este tipo de pensamiento se le llama “wishful thinking“.

Nuestra mente está diseñada para buscar seguridad y rechazar la incertidumbre.

Buscamos patrones que se repitan y de este modo, creemos que podemos avanzarnos al futuro y de algún modo, prepararnos para él. Aprendemos de lo diferente, sí, pero nos sentimos cómodos con lo previsible y familiar. Y cuanto más familiar, mejor.

Este es uno de los motivos que hace a veces muy difícil el cambio en las personas.

El lugar en el que nos encontramos, por malo que parezca es conocido, a su vez, el cambio es un lugar desconocido y poco familiar que nos produce miedo. Las cosas nos podrían ir bien si cambiamos pero también mal. Hay riesgo y en general los humanos no nos gusta el riesgo.

Según Richard Bandler co-creador de la PNL, Virgina Satir le dijo una vez: “Richard, ¿Sabes cuál es el instinto más fuerte en el ser humano? El de la familiaridad. Las personas preferirían morir a cambiar”.

En el caso de una posible catástrofe, el caso es que por definición, antes de una catástrofe no pasa nada, se está bien, y querer pensar en que algo cambiará y que puede ir a peor, es un pensamiento que nuestro cerebro rechaza de partida. Nápoles está sólo a 9 Kms de uno de los volcanes más peligrosos del mundo y a pesar de esto, sus habitantes ni se cuestionan moverse de aquello que conocen, de lo que ha sido su hogar toda su vida.

Invertir en prevención o en aprender, crecer o desarrollarse, implica ir más allá de lo que hay ahora y pensar en algo más que quizás llegue o quizás no. Y no todas las personas están preparadas para hacer ese acto de fe. Supone hacer una inversión para algo que no está aquí.

No sé si habrá pronto o no una catástrofe, pero lo que si estoy bastante seguro es que la Tierra ha seguido una serie de ciclos desde su inicio, y estos ciclos no siempre han sido favorables a los seres humanos.

Lectura relacionada  ¡El Éxito tiene un Costo! Transpira…

Este conjunto de ejemplos sólo son un metáfora de cómo los seres humanos prefieren “lo malo conocido” a lo “bueno por conocer” o el famoso “mejor me quedo así”.

Sea como sea, no moverse también implica cambio cuando todo lo de tu alrededor lo hace.

Dicho de otro modo, no hay manera de no moverse. De hecho, sólo hay dos maneras de moverse: o te dejas llevar por la corriente o al menos intentas bracear para ir a dónde quieres ir. Tú decides.

Xavier Pirla Llorens

Director de Talent Institut

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.