Cuando una familia decide emprender un negocio, está poniendo en juego mucho más que la ilusión de un proyecto común y el esfuerzo económico que supone llevarlo a cabo. El paso de familia doméstica a familia empresaria está lleno de incertidumbres y riesgos.
Muchas empresas consiguen reforzar los vínculos entre los miembros de la familia que las fundan, sin embargo, en el otro lado se cuentan todas aquellas familias que rompen sus vínculos para siempre a causa de diferencias irreconciliables en el ámbito laboral.
¿Cómo se gestionan las relaciones económicas y laborales cuando se entremezclan con los lazos familiares? ¿Hasta dónde deben llegar en sus opiniones los familiares políticos?¿Quiénes son los herederos y cuál es su derecho a la sucesión?¿Cómo se reparte el patrimonio entre ellos?
Todas estas preguntas necesitan una respuesta consensuada entre los implicados en el negocio para que los conflictos – que siempre surgen – se resuelvan de manera madura y profesionalizada.
El protocolo nace de la esencia de las relaciones familiares y las refleja, por lo que la cuestión del consenso es clave. El protocolo familiar no se puede imponer. En los casos en que se opta por esta vía, no funciona porque en lugar de favorecer las relaciones de confianza, que es precisamente para lo que está concebido, generará actitudes individualistas y falta de compromiso con unas reglas de comportamiento con las que uno no se siente identificado.
Se trata, quizá del aspecto más complicado a la hora de conseguir un modelo de éxito, porque para que el consenso se produzca, deben darse las siguientes condiciones:
Como cada familia (y cada empresa) es un mundo debido a su cultura, identidad, valores y objetivos, no se puede establecer una receta mágica de cuál es el modelo de protocolo familiar de éxito.
Cada familia tendrá el suyo propio, adecuado a sus características diferenciadas.
Aunque como se ha dicho cada protocolo familiar sea diferente, lo que sí se puede es identificar qué aspectos tienen en común. Para que un documento de este tipo tenga resultados, los contenidos mínimos que debe describir están relacionados con:
Teniendo claras estas pautas, cada familia deberá elaborar y consensuar un protocolo propio y adaptado, que cubra las principales incertidumbres y contribuya a crear un ambiente de seguridad y confianza entre los socios de la empresa.
Una vez que una familia empresaria se decide a crear su protocolo, comienza una etapa difícil en la que se pondrán a prueba las motivaciones y los niveles de compromiso de todos los componentes de la estructura familiar.
La cuestión es trascendente, porque desde el momento en que se apruebe, el protocolo regirá las relaciones de la familia dentro de la empresa y guiará las decisiones en las cuestiones que más impacto producen.
Por ello, el establecimiento de un protocolo familiar se realiza en diferentes fases, en las que se van elaborando sus contenidos hasta el momento de su puesta en marcha:
Fuente http://www.eaeprogramas.es/empresa-familiar/2014/05/como-establecer-los-modelos-de-protocolo-familiar-de-exito.htm