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7 Hábitos para comenzar en 7 días que te garantizarán mucha felicidad

Por Marc Chernoff

“Aprende a valorarte a ti mismo, lo que significa: Lucha por tu felicidad.” – Ayn Rand

En nuestra ocupada vida diaria, es fácil perderse el bosque por los árboles y pasar completamente por alto algunas de las más obvias actividades que pueden afectar de manera desproporcionada nuestros niveles de felicidad. Por suerte, podemos contar con algo más que nuestra intuición; hay un montón de estrategias probadas que tienen como objetivo crear los comportamientos correctos que nos conducirán a una vida más feliz.

Echemos un vistazo a los siete consejos más visibles que puedes empezar a aplicar durante la próxima semana.

1. Encuéntrale un sentido a tu trabajo.

La semana pasada, entrevisté a la casera de un motel en Miami Beach por un proyecto paralelo en el que estoy trabajando. “¿Te gusta tu trabajo?”, Le pregunté. Para mi sorpresa, sonrió de oreja a oreja y no pudo decir nada por un par de segundos. Finalmente se recuperó y me dijo: “No puedo creer lo mucho que amo mi trabajo! Tengo la oportunidad de hacer a docenas de nuestros huéspedes felices todos los días y alimentar a mis dos hermosos hijos al mismo tiempo.” Hablando de una poderosa perspectiva! ¿Cierto?

Un trabajo es sólo un trabajo si optas por verlo como un trabajo. Pero hay mucho más que eso. Todo trabajo es una oportunidad para servir. Todo trabajo es una oportunidad para expresar tus dones y talentos. Todo trabajo es una oportunidad para serles útil a otras personas. Todo trabajo es una oportunidad para cambiar el mundo. Depende de ti encontrarle un sentido a tu trabajo, sin importar si eres un casero, un oficial de policía, maestro, astronauta o emprendedor. Debes encontrarle un sentido a tu trabajo para que cada día sientas como si estuvieras en una misión significativa.

Así que, hoy te desafío a:

Amar lo que haces, hasta que puedas hacer lo que amas. Amar donde estás, hasta que puedas estar donde amas. Amar a las personas con las que estás, hasta que puedas estar con las personas que más amas.

Este es el camino que nos llevará a la felicidad.

2. Abraza la incomodidad para ganar maestría.

Las personas felices suelen tener algo que se conoce como una “firma de fortaleza”; al menos un conjunto de habilidades en las que se han hecho expertos, incluso si el proceso de aprendizaje los hizo sentirse un poco incómodos al principio.

Durante la última década hemos ayudado a miles de personas, y una lección que aprendimos es que, sí, dominar una habilidad es tan estresante como crees que es. Sin embargo, este estrés es positivo. Aunque el proceso para hacerte experto en algo pasa factura a las personas en forma de estrés, las personas también admiten que estas mismas actividades hacen que se sientan felices y satisfechas cuando miran atrás en sus días, semanas, meses y años. Ellos ven su progreso y se sienten muy bien por ello.

La verdad sea dicha, ser terrible en algo es el primer paso para ser verdaderamente bueno en ello. Los problemas son la evidencia de progreso. Cuanto más tiempo pasas allí, más rápido aprendes. Es mejor pasar 10 minutos de crecimiento de alta calidad, que una hora corriendo en un mismo lugar. Tienes que practicar en el punto donde se encuentra el límite de tu capacidad, expandirte una y otra vez, cometer errores, tropezar, aprender de esos errores y expandirte aún más.

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Las recompensas de hacerte bueno en algo a largo plazo son muy superiores a la incomodidad que sientes en el corto plazo en el proceso de ganar tus rayas.

3. Despréndete de tus fracasos y éxitos.

La autoestima sujeta a los méritos externos puede ser muy frágil. Por ejemplo, a través de nuestro coaching, Ángel y yo llegamos a saber que la mayoría de los estudiantes universitarios que atan su autoestima a su escolarización se sienten muy bien cuando reciben una buena nota o una carta de felicitación, pero se sienten terribles cuando no. Lo que estos estudiantes están olvidando es que el fracaso no es algo que eres; es algo que experimentas. Y lo mismo es cierto para el éxito.

Así que recuerda que las personas felices y exitosas suelen ser felices y exitosas en el largo plazo por una sencilla razón: ellos ven al fracaso y al éxito de manera diferente. No toman todo lo que va mal como personal, y no se les van las cosas a la cabeza cuando todo va bien tampoco. Sigue sus pasos. Haz lo mejor que puedas, y se un humilde estudiante de por vida. Nunca dejes que el éxito llegue a tu cabeza y nunca dejes que el fracaso llegue a tu corazón.

4. Se productivo, pero corras.

Estar apresurado te pone en la pista rápida para ser miserable. Punto. Pero, por el otro lado, no tener nada que hacer también puede pasarte factura (una mala noticia para los que se suscribieron al sueño de no hacer nada). El equilibrio correcto es cuando estás viviendo una vida productiva a un ritmo cómodo. Lo que significa que deberías estar expandiendo tu zona de confort a menudo, pero no tanto como para sentirte frenético y fuera de control. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero sin duda un estado positivo que vale la pena intentar alcanzar.

Un método para lograr esto es tener intervalos de “trabajos pesados” y “trabajos livianos” programados para el día. Durante los tiempos de “trabajo pesado”, vas con toda tu fuerza a por ellos, y entonces, tan pronto como llegue un intervalo de “trabajo liviano”, reduces la velocidad. Es simplemente una cuestión de programar tiempo todos los días para no estar demasiado ocupado. Ten tiempo dedicado a no hacer nada; momentos claros del día para reflexionar, descansar y recargarte. No te engañes; no estás tan ocupado como para no poder darte el lujo de unos minutos de cordura.

Además, ten en cuenta que no siempre puedes aceptar las peticiones y demandas de todos los demás; así es como las personas se aprovechan de ti. A veces tienes que establecer límites claros. Todos tenemos obligaciones, pero un ritmo cómodo sólo puede encontrarse mediante la gestión adecuada de sus Síes. Está dispuesto a decir “No” a la mayoría de las cosas, para que seas capaz de decirle “Sí” a las cosas correctas.

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5. Da cuando seas capaz.

Si bien, por lo general, se considera un acto desinteresado, dar es a menudo más beneficioso para el dador que para el receptor. En otras palabras, proveer apoyo social de cualquier tipo en realidad puede ser más útil para nuestras vidas que recibirlo. Intuitivamente creo que todos sabemos esto, porque se siente increíble ayudar a alguien que lo necesita. Y eso es porque la felicidad duradera no es resultado de lo que tenemos, sino de lo que damos; la experiencia de marcar una diferencia en el mundo.

La ciencia detrás de esto es simple…

Realizar cualquier acto de bondad libera serotonina en el cerebro. La serotonina es una sustancia natural que tiene increíbles beneficios para la salud, incluyendo hacer que te sientas más alegre. Sin embargo, lo que es aún más genial sobre esto es que no sólo te sentirás mejor, sino que se lo traspasarás a los que miren tu acto de bondad. Así es; los transeúntes serán bendecidos con una liberación de serotonina sólo por verte dar bondad. (Y una nota al margen es que el trabajo de la mayoría de los antidepresivos es liberar más serotonina.)

Así que ten en cuenta que, si bien no puedes dar todo de ti todo el tiempo, puedes dar un poco de ti de vez en cuando, y hacerlo hará toda la diferencia.

6. Cultiva tus relaciones más cercanas.

Finding Flow, un interesante libro de psicología sobre la felicidad, revela datos de una encuesta que muestra que cuando alguien dice tener unos pocos amigos cercanos con quienes puede discutir problemas importantes, es 60% más propenso a decir que es feliz. Además, ¿sabías que los estudios han demostrado que las tasas de mortalidad del humano promedio se DUPLICA cuando estamos solos? Whoa!

Las buenas relaciones realmente valen su peso en oro. Y el número de amigos no es el aspecto importante aquí; es el esfuerzo que le pones a tus relaciones lo que importa. Aunque sea duro pensarlo, incluso las mejores relaciones se disuelven con el tiempo si no se mantienen; la cercanía con alguien es algo que necesitas ganar continuamente, por lo que nunca la trates como algo dado. Cada vez que te conectas con las personas cercanas a ti, fortaleces aún más esos lazos y te das un poco más de felicidad al mismo tiempo. Ganar-ganar.

Y no esperes para hacer grandes planes con tus seres queridos. Haz que tu tiempo juntos sea el plan. Comunícate abiertamente con ellos regularmente. Sal con ellos tan a menudo como te sea posible. No porque sea conveniente hacerlo, sino porque sabes que valen la pena el esfuerzo extra.

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Sólo suelta tu smartphone, cierra tu laptop y disfruta de la compañía del otro, cara a cara, de la vieja manera. Hay pocas alegrías en la vida que igualan a una buena conversación, una verdadera risa, un largo paseo, un baile amigable, o un gran abrazo compartido por dos personas que se preocupan por la otra. Algunas veces las cosas más ordinarias pueden hacerse extraordinarias sólo por hacerlas con las personas adecuadas. Así que elige estar con estas personas, y elige pasar la mayoría de tu tiempo, juntos.

7. Sé fiel a ti mismo.

Esta es más anecdótica que específica, pero tal vez el punto más importante de todos.

Cuando The Guardian le preguntó la enfermera de un hospicio sobre los arrepentimientos más comunes de los moribundos, una de las respuestas predominantes fue que las personas se lamentaban de no haber sido fieles a sí mismos. Como un paciente le dijo, “Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperan de mí.”

Has que esa cita habite en tu mente y te recuerde hacer que tus necesidades sean una prioridad.

Porque en última instancia, no importa como vivas o lo maravilloso que seas, siempre decepcionarás a alguien más. Así que haz lo tuyo. No dudes y desperdicies tu tiempo dando un montón de explicaciones. La mayoría de las personas sólo escuchan lo que quieren escuchar de todos modos. Sólo porque alguien no entienda tu punto de vista, no significa que no exista una gran explicación.

En serio, ¿puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quien deberías ser? La felicidad se encuentra cuando dejas de compararte con los demás y con lo que quieren. Deja de vivir por los demás y por sus opiniones. Sé sincero contigo mismo. Eres el único responsable de tu vida. La única pregunta es: ¿Qué es lo que quieres hacer con el resto de ella?

¿Comienza a hacerlo!

Como se suele decir, hay siete días en la semana, y “algún día” no es uno de ellos.

Publicado originalmente en TrucosParaVivirMejor.com

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