por Silvia García
Como dice el anuncio de la primitiva, no tenemos sueños baratos, “ni pequeños incluyo yo”.
Y quién puede afirmar si esto está bien o está mal, verdad?A veces por autoexigencia, otras porque nos ponemos a prueba a través de retos, y otras simplemente por evolución natura.
El caso es que cuando hemos alcanzado una cima, surge el gusanillo y ahí vamos a por más…
Hasta aquí como coach no encuentro ninguna dificultad, el problema surge cuando cuando ese viaje entre la situación actual y el sueño u objetivo se vuelve “poco ecológica” para la persona. Tener sueños grandes no debería suponer un problema en la medida en que sepas medir con objetividad la distancia entre donde estás y dónde quieres llegar, de qué recursos y habilidades dispones para lograrlo, y qué medios y apoyos serán necesarios.
La etapa de soñar suele estar impregnada de mucha ilusión y motivación, Pero a la hora de empezar cuando nos ponemos en marcha, el contacto con la realidad es “menos guay”, la realidad rompe el globo de la fantasía.
Es en ese momento donde muchas personas y organizaciones fracasan, pierden el foco a la hora de abordar tareas pequeñas, las postergan, se distraen, y se suelen interesar por otras actividades “más estimulantes”.Esto es una locura!!!
Un alto porcentaje de los bajos resultados anuales de una empresa tienen más que ver con la postergación de tareas pequeñas, que retrasan a gran parte de los departamentos. He llegado a ver pagarés de sumas importantísimas olvidados en un cajón sin ser cobrados simplemente porque “se nos olvidó”. A conocer equipos que han estado dos días sin continuar con su trabajo, porque faltaba un informe desde su superior. ¿Imaginas la pérdida de recursos que estás generando en esa acción?
Fuente http://wingscoaching.es/actuar-en-pequeno-pensar-en-grande/