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El Modelo de Gestión del Saco de Naranjas.

por Joel Pintos

En días pasados estuve reflexionando acerca del modelo de gestión de recursos humanos que utilizan algunas empresas para maximizar su rendimiento e incrementar el volumen del negocio y, por mi propia experiencia personal, no pude hacer otra cosa sino pensar en un saco de naranjas.

Sabes que me gusta siempre utilizar palabras sencillas, claras, de las que usamos día a día, para hablar de temas que podrían tratarse de una manera mucho más formal. Por eso el saco de naranjas, porque seguramente alguna vez en tu vida, has tomado un delicioso zumo recién exprimido o has comido un suculento postre que se prepara con las cáscaras de esta fruta.

Y es justamente por allí por dónde quiero comenzar. Existen, por lo menos, dos formas de gestionar un saco de naranjas, que reflejan claramente el como se hacen las cosas hoy en día en muchas empresas y el cómo pienso yo que deberían hacerse.

Comencemos entonces por exprimir naranjas para hacer zumo.

En toda familia la forma más sencilla de hacer zumo de naranja es la de tomar las frutas del saco, lavarlas con agua para evitar cosas raras, cortarlas en dos y exprimirles el zumo en un utensilio especial para ello, bien sea el exprimidor tradicional de toda la vida que nos dejaba las manos trituradas, o de los modernos eléctricos.

Exprimimos las naranjas hasta que la fuerza de nuestras manos nos lo permite o hasta que ya no queda más pulpa que exprimir en la fruta. Las semillas se recogen en el filtro del exprimidor y, generalmente, se desechan junto con las cáscaras.

Voilá. Nuestro delicioso zumo está preparado, con toda su carga vitamínica, con todas sus propiedades medicinales, y sobre todo, con su maravilloso sabor.

Hasta ahora, todo bien, ¿verdad?. Compraste naranjas para hacer zumo y ya tu bebida está hecha. Un modelo de gestión tan comúnmente usado, que es difícil ver donde están sus fallas.

¿Cómo podemos sacar más provecho a este modelo de gestión?

Este modelo de gestión es el que aplican muchas empresas para gestionar a sus empleados y tal vez sea el modelo que tú aplicas en la tuya: Contratas personas para que realicen una labor específica, las exprimes (poco a poco, o hasta más no poder) para obtener de ellas los mejores resultados y una vez la capacidad de esa persona para hacer su trabajo ha disminuído o se ha detenido por completo, la relación laboral termina. Finito.

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¿Qué pasa con las cáscaras y las semillas? En muchas casas se aprovechan las cáscaras para hacer postres deliciosos o incluso, en los casos más científicos, para hacer medicamentos, perfumes, cosméticos y hasta biocombustible. Las semillas, pues obviamente, las puedes utilizar para sembrar árboles que te produzcan más naranjas para hacer zumo.

En el caso de las personas, las cáscaras corresponden a todos aquellos talentos escondidos y destrezas adicionales que la persona posee que le pueden permitir desarrollar de manera efectiva más de una actividad, o bien ser promovida dentro de tu propia empresa a un departamento en el que sea más productiva para tu negocio.

Y las semillas son como las ideas que esa persona puede producir para ti, que te permitirían desarrollar cosas nuevas, productos, estrategias, planes, y tantas otras cosas.

No te limites a la evaluación por el desempeño de tareas específicas.

Las personas son como las naranjas: Todas ellas pueden dar zumo, es decir, pueden desempeñar una labor específica, pero también, como las naranjas, tienen talentos y destrezas adicionales, y producen continuamente ideas que pueden ayudarte a desarrollar tu negocio de manera positiva.

No limites tu modelo de gestión a la evaluación por el desempeño de una tarea solamente. Profundiza en la gestión de tu recurso humano para que puedas descubrir de qué manera puedes potenciar el desarrollo de todo el potencial de cada uno de tus empleados, motiva el crecimiento y la preparación contínua, abre vías para el desarrollo y el compartir de ideas nuevas.

Abre tu mente empresarial para que puedas aprender de todas y cada una de las personas que trabajan contigo hoy, porque tal vez mañana compres un saco de naranjas que no producen tanto zumo, que tienen pocas semillas o cuyas cáscaras son muy duras para sacarles más provecho.

Fuente http://www.joelpintoromero.com/2012/04/el-modelo-de-gestion-del-saco-de.html

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Comentarios (2)

  1. ian dice:

    excelente sin desperdicio

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