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Retos del líder moderno. 3 Claves para que la técnica se convierta en arte

Por : Fabián Martínez Hernández

Clave 1: Estar presente y abierto

Es muy curioso pero fuimos educados a través de métodos y estrategias que el tiempo se encargó de demostrarnos que no nos alcanzarían para atender la realidad futura. Y ¿Cómo pretender que lo memorístico pueda ser útil en un mundo donde los mapas y entornos se alteran vertiginosamente? ¿Cómo pretender que una persona funcione con un condicionamiento, si cuando era pequeña había en su percepción tres variables y mil constantes mientras que ahora hay un millón de variables y 5 constantes?

Es nada más y nada menos que pretender enfrentar nuestros surcos mentales con su velocidad de tortuga frente a las vicisitudes de la vida que van a la velocidad del rayo y la fuerza del Tsunami. Estamos en la era de lo multifactorial y la única forma de atenderlo adecuadamente es sistémicamente como el artista: estando abierto a la intuición.

Estar en la técnica es luchar con la vida, estar en el arte es fluir o dejarse llevar por la vida. Los budistas dicen que “si quieres conocer tu pasado, debes examinar el presente que es la consecuencia y, agregan, que si quieres conocer tu futuro examines tu presente que es la causa.”

Para un líder que quiere llevar artísticamente a cabo su labor, significa el aprender a estar auténticamente presente y abierto, tanto en lo que pasa adentro en su mundo sutil como lo que pasa afuera en el mundo denso; dentro del mundo sutil -estar atento- a todo lo que lo que lo conforma: pensamientos, emociones, sentimientos, sensaciones, sinestesias, intuiciones… dentro del mundo denso de la misma forma: deseos, actitudes y comportamientos, creencias, intereses, paradigmas, acciones o no acciones, hechos e interpretaciones, eventos y así en lo sucesivo.

Clave 2: El disfrute

La segunda pista para que el líder se percate que su accionar está dentro del arte, es si está disfrutando lo que ocurre. Si no lo está haciendo es casi seguro que aun está en la técnica. Dentro de la técnica, él estará buscando las soluciones o los orígenes en lo ya vivido. Quizá quiera encontrar la respuesta en un libro, o en sus apuntes de curso, o en el reporte del año pasado. Está en la técnica de estarse repitiendo en un proceso mental y, no es que no se valga hacerlo, sino más bien tiene que ver si se está dando cuenta de ello por un lado, y por el otro si es clara su intención de hacerlo de esa manera.

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Estar en la técnica es un proceso deductivo, es meterse en un cuello de botella; estar en la técnica sería como creer a pie juntillas que el proceso o método aprendido va a resolver el problema que presenta “x” persona, simplemente por las similitudes que tiene a otro caso citado, olvidándose de que simplemente es otra historia. Estar en la técnica sería como percatarse que lo cognitivo sigue teniendo mayor peso que el Ser. Cuando son más importantes los resultados que los caminos, se está en la técnica; urge tener la respuesta a un problema, urge que acabe una “mala” pasada.

Eso puede generar estrés y así es muy complicado que se dé el disfrute. Cuando son igual de importantes ambos, se podrá aspirar a estar en el arte. Si está intentando resolver un problema desde lo mental o desde la presión, el líder está en la técnica. Si se da el permiso de hacerlo desde lo intuitivo, está en el arte, y es muy probable que pueda estar disfrutándolo, sobre todo si se conjuga con alguna de las otras dos claves.

Clave 3. Elegir o refundar su intención diariamente

Moverse con arte es elegir estar auténticamente presente para lo que vaya apareciendo en el camino, muchas veces la administración o mercadotecnia a esto le llama “servicio”; quiere decir sentir el presente expandido, que se sabe complejo más no intratable. Al acallar la mente se abre la puerta a la percepción holista y se sabe que si la intención es clara hasta “el error” aparece en el momento justo, como otra más de las oportunidades para el desarrollo y la expansión, personal y/o del equipo.

El líder artista sabe que la energía de un equipo de trabajo puede romper el estancamiento y empezar a circular, como sabe que con solo soplar en una manguera puede hace que salga la basura atorada, como sabe también que si va en una vía congestionada puede buscar llegar más rápido por una vía alterna que presiente que existe, como sabe que afinando uno a uno los instrumentos, se puede llegar a la armonía deseada en la orquesta, aun cuando podría fallar en el momento del concierto alguno de ellos. Sabe que esa falla también juega un papel y que puede exprimirse e integrarse en pro del crecimiento compartido delequipo.

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Y una cosa muy importante el líder que ha aprendido a moverse con arte sabe que cada día debe tomar la elección consciente de seguir en este camino que puede ser tan “saturado”, “concurrido”, “trastabillado”, “lleno de incertidumbre”, “con muchos trabucles”, pero sabe que el camino vale la pena y elije nuevamente seguir creciendo y desarrollándose a partir de los retos que envuelven dicho camino. Son las vicisitudes a través de las cuales él ha elegido conscientemente CRECER. Sabe con certeza que el camino se conquista en el día a día.

Fuente: Gestiopolis

Publicado por Juan Carlos Santos Cougil

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Comentarios (1)

  1. Carlos S. Andrade Padilla dice:

    Un buen artículo que fortalece el espíritu de los que son líderes y de los que estemos en camino…

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