Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » No se puede andar planificándolo todo en la vida… o si?

No se puede andar planificándolo todo en la vida… o si?

por Marcelo Molina

Te propongo conversar hoy de algunos términos que tienen relación entre sí, que pueden ser vistos como sinónimos, y encierran en sí mismos detalles interesantes que bien vale dedicarles algunos minutos para revisarlos:

misión, propósito, vocación, intención, fin, valores, deseo, sueño, pasión, motivo, visión, plan, programa, proyecto, objetivo, meta, tarea

Te presto mi interpretación acerca de cómo están relacionados estos términos, para que podamos conversar y sumar reflexiones.

Veo que estos términos encierran las respuestas a ciertas preguntas que los seres humanos nos hacemos, algunas día a día, otras cada año, otras de tanto en tanto, y otras surgen en algún momento de nuestras vidas y rara vez se vuelvan a repetir.

¿Para qué?
Generalmente, cuando preguntamos acerca del “para qué” de algo, la respuesta está relacionada íntimamente con el propósito. Según su etimología, esta palabra está formada por un prefijo “pro” (hacia adelante) y “positum” (poner), o sea, indica una cualidad de meta, que puede ser una intención. Quizás por eso mismo, la definición del diccionario de la RAE indica en su primera acepción para la palabra propósito: “Ánimo o intención de hacer o no hacer algo”.

Respecto de la intención, el mismo diccionario declara que es: “Determinación de la voluntad ordenada a un fin”. Aquí la etimología (y el “sentido común”) difiere en cierto modo, ya que proviene de “intentionis”, formado por “in” (hacia adentro) y “tentare” (tentar) y determina “pensamiento interior que induce, provoca o estimula a llevar a cabo una cosa”. Y todos sabemos la diferencia que hay entre “determinar la voluntad” y tener un “pensamiento interior”. Con el primero damos expresión a una elección, con el segundo, solo evaluamos posibilidades. De cualquiera de las 2 formas, queda claro que la intención es una parte constitutiva y necesaria para la toma de decisiones y tiene que ver con la respuesta de “hacia dónde voy”.

¿Por qué?
La respuesta a una pregunta que se inicia con un “¿por qué?” siempre es un juicio, una interpretación, una proposición de una observación que una persona puede hacer de sí mismo, de otros o de su entorno, acerca de las causas o motivos de que algo haya sucedido. Bajo esta mirada, podemos decir que la motivación es una actitud que surge (o elijo) desde la interpretación del por qué hago algo, es decir, la motivación es un motivo+acción. Desde ese punto de vista, podemos argumentar que la misión o la vocación de una persona, son juicios que responden a la pregunta del “por qué” de su la existencia o su trayecto en este mundo. Es la forma que el hombre encuentra para darle un sentido a la cuestión “de dónde vengo”.

Si examinamos la palabra misión, del latín “missio” compuesto por el verbo mittere (enviar) y el sufijo “sio” (acción y efecto de), es decir, acción de envío, nos propone la idea de que somos de algún modo enviados a este mundo “a ser” o “a hacer” algo en particular.

Lectura relacionada  Es difícil

Del mismo modo, la palabra vocación, que en su etimología proviene del verbo latino “vocare” (llamado), también nos invita a pensar en que somos “llamados” a ser o realizar determinado trayecto en este mundo.

La diferencia que encuentro entre estos dos vocablos tiene que ver con la “tensión” que produce cada uno: la misión posee una tensión “desde”, que podríamos llamar reactiva, porque “algo o alguien” nos envía desde un lugar hacia otro. En cambio, la vocación posee una tensión “hacia”, o proactiva, dado que “algo o alguien” nos llama y nos sentimos atraídos hacia “ello”.

¿Qué?
Esta pregunta nos estimula a pensar en algo, que puede ser concreto y definido, o abstracto e indeterminado, y que define los términos de algo (de algo que viene después del “qué”).

Por ejemplo –y aquí va una de las preguntas más desestructurantes que puede existir para un ser humano–: “¿qué querés que pase?”

A esta pregunta se puede contestar de diferentes maneras. Cuando respondemos con un deseo, hacemos referencia a algo que anhelamos, sentimos apetencia o aspiramos, y aparece conjuntamente con un impulso a concretarlo, satisfacerlo.

Cuando ese deseo se hace cada vez más profundo, y aparece en nuestra consciencia con mayor frecuencia o potencia, se empieza a convertir en un sueño, y nos imaginamos incluidos en ese “nuevo mundo” en donde el deseo está siendo satisfecho o alcanzado.

Una fuente común de deseos y sueños, que tiene que ver con lo cognitivo-racional, son nuestros valores. Aquello que nosotros valoramos, aquello que para nosotros es muy importante, esas cosas/personas que “valen la pena”, todo eso que es muy valioso a nuestros ojos, está relacionado con nuestros valores vitales. Otra fuente común a deseos y sueños, y en este caso tiene que ver con lo emocional, es lapasión. La pasión es esa afición vehemente hacia algo, esa fuerza interna inexplicable e irracional, que impulsa al hombre a avanzar en alguna dirección.

Ahora bien, cuando respondemos a un “¿qué querés que pase?” con una visión, estamos dando cabida y expresión a nuestros sueños y deseos, desde la razón y desde la emoción, y desde el lenguaje estamos haciendo una DECLARACIÓN de lo que queremos que pase. Y en esta declaración de visión se encuentra explícito el “qué”, con detalles que lo hacen definible, en donde constan los alcances (¿cuánto? ¿quiénes?) y fundamentalmente el tiempo en que ocurrirá (¿cuándo?).

¿Cómo?
Del mismo modo que la respuesta a un “¿por qué?” siempre es un juicio, la respuesta a un “¿cómo?” también siempre es un juicio, una interpretación, una manera subjetiva de proponer cursos de acción (sucedidos en el pasado, observados en el presente o imaginados para el futuro).

Lectura relacionada  Cómo controlar nuestra atención

Las visiones suelen tener –por lo general– una “vida útil” de algunos años, por lo cual, se hace necesario una cierta organización que indique cómo alcanzarla, cómo hacer para que ese sueño/deseo finalmente se convierta en un hecho, y podamos declarar cumplida la visión.

Una forma de organizarse que ha demostrado ser efectiva en el mundo empresarial es “bajar a la realidad” esa visión –que a priori puede resultar muy inspiradora pero también muy desafiante– en una serie de documentos escalonados, concatenados, progresivos y alineados, que nos permitan llevar un control de lo que va aconteciendo, y nos permita hacer evaluaciones periódicas para revisar la marcha, y que se denomina PLANIFICACIÓN. Esta “bajada a la realidad” puede ser una planificación, simple o compleja, dependiendo de cuán grande y poderosa –en términos de acciones a realizar y recursos a conseguir—sea la visión.

Si, por ejemplo, tenemos una visión a 5 años, resultaría altamente estimulante escribir un plan quinquenal, con marcado contenido estratégico orientativo, determinando políticas, criterios y prioridades. Dentro del plan se definirán el/losprogramas, por ejemplo, para cada año, con un claro contenido táctico, especificando la instrumentación coherente con dicho plan, sus fines y asignación de recursos. Cada programa contará con uno o más proyectos, que entraría en un nivel decididamente operativo, describiendo procesos y desarrollo de actividades coordinadas, dentro de un horizonte de tiempo y espacio dados.

En los 3 niveles (estratégico-táctico-operativo) encontraremos objetivos, que variarán en su generalidad o especificidad (encontraremos objetivos generales en el plan, y objetivos específicos en los proyectos, y de ambos en los programas).

Cada objetivo necesariamente deberá contar con indicaciones precisas en lo que respecta a: qué, cómo, dónde, quiénes, con quiénes, cuánto, cada cuánto, y fundamentalmente, para cuándo.

Cada objetivo podrá (o no) contar con metas intermedias que, cuando son colocadas convenientemente, son realmente muy valiosas a la hora de hacer las evaluaciones y correcciones que pudieran ser necesarias. Y finalmente, para lograr cada meta será necesario realizar algunas actividades o tareas, lo que sería el nivel más profundo de detalle de la planificación.

¿Un ejemplo de todo lo escrito hasta ahora?

Mi propósito en la vida es asistir a las personas.
Mi intención es ser contexto para el aprendizaje permanente, propio y para otros.
Mi misión en la vida es ser contexto de aprendizaje para aquellas personas que quieran descubrir su propósito vital y que quieran declarar visiones inspiradoras para sus vidas.
Mi vocación es colaborar en que cada ser humano libere todo su potencial, para que sean plenamente libres y responsables.
Mi deseo es llegar con esta oferta a la mayor cantidad de personas que me sea posible durante mi existencia.
Sueño con un mundo en donde las personas declaran sus propósitos vitales y alcanzan sus visiones.
Mi visión a 10 años es dar vida a una comunidad global de aprendientes, que se asisten unos a otros en sus aprendizajes. Es ecológicamente autosustentable y con una disposición natural a la diversidad. Cuenta con espacios físicos y virtuales para este aprendizaje, cuyos focos son: la autodeterminación, y la autogestión corporal y emocional de las personas. El resultado visible es un mayor índice de felicidad y paz en las personas y su entorno.
Los valores que guían mis pasos son la libertad, la responsabilidad y la paz.
Mi pasión es conocer, aprender y compartir!

Lectura relacionada  La sociedad cansada

Por una cuestión de extensión de la nota, no voy a continuar con el ejemplo de una planificación. Pero si te interesa conocer cómo se podría hacer una planificación en base a tus propias definiciones, te ofrezco que me contactes, y conversemos para abrir posibilidades!

“Los propósitos que persigas que sean egoístas, no te llevarán más allá que a ti mismo; pero los fines que sirvas que sean para todos en común, te llevarán a la eternidad” ~ Marcus Garvey

Te comparto a continuación, a modo de despedida de este artículo, un video con el que seguir reflexionando acerca del tema que nos ocupa: “el propósito vital de toda persona”

Espero de corazón que este artículo haya sido de alguna manera útil para tu vida. Si en algún momento consideras que necesitas revisar o re-crear tu PROPÓSITO en la vida, y quieres dar tu primer paso hacia una más profunda autoconciencia, para lograr un mayor bien-estar, estoy disponible para que me consultes y conversemos de qué manera puedo asistirte.

Recibe mi total agradecimiento por permitirme compartir contigo estas reflexiones y te agradeceré las reenvíes a quienes consideres les pueda ser de utilidad.

Hasta nuestro próximo encuentro!
Para que disfrutes este viaje EN-TREN-A-TU-VIDA!

Fuente https://entrenatuvida.wordpress.com/2016/02/15/no-se-puede-andar-planificandolo-todo-en-la-vida-o-si/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.