Simplificar es mejor

por Omar Carreño

Voy a iniciar este artículo con un ejemplo real: El otro día me tocó escuchar un caso en el que todo un proyecto se complicaba porque ya no había lugares en el vuelo de salida hacia cierta entidad, entonces la “solución” más viable era mandar al personal un día antes, con lo que iban a provocar que se recorriera un día más la comisión para salir un día antes y por consiguiente generar viáticos devengados de un día adicional (esos que te cubren después de dos meses), y un largo etc.

La comisión requería un vuelo de 40 minutos, su consecuente tiempo de arribo al aeropuerto, las dos horas previas, el tiempo de embarque, la documentación, en fin cuando menos unas cuatro horas y media entre toda la tramitología.

Por otro lado, el recorrido en autobús tarda exactamente tres horas y media, más el tiempo de arribo a la Central camionera, y considerando que salen camiones cada 15 minutos vamos a suponer que sean las mismas cuatro horas y media, además hay película en el trayecto y gran espacio entre los asientos.

Yo nunca he entendido la necesidad de realizar este viaje en avión, pero ahora que se presentó un conflicto, creo que la solución más simple era la única que no se podía ver, ¿Por qué? Porque estamos acostumbrados a hacer aquellas cosas que son más complicadas y en una situación crítica pocos pueden voltear hacia la simplificación.

Lo anterior tiene como finalidad demostrar la importancia de la simplificación.

Tengo que reconocer que hasta que empecé a incorporar nuevos hábitos en mi vida, comencé a tomar conciencia de la importancia de simplificar, eso me ha obligado a hacer algo que en ocasiones descuidamos mucho y es Pensar antes de Actuar.

La simplificación te ayuda a encontrar la ruta más sencilla para recorrer un mismo trayecto eliminando los problemas intermedios, como con un mapa de tesoro, hay muchos caminos para llegar a él pero tú sabes cuál es el que más te conviene.

Para simplificar el proceso es muy sencillo, así que presta mucha atención y encontrarás respuestas muy interesantes.

Lo primero que tienes que saber es exactamente qué resultado esperas obtener. Si no tienes bien definido hacia donde deseas llegar el camino no será importante y la forma en la que lo recorras tampoco.

Una vez conocido el resultado, el siguiente punto es considerar todos los pasos que actualmente realizas para cumplir con tu actividad, ahí es donde surge la magia, ya que tu proceso de análisis te debe permitir conocer a plenitud todo lo que haces y aquellas cosas que puedes desechar. ¿Complicado? No tanto. Veamos porqué.

Debes aprender a cuestionártelo todo, ¿Por qué haces las cosas de cierta forma? ¿Alguien influyó en que lo hicieras así? ¿Podrías hacerlo más sencillo? ¿Pasaría algo si no lo haces de la misma forma? ¿Puedes eliminar algunos pasos innecesarios?

Todas las respuestas a estas preguntas te irán dando la pauta de cómo actuar mejor, y déjame decirte algo, si empiezas a hacer esto con cada actividad que realices, muy pronto empezarás a dominar la técnica, simplificar es mejor porque te ahorra tiempo, procesos y pasos innecesarios, además te ayuda a ver la salida más viable con mayor rapidez.

Y por último, nunca tengas miedo a experimentar, lo peor que puede ocurrir es que tengas que volver sobre tus propios pasos y volver a hacer las cosas nuevamente y lo mejor que puede pasar es que encuentres una ruta mejor, pero ante todo habrás obtenido experiencia.

Mi Análisis Realista del día de hoy es: Aprender a simplificar te ayuda a utilizar tu sentido común y a hacer un análisis de cada situación para poder enfrentar la vida sin tantas complicaciones, no tomes decisiones precipitadas, siempre espera el primer análisis que te brinde tu mente.

Omar Carreño