por Silvia Caravantes
Si leéis artículos relacionados con creación de empresas y emprendimiento seguro que habéis oído hablar de las fases de un proyecto, empezando por la idea de negocio, la creación de un borrador de plan de negocio, después vendría la fase de validación de la idea (si has emprendido algo ya sabes que la idea no se valida con un estudio de mercado, se hace intentando venderla), el arranque o puesta en marcha, después si no te has quedado por el camino llega la fase de crecimiento y luego a veces solapada viene la de monetización y de la mano de esta suele venir más crecimiento y monetización.
En la temática de emprendedores y emprendimiento lo habitual es encontrarse con 1.000 artículos que te hablan de soluciones mágicas en los negocios, ya sea un negocio online, ya sea un negocio off-line………..”como triplicar tus clientes en 3 meses”, “como desarrollar una estrategia online imbatible”, …..os dejo el resto de titulares a merced de vuestra imaginación y recuerdo, ya que seguro que habéis leído más de uno. Y lo real es que la experiencia te demuestra que no hay soluciones mágicas en los negocios. Sí que hay mucho por obtener en cuanto a resultados futuros en cualquier proyecto :
Aquel o aquella que piense que emprender (da igual lo que hagas) va a suponer un poco de esfuerzo, un mucho de conocimientos y una pizca de suerte está bastante equivocado.
Sin ánimo de ser exhaustiva, este es un listado de vivencias de estos tres últimos años en cuanto a emprendimiento se refiere:
Aquellos de vosotros que os dedicáis a los servicios entendéis perfectamente de qué estoy hablando y si trabajáis por cuenta ajena y queréis lanzar un proyecto de servicios ya me entenderéis. Cuando prestas un servicio de forma personal, tu tiempo es una variable importantísima. En la medida que vas ocupando tu día a día con tareas no productivas que van ocupando ese tiempo disponible, queda menos para poder destinarlo a un desempeño que genere ingresos.
La experiencia me ha demostrado a medida que mi horario cada vez se ha ajustado más y más por la carga de trabajo, que o bien tus precios son públicos y transparentes o bien en el momento inicial hay que decirle al cliente el presupuesto de tus servicios: seas un coach, un asesor fiscal, un abogado, un experto en marketing online o cualquier otra profesión liberal. Porque parece que todos tenemos claro que si vas a una tienda de telefonía móvil y coges un iphone 6s nuevo o pagas los más de 600 euros que cuesta o te mandan al guarda de seguridad, pero no tenemos tan claro que si le consultas a un asesor fiscal que ha estudiado una carrera de derecho o economía, ha hecho un master en fiscal y lleva 15 años trabajando en la materia, la consulta que te puede suponer ahorrarte una cantidad determinada de dinero tenga un coste. He escuchado comentarios en este sentido del tipo “me ha costado esto por media hora de consulta”. Ya…. pero este señor o esta señora lleva más de 20 años dedicado a esta materia para poder ofrecerte un asesoramiento adecuado a un problema complejo en “media hora”. No estoy justificando el que determinados profesionales cobren una minuta elevada, simplemente entiendo que es justo que un servicio bien desempeñado tenga un coste que a veces es mal percibido por el cliente al no tratarse de la adquisición de un bien tangible y físico como puede ser un reloj, un teléfono móvil o un coche.
Al final se trata de prestar un buen servicio al cliente y optimizar tu tiempo para poder dar ese buen servicio. En mi caso, comparto de forma gratuita todo lo que escribo en la web y me consta que para miles de personas ha sido y es útil, porque cada semana desde que empecé recibo ese feedback en correos “muchas gracias por este artículo, me ha sido muy útil, gracias por compartirlo de esa forma…” y este tipo de comentarios, algunos de los cuales aparecen en la web porque en lugar de mandarme un mail lo hacen directamente en el artículo. A todos ellos GRACIAS, otra vez.