por Isra Garcia
Es imprescindible romper con todo, aunque sea tan solo por unos días.
Es necesario para:
• Pensar y actuar con claridad.
• Diferenciar entre trabajo importante y trabajo prescindible.
• Poder desarrollar mejor tu arte (especialidad / talento)
• Desconectar tu racionalidad y conectar con tus emociones.
• Seguir motivado e inspirado a largo plazo.
• Lograr la ultraproductividad y sentir que eres dueño de tu tiempo.
• Darte cuenta de las cosas que no ves cuando no te detienes a apreciar el viaje.
• Encontrar un equilibrio entre los extremos.
En ocasiones confundimos disciplina, éxito, mérito y felicidad con:
• Estar siempre disponible.
• Amasar cosas.
• Trabajar, trabajar, trabajar y trabajar sin parar.
• Poner horas y horas y horas, aunque el sentido y/o enfoque se esté perdiendo.
• La inhabilidad a tomar perspectiva sobre el camino recorrido.
• Una resistencia a ver el mundo que no estás viendo.
• La poca (o nada) voluntad a comprometernos con lo simple.
• El apego a una vida material. A la ciudad.
• Desviar la mirada cada vez que tenemos que escarbar dentro de nosotros mismos.
• Poseer la publicación en Facebook que más “compartidos” y “corazones” tenga.
• Reunir cientos de miles de seguidores e Instagram.
• Ser un yotuber o un blogger excesivamente popular.
• Mentir a nuestro “yo” cada noche sobre por qué hacemos lo qué hacemos y quien somos en realidad.
• Políticas, estructuras, empresas, economías, productos o servicios.
• Ser un/a estirado/a.
• Complacer y obedecer.
Bien, una vez lo ves de esta manera, está bastante claro que ninguna de estas cosas son signo de triunfo. De hecho son síntomas de estrés, agobio, ansiedad, descontrol y exigencia radical. No hay descanso, no hay tiempo para lanzarte a un vacío de nada y estar unos días en caída libre dentro de tu propio vacío. Falta esa desconexión pura y total que todos necesitamos cada no mucho tiempo. Fatla romper con todo.
Esta fue mi desconexión. 9 días sin Internet, sin “mi vida y mi trabajo”. Fue la culminación a la aventura Live the Possibility. Cuando acabó Burning Man y volví a conectarme a la mejor versión de mí mismo, suficiente para lo que tuviera que hacer, soportar, venir, pasar, recibir o luchar.
No fue por Burning Man, claro que no. Sí es cierto que las circunstancias, el contexto y la cultura ayudan mucho. Es más una elección (volvemos a la elección), la de desaparecer y estar contigo mismo. Así es como tomé mi segunda vez en el desierto de Black Rock City. Armado con una GoPro grabé momentos de forma muy amateur.
Una vez cada 6 meses desaparece, rompe con todo durante 3, 4, 8 o 10 días, los que puedas. Esfúmate por completo, en Burning Man, en tu casa, en un albergue rural en la montaña, en el desierto, en Japón o en Muro de Alcoy. Haz cosas que no tengan nada que ver con lo que haces a diario. Restrinje cualquier contacto con el trabajo o con Internet. Crea el estilo de vida que más te apetezca para esos dias. Cuando vuelvas, estarás con la carga de poder (mental, físico, espiritual y emocional) al máximo. Esto es alto rendimiento. Esto es Ultraproductividad. Es necesario, por tu bien.