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El protocolo familiar, un acto de responsabilidad del empresario familiar

por Ania Granjo

En España, el 90% del tejido empresarial son empresas familiares y, de ellas, apenas un 1% llega a la 4ª generación.

Como es algo que siempre me ha preocupado, he realizado una investigación doctoral durante 11 años, en busca de soluciones que frenen esta sangría de empresas que representan el 70% de nuestro PIB.

Entre mis propuestas se hallan algunas como: la creación de puentes de comunicación intergeneracional para lograr la continuidad de las mismas y evitar la fuga de cerebros de los jóvenes sucesores; una mayor integración del talento femenino en la sucesión; mi método ARBICOF para la prevención y resolución de conflictos de forma pacífica basados en la mediación y arbitraje; la creación e impulso del Protocolo Familiar Express que, ahorra un tiempo valioso y reduce la aparición de problemas añadidos. El protocolo familiar es un acto de responsabilidad del empresario familiar.

¿Por qué mueren estas mercantiles? En su inmensa mayoría tiene que ver con la falta de previsión de los problemas familiares dentro de la empresa. Un caso reciente es Porcelanas Lladró, que terminó siendo vendida. ¿Se podía haber evitado? Estoy convencida que sí. ¿Cómo? Si hubieran realizado en su momento un plan de sucesión pacífica con armonización de los sucesores de las tres ramas familiares de los fundadores plasmado en un específico protocolo familiar.

¿Por qué no se hizo? Porque dicha multinacional valenciana – que ofrendó grandes glorias a España y a la Comunidad Valenciana allende nuestras fronteras y fue una gran abanderada de Marca España – pecó, como la casi totalidad de las actuales empresas familiares, de falta de prevención del plan de continuidad a través del oportuno protocolo familiar que abordase las cuestiones de la sucesión en tiempo adecuado. Cada empresa familiar necesita el suyo propio y exclusivo porque cada una tiene una estructura familiar y circunstancias diferenciales que la hacen única.

De no hacer nada al respecto, seguirán muriendo. Debemos evitarlo porque estas empresas son la esencia de España. Con su internacionalización exportan nuestra cultura a otros los países ofreciendo una imagen de prestigio, calidad, seriedad y trabajo bien hecho.

El empresario familiar debe abordar el tema de la sucesión en vida cuando goza de buena salud. Así ayudará a la transición pacífica de su negocio familiar. Apuesto por un enfoque integrador que englobe a tres generaciones: fundador (1ª generación): asesorando con su experiencia y talento. Los hijos (2ª generación), acoplando los valores tradicionales heredados a las necesidades de los mercados actuales y los nietos (3ª generación), para que se vayan empapando de la cultura familiar y a su vez aporten su excelente preparación, para que todo lo invertido por sus padres en su formación quede en beneficio del negocio familiar. Es la forma de evitar la fuga de talentos.

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No es difícil si se aborda convenientemente con los medios y profesionales adecuados. Debido a las diferencias cultural-educacionales resulta algo complicado sentar a una mesa a tres generaciones para hablar de conceptos como emociones, competencias, habilidades, liderazgo, competitividad, futuro…, etc. A algunos fundadores les cuesta soltar las riendas de sus empresas. Pero, deben hacerlo y confiar en la siguiente generación, que desea demostrar su capacidad.

Además, y como profesora universitaria, puedo afirmar que están sobradamente preparados. Políglotas y cosmopolitas gracias a los colegios bilingües y los viajes Erasmus. Tienen buenas ideas y ganas de aportarlas. Sólo necesitan que se les escuche y que se les ofrezca la oportunidad de demostrar sus capacidades. Por otra parte, las empresas familiares tradicionales necesitan internacionalizarse, crecer y competir en otros mercados.

¿Puede realizarlo el empresario familiar por sí mismo? La experiencia aconseja que es mejor que se deje asesorar por los profesionales especialistas en esta materia. Necesitará su auxilio para tratar, con los distintos miembros de la familia, los temas delicados. Para evitar desconfianzas, resulta más conveniente que los plantee y negocie un tercero ajeno e imparcial.

¿Le sirve cualquier abogado? Piense. ¿Su médico de cabecera le operaría un riñón? El especialista en el protocolo familiar es un experto que únicamente le realizará su protocolo familiar- en coordinación con usted y sus abogados de confianza, lo implantará y le hará el seguimiento oportuno en el futuro.

¿Es caro? El coste es infinitamente menor a la pérdida de la empresa familiar y de la propia familia. Por eso debe establecer un protocolo familiar específico para su empresa, que asegure la continuidad de su legado con arreglo a los valores tradicionales inculcados por el fundador. Cuanto antes lo inicie mayores probabilidades de éxito.

El fundador necesita asegurar que en las postrimerías de su vida deja un sólido legado empresarial y una familia unida. Es la alternativa al desastre.

Fuente http://www.expansion.com/juridico/opinion/2017/03/31/58de695e268e3ed9148b45c9.html

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