Por Chema Cepeda.
Llevas un buen rato exprimiéndote el coco para dar con una solución a ese problema que te está torturando. Es el momento de rendirse, no hay manera, no existe solución… ¿Estás seguro? Quizás sea el momento de poner a funcionar tu hemisferio derecho y usar el pensamiento lateral.
El pensamiento lógico o vertical intenta que no nos equivoquemos. El lateral en cambio, es el explorador que aumenta las posibilidades de que acertemos.”
Estamos acostumbrados a trabajar y pensar de forma racional. Basándonos en la experiencia y en nuestra forma de pensar habitual, buscamos la mejor salida para ese problema. Esto es así, porque nuestro cerebro tiende a agrupar los datos siguiendo patrones, de forma que si se presentan nuevos datos, los organiza y trata conforme a esos modelos.
Cada problema que se nos plantea pone a prueba nuestra capacidad para ofrecer una solución. Si por ejemplo, se nos presenta un problema en nuestro trabajo, tiramos de hemeroteca mental y razonamos así: Problema A se resolvió con solución X, por lo que problema A’ (que se parece mucho a A) se resolverá con solución X’.
Este planteamiento nos puede llevar a una solución válida, pero tenemos que pensar que así como cada problema es distinto, cada posible solución también será diferente y que no siempre la primera opción que se nos presenta es la mejor.
En el colegio y en la facultad, nos han enseñado a pensar de forma racional, mediante el análisis y el razonamiento. Para cada situación, aprendemos a seleccionar la idea más apropiada, desarrollarla y descartar el resto. Esta forma de pensar nos hace eficientes, pero también impide que alcancemos todas las ideas o soluciones.
Es importante desarrollar este tipo de procesamiento, pero no tenemos que olvidar la otra forma de resolución de problemas, la forma libre y creativa: el pensamiento lateral.
Por ejemplo, ante un mismo problema en el que se nos plantean 3 posibles soluciones, el pensamiento vertical seleccionaría la más prometedora de las 3 y desecharía el resto. El pensamiento lateral en cambio, no solo no desecharía ninguna de esas opciones, sino que intentaría generar alguna solución más.
Los dos tipos de pensamiento son necesarios y complementarios, por lo que no son excluyentes y debemos aprender a trabajar con ambos. Como dice Edward de Bono en su libro “El Pensamiento Lateral”, si pensamos en una solución como en hacer un agujero, el pensamiento vertical, profundizaría en ese agujero, mientras que el lateral exploraría nuevas vías o agujeros.
El pensamiento lateral es un proceso que consiste en salirnos de la rutina de la lógica y abordar el problema desde otras perspectivas, consiguiendo así soluciones creativas y alternativas que permitan solucionar la situación. Conseguiremos sacar a nuestro cerebro del cliché que ha creado para resolver ese tipo de situaciones, enriqueciéndolo o creando nuevos modelos para interpretar la misma información.
En definitiva, consiste en salirnos del camino habitual que nos marca nuestro pensamiento, ser transgresores y pensar desde “fuera de la caja”.
Podemos aplicarlo no solo para resolución de problemas difíciles o complicados, sino en todas las situaciones que usamos el pensamiento vertical, es decir en todas las facetas de nuestra vida. Tener distintos puntos de vista de las cosas, nos permite un mayor análisis y procesamiento de la información, y nos ayuda a conseguir mejores resultados.
Podemos entonces usar el pensamiento lateral para:
El pensamiento lateral se sale de la lógica impuesta por el pensamiento vertical, explorando nuevos caminos e interpretando los datos de forma creativa, de manera que se aportan nuevas perspectivas y soluciones del problema.
Para empezar a usar el pensamiento, debemos partir de cero, con los datos en bruto. Esto es importante, porque si partimos ya de un razonamiento lógico será más difícil crear algo nuevo que si partimos del material sin modelar.
Además, el lateral no sigue unos pasos preestablecidos, podríamos ir saltando de unos conceptos a otros libremente, permitiéndonos equivocarnos las veces que sean necesarias y no rechazando ninguno de los caminos tomados.
Vamos a repasar las distintas técnicas que propone Edward de Bono para ejercitar nuestro pensamiento lateral:
Por último, vamos a ver distintas herramientas que nos pueden ayudar a desarrollar este tipo de pensamiento:
Fuente: https://manuelgross.blogspot.com.ar/2017/05/amplia-tu-perspectiva-con-pensamiento.html