La comunidad de startups  ansía y valora el apoyo que una aceleradora o incubadora puede proporcionar, ya sea en forma de recursos, tutorías y orientación, o networking. Suponen una gran ayuda para los emprendedores y siempre sus beneficios pesan mucho más que cualquier percepción negativa. Sin embargo, alrededor del concepto incubadora o aceleradora ha girado más de una polémica y algunos escépticos critican sus actuaciones. Desde Spotcap, plataforma fintech de crédito online, y gracias a nuestra experiencia de la mano de Rocket Internet, desmitificamos algunos de los conceptos erróneos que han empañado la labor que desarrollan.
Por ejemplo, algunos críticos han tachado a las incubadoras o a las aceleradoras de compartir información entre startups competidoras entre sí. Sin embargo, la realidad es que, en muy raras ocasiones, se aceptan startups competidoras directas dentro de una misma aceleradora o incubadora, y en caso de hacerlo, los proyectos se llevan a cabo desde diferentes equipos y sin ningún intercambio de información, respetando al máximo la confidencialidad de los mismos. Una incubadora o aceleradora es un espacio de apoyo y colaboración y, en ella, se comparten experiencias y retos a los que se enfrentan los emprendedores, enriqueciendo de esta manera los proyectos. En el caso concreto de Spotcap, venir de la mano de un grupo como Rocket Internet, tan fuerte en el entorno online, nos ha abierto muchas puertas y nos ha aportado gran experiencia para que, desde un primer momento, nuestro producto fuera exitoso.
Sin duda alguna, lo importante a la hora de emprender o crear una startup es contar con una idea innovadora, pero el apoyo que se ofrece desde una aceleradora o una incubadora conduce a la maduración de los proyectos y, en la mayor parte de los casos, al éxito de los mismos. ¿Habrían sido igual de exitosas empresas como Airbnb o Dropbox sin una incubadora detrás? Nadie lo puede asegurar con certeza, pero no hay duda que ambas compañías adquirieron un gran valor durante el tiempo que allí pasaron madurando sus proyectos.
Además, la vida profesional de un emprendedor está rodeada de cierta inestabilidad y conseguir que un proyecto sea estable conlleva un periodo de tiempo. Las aceleradoras o las incubadoras están ahí para poder amortiguar ese proceso y dar estabilidad. Por otro lado, un reciente estudio de la Universidad de Naciones Unidas revelaba que los emprendedores son en realidad los trabajadores más satisfechos frente a las personas que cuentan con un empleo regular.
Las aceleradoras y las incubadoras facilitan el acceso a eventos, organizan ponencias, además de encuentros con potenciales inversores entre otras múltiples actividades. Sin embargo, no hay por qué decir que sí a todo y cada emprendedor es libre de asistir a este tipo de actividades. Las aceleradoras dejan total libertad para unirse o no a este tipo de actividades sin ejercer presión sobre las mismas en ese sentido. Un emprendedor no ha de tener miedo a identificar las oportunidades idóneas para su negocio y decir no al resto de actividades que no le resulten de interés. De hecho, en numerosas ocasiones decir no a una oportunidad determinada, puede significar decir sí a su negocio.
Otra de las grandes preocupaciones gira alrededor de la privacidad y, para muchos emprendedores, pesa mucho más la preocupación por la falta de privacidad que los beneficios de compartir oficina o espacio abierto con otros emprendedores. Sin embargo, el intercambio de información y experiencias enriquece doblemente los proyectos, además de aportar grandes beneficios para el networking y las relaciones laborales.
Sin duda alguna, una aceleradora contribuye al éxito de una startup. Desde mi experiencia, animo a los emprendedores a no cerrarse puertas y, si tienen la posibilidad de contar con este apoyo, no tener dudas al respecto, ya que el beneficio se traduce en un crecimiento y despliegue de los proyectos.
Fuente: https://dorbaires.blogspot.com.ar/2015/12/falsos-mitos-sobre-las-incubadoras-o.html