Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Gestion del Cambio » 7 errores a evitar cuando intentas un cambio de hábitos

7 errores a evitar cuando intentas un cambio de hábitos

Lo he escuchado mil veces y yo lo he dicho mil veces: lo del cambio de hábitos no es tan fácil como nos lo pintan. Cierto. No es fácil… pero tampoco es para tanto. Hay que empezar a desmitificarlo. Lo que es difícil de verdad es intentar un cambio de hábitos sin saber hacerlo.

En los últimos 15 años he intentado decenas de cambios de hábitos. He incorporado nuevos, y he añadido otros para eliminar otros que ya no me valían, o que me hacían daño. En muchos he acertado y aquí siguen conmigo. En otros (bastantes) no lo he conseguido. He fallado yo u otras cosas que ahora te contaré. Pero en unos y otros casos, me he parado a aprender de cómo lo he hecho, de lo que me ha pasado.

Se llama “experiencia” no porque uno la tenga, sino porque lo ha experimentado.

Es fácil que te encuentres en medio de un cambio de hábitos. O que te lo estés pensando para empezar en breve. En un caso o en otro, creo que te vendrá bien conocer de mi experiencia los 7 errores que tienes que evitar cuando intentas un cambio de hábitos:

  • 1Mirar demasiado hacia atrás en vez de al futuro
    Estás tan agobiado por eliminar el mal hábito que no te concentras en desarrollar el nuevo. Solo piensas en quitarte de encima un problema. Ves errores pasados una y otra vez; te agobias con situaciones de las que quieres salir; te fijas más en los fallos que te llevaron a ese punto. Mirar demasiado por el espejo retrovisor tiene mucho peligro: no te deja concentrarte en lo que tienes por delante. Al final pierdes perspectiva: hay un nuevo camino, nuevas reglas y nuevas circunstancias. Concentra tu tiempo y tu energía en la carretera que viene ahora. Porque además de rectas también hay curvas.
  • 2No pensar en términos de acciones y quedarte en deseos
    Un error muy habitual. Y es que tu mente tiene tendencia a pensar en forma de deseos y no de próximas acciones concretas. Eso hace que te concentres demasiado en la “fase entusiasmo” pero no tanto en la “fase ejecución”. Y ahí es justamente donde está la clave. Te “ves” a ti mismo con el nuevo hábito, y eso te encanta. Te recreas en los pensamientos de un yo mejorado, y el deseo hace que pierdas foco y que no pienses en términos de acciones: «¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Por dónde voy a empezar? ¿Qué tengo que corregir? ¿Cuál debería ser el siguiente paso?»
  • 3Intentar demasiadas cosas (ideas poco claras)
    Has leido varios posts en blogs, puede que algún libro, y estás “on fire”. Quieres empezar ya con tu nueva etapa. Puede ser dominar el Correo, levantarte antes, hacer ejercicio o gestionar mejor tus tareas. El caso es que hay muchos “tips” y trucos, muchas claves. Todas suenan genial así que lo mejor es poner unas cuantas en marcha. Y, claro, no funcionan. O lo hacen a medias. Y es que primero hay que tener las ideas claras. ¿Qué quieres y qué buscas? ¿Qué área te interesa mejorar primero? Elige un solo rincón y céntrate ahí. Disparar a todo no hará que aciertes a algo.
  • 4En el fondo no te interesa (falta de motivos)
    El «quiero cambiar hábitos» de boquilla está más de moda que nunca. Y yo mismo me incluyo en esa tontería. Una vez más el deseo puede con nosotros. Detrás de un cambio de hábitos tiene que haber MOTIVOS. Reales. Potentes. Basta que haya uno solo. O cinco. Da igual. Pero tienen que ser TUS MOTIVOS. Y tienen que tirar de ti y empujarte a la vez. Sin esa primera “capa” de motivos, con el tiempo pasarán dos cosas: 1) dudarás y lo dejarás al primer revés; 2) no tendrás el compromiso que se necesita para repetir y continuar hasta asentar el hábito.
  • 5No saber cómo hacerlo o por dónde empezar (no hay Plan)
    Cambiar a lo loco es otro fallo en el que yo he caido. Más bien al principio, la verdad. Ahora he aprendido a base de tortas. Para lograr ese cambio de hábitos necesitas un Plan, un Método, un calendario… llámalo como quieras. Pero necesitas una guía. Puede ser una persona, un mapa mental que pintes en una libreta, un plan-calendario que copies de una web… o algo que tú te inventes. Pero tiene que haber una “hoja de ruta”. Y ojo porque ese plan no garantiza nada. Pero al menos tienes una referencia, un mapa para empezar, seguir y no perderte, y que te ahorrará muchos pasos en falso. Y si luego no funciona y lo tienes que rehacer, tendrás un nuevo mapa.
  • 6Tomarlo como un experimento (pruebas con gaseosa)
    Somos curiosos. Va con nuestra naturaleza. De modo que si escuchas o lees sobre un hábito que llama tu atención, es fácil que sientas la tentación de experimentar. «Total, ¿qué puedo perder?» Pues puedes perder bastante: tu tiempo (más tu esfuerzo y tu atención), ganas de intentar cambios más “legítimos” en el futuro, y confianza en ti mismo, en que seas capaz de conseguir otras cosas que te propongas. Sin motivos, sin ideas claras, y sin un plan claro, ni lo intentes. (Claro que cada uno puede hacer lo que le de la gana con sus hábitos. Solo quiero ahorrarte el tiempo y la decepción que yo he vivido en unas cuantas ocasiones por el «bah, voy a probarlo».)
  • 7Intentar y dejar, intentar y dejar (ping pong)
    Jugar al ping pong con los hábitos es más habitual de lo que parece. Practico un hábito pero durante un tiempo, luego lo dejo por otra temporada y lo retomo cuando me veo con el agua al cuello. (Esto se ve muy bien en el caso de hacer ejercicio.) Todos los hábitos necesitan un tiempo mínimo para desarrollarse. Y algo todavía más importante: repetición y continuidad. Con el intento-lo-dejo lo único que haces es desgastarte, desperdiciar balas, y terminar perdiendo confianza en algo que seguramente necesitabas y te venía bien.
Lectura relacionada  El arte de afrontar los cambios

Ahora con el tiempo cada vez intento menos nuevos hábitos. Quizá porque ya tengo unos cuantos conmigo y además bien afinados. Quizá porque pienso que estar continuamente cambiando de hábitos no es aconsejable. Pero sí tengo una cosa clara: soy lo que soy por mis hábitos. Los tengo a mi servicio. Los escojo, los diseño y los incorporo para conseguir algo más importante. Ellos me mejoran, tapan mis carencias y me acercan a mis prioridades. Gracias, Hábitos.

Fuente: http://thinkwasabi.com/errores-cambio-de-habitos/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.