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Soichiro Honda, el renacido de las cenizas

El camino sinuoso del inventor de la empresa de motocicletas y automóviles Honda. Su pasión por la mecánica, la filosofía del trabajo duro y su obsesión lo llevaron a fundar una de las compañías con presencia en todo el planeta.

Un ejemplo de superación y concreción de los sueños. La historia del hombre que supo reinventarse desde las cenizas. Obstinado como lo describen, el inventor japonés fue fundador de la renombrada compañía automotriz Honda. Nacido en el seno de una humilde familia de Hamamatsu, Shizuoka, desde muy joven Soichiro Honda fue un apasionado de las motos. Su padre era propietario de un taller de reparación de bicicletas, donde el pequeño encontraba entretenimiento en los repuestos usados y de descarte. A los ocho años vio un modelo T de Ford y a partir de ahí su sueño fue construir coches.

Poniendo primera

El joven visionario abandonó los estudios a temprana edad para dedicarse al trabajo y la experiencia directa. Por ello, a los 15 años se dirigió a Tokio, la capital japonesa donde trabajó como aprendiz en el taller mecánico Art Shokai, cuyos dueños eran unos apasionados de los coches de competición. A los 18 años Honda construyó su primer coche de carreras, convirtiéndose en piloto mecánico y nada más que saliendo campeón en 1924 del campeonato nacional. Ese legendario coche es conocido como el Curtiss.

Las victorias le concedieron prosperidad al taller donde trabajaba y comenzaron a expandirse.   Con 22 años, Honda fue escogido para abrir el taller de Hamamatsu, la ciudad más cercana a su pueblo. Pero sabía que no sería por mucho tiempo, su pasión de progreso lo llevaría a comenzar una carrera técnica en Hamamatsu. Sin embargo, la formación no terminaba por convencerlo: “Si la teoría promoviera la creatividad todos los profesores habrían sido los inventores”, solía decir. Llegó la hora de los exámenes y también la disidencia. No creía en que el sistema educativo pudiera darle lo que él estaba buscando. Finalmente, lo que él quería era conocimiento, más no así los diplomas.

Tocando fondo

Teniendo treinta años, el aun joven piloto y mecánico japonés, casi muere en un accidente automovilístico en su propio coche. Fue en uno de sus coches mientras corría un rally junto al río Tama en 1938. Su coche corría a 120 kilómetros por hora y poco antes de llegar a meta se topó con un coche que había parado de repente. Tres vueltas en el aire a toda velocidad tuvieron como consecuencia un brazo roto, el hombro dislocado y la cara dañada. Se podría decir que el costo fue leve. Luego de tres meses en el hospital, se recuperaría.

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Los desafíos no dejarían de asediarlo. Honda vivió dos guerras en simultáneo, la guerra sino–japonesa (1937–1945) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Mientras sucedían, su negocio se mantenía en pie gracias a la venta de aros de pistones a la empresa automotriz Toyota. El empresario no sospechaba que un día sería su principal competidor. Honda asumió que fue extremadamente duro pasar por las pruebas de calidad que Toyota proponía. Nada que el esfuerzo y el deseo de progreso no pudieran superar.

Finalmente, la devastación sobrevino en la fábrica de Honda. Los bombardeos americanos en Hamamatsu dejaron en ruina la provincia nipona junto con su empresa. Toyota aprovechó la situación y ofreció comprarla. Honda tomó el dinero y destinó parte de estos ingresos a la compra de un barril inmenso de alcohol. El año posterior a la devastación decidió ocuparlo en hacer whiskey para familiares y amigos en el jardín de su casa. Parecía el fin de una carrera.

Todo lo que baja, sube

Honda no se había rendido, simplemente estaba juntando fuerza. El éxito llegaría en 1946 cuando abre una fábrica con el nombre de Honda Technical Research Institute, donde produciría motores para motocicletas. El invento que lo catapultaría sería lo que se conoció como “chu-chu”. Básicamente era el motor de una pequeña radio militar (que había recogido en casa de un amigo), en una bicicleta. Construyó un depósito con una bolsa de agua caliente usada y lo llenó de aceite emulando el sonido por el cual se conocería y venderían 1.500 unidades. Este primer invento de Honda fue re-diseñado y conocido como Honda A-Type, siendo el primero en salir al mercado.

A partir de aquel momento, el Honda Institute se convierte en Honda Motor Company, Ltd. y los éxitos no pararon hasta el día de hoy. Soichiro se retira de su compañía en 1973 y muere en 1991. Su empresa llegó a estar entre las tres primera empresas del moto de Japón, detrás de Toyota y Nissan; cultivado gran éxito en los EE.UU. como la segunda con mayor presencia y la única que comercializaría automóviles y motocicletas.

Fuente: https://www.amexcorporate.com.ar/multitaskers/nota.php?id=613&cat=6

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