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Pensamiento Estratégico: el Poder de Responder en lugar de reaccionar

Por Carlos Nava Condarco

El Pensamiento Estratégico no se ajusta a las mismas premisas de los procesos mentales convencionales.

El Pensamiento Estratégico siempre busca colocar al individuo en posición ventajosa respecto a las otras personas con las que exista el trato de algún asunto.

Para conseguirlo exige Respuestas del individuo ante las situaciones que deban tratarse, nunca reacciones.

La diferencia entre Respuesta y reacción es simple: la primera constituye producto de un proceso reflexivo (más allá que éste sea correcto o no). La segunda involucra móviles emocionales en igual o mayor proporción que los elementos racionales.

Para la Estrategia (en todos los ámbitos en que se aplique), los factores emocionales no pueden constituir fundamento de decisiones o acciones. Lo emocional debe ser, como mucho, el vapor que active y alimente el Sistema Racional del que emergen los condicionamientos de la acción de los individuos.

El Pensamiento Estratégico es completamente racional: analiza, entiende, asimila y elabora información para usarla a su favor desde el equilibrio con lo racional.

Las personas y organizaciones que se conducen bajo premisas estratégicas para dirimir conflictos, triunfan siempre sobre personas u organizaciones que hacen prevalecer factores emocionales en sus acciones.

Existen pocos ejemplos más ilustrativos de lo anterior que la diferencia entre Reacción y Respuesta.

Una Reacción, en tanto no constituya parte concreta de una respuesta, pocas veces alcanza efectividad y ventaja en las interacciones. Bien se trate de una relación personal mundana o una negociación importante, quién simplemente reacciona desde la compulsión que activa el entramado emocional, pierde o se debilita siempre.

Quien Responde, por otra parte, tiene control de la situación.

Una reacción se produce cuando se hace o dice algo que no se pretende, cuando la respuesta o la acción no forma parte de ninguna intencionalidad. En esto se resume todo, especialmente la inherente debilidad estratégica que tienen las reacciones.

La mayoría de las personas reacciona más veces de las que responde racionalmente. Esto es natural, y por ello mismo constituye importante oportunidad para quién decide actuar estratégicamente.

Las personas que alcanzan destreza en el arte de Responder y no reaccionar en las interacciones personales, consiguen importante DOMINIO de los eventos, bien se traten de diálogos en la intimidad familiar, esfuerzos de Ventas, orientaciones, órdenes o directrices, negociaciones, etc.

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Quién responde, o en éste caso, quién no reacciona impulsivamente, emerge victorioso del trance que exista o consigue el objetivo que se ha planteado.

Para comprobar el Poder que tiene esto basta ponerlo en práctica por un determinado lapso de tiempo, con esmero y aplicación. ¡Los resultados son extraordinarios!, y lo son por una razón elemental: controlar las reacciones impulsivas y dominar los excesos emocionales que involucra una interacción, no es cosa común, y mucho menos ordinaria.

El que opta por Responder, en lugar de reaccionar en las relaciones con otras personas, debe tomar en cuenta lo siguiente:

1.- Conocer con anticipación y profundidad a la persona (s) con la que se desarrollará la interacción.

Este conocimiento genera Poder, permite activar argumentos y posiciones en consideración de lo que quiere o representa la otra parte, y también evita tratar lo que no sea posible o viable.

Cuando el conocimiento se establece antes que se inicie la interacción, la ventaja estratégica queda consolidada cómodamente.

No es costoso ni quita mucho tiempo conocer bien a la persona o personas con las que se desarrollará la interacción. Sin embargo pocas veces se lo hace con esmero, y mucho menos considerando el inapreciable valor que la información tiene para quién actúa estratégicamente.

Por otra parte, cuando efectivamente se conoce a la persona con la que se va a interactuar, resulta sencillo suponer que pueden tomarse las medidas y recaudos necesarios para controlar la interacción en la medida que se quiere.

2.- Escuchar mucho más de lo que se hable.

Privilegiar una posición pasiva en lugar de una activa. La Respuesta es siempre un Producto del carácter que tomen las cosas, no es una iniciativa.

El Pensamiento Estratégico aplicado a una interacción deja que la otra parte exponga sus “cartas” primero, permite que “el otro” se desenvuelva con libertad. De esta manera conoce fundamentos, argumentos y posiciones sobre las que podrá actuar en su momento.

Aunque no lo parezca esto es algo muy difícil de conseguir, pero en ello mismo radica su ventaja estratégica.

3.- El Tiempo debe ser una variable que juegue a favor, nunca en contra.

Quien tiene el Tiempo en contra para hacer prevalecer un argumento o posición se verá obligado a Reaccionar muchas más veces que aquellas en las que pueda hilvanar una respuesta.

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Quien tiene el Tiempo en contra no debe involucrarse en una interacción de importancia, mucho menos en una donde otros apliquen premisas de carácter estratégico.

4.- El Pensamiento Estratégico Gana siempre en una interacción.

Si no gana el argumento o la posición, entonces gana tiempo. Esto es lo que permite el hecho de trabajar con Respuestas y no reacciones.

Si no se sabe o no se tiene una Respuesta para una situación determinada, entonces se debe ganar el tiempo necesario para hilvanarla y evitar una reacción que se encuentre fuera de control.

Ganar siempre, ésta es la premisa: ganar un argumento, una posición o tiempo para hacer posible alguna de las dos primeras.

5.- El Pensamiento Estratégico que trabaja con Respuestas, domina la Pausa.

En toda interacción en la que se busque hacer prevalecer una posición o un argumento deben activarse frecuentes y prolongadas Pausas (prolongadas en la medida que las circunstancias lo permitan).

La Pausa ayuda a que se medite y active la Respuesta, la Pausa evita la reacción descontrolada. La Pausa es el combustible de la racionalidad de la misma forma que la premura lo es de las emociones.

6.- Quien trabaja una interacción en base a Respuestas y no reacciones, corrige rápidamente todo argumento o posición equivocada.

Si es la otra parte la que posee una ventaja en determinado momento de la interacción, el Pensamiento Estratégico corrige o modifica los argumentos y posiciones débiles. Éste es otro tipo de Respuesta, una que evita el surgimiento de una reacción desde posiciones débiles o vulnerables.

Toda interacción es un proceso sujeto a eventos y circunstancias, por ello mismo completamente probabilístico. Nada está determinado en una interacción, frecuentemente es necesario que se asuman equivocaciones y fortalezcan argumentos.

El Pensamiento Estratégico actúa de acuerdo a lo anterior sin considerar que en ello resigne o pierda nada.

7.-  El arte de la Respuesta en lugar de la reacción se consuma con la habilidad de Anticipación o la capacidad de prever las respuestas del otro.

Quién domina el arte de la Respuesta anticipada, adopta la mecánica del 1-2-3 para controlar la interacción: 1 = primera respuesta, considerando 2 = reacción, para efectuar 3 = segunda respuesta.

Se emite una Respuesta (1) SABIENDO en buena medida cuál será la Reacción (2) y teniendo PREPARADA la Respuesta final (3).

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Este es el proceder típico de los jugadores de ajedrez: se mueve una pieza en el tablero conociendo la respuesta que ello tendrá del oponente y teniendo preparada la segunda respuesta.

Pocas cosas tienen más poder y efecto persuasivo que las acciones (en este caso respuestas) que anticipan la naturaleza de las reacciones y por ello mismo se emiten en ése formato. Esta es una forma sofisticada de controlar las cosas con mucha efectividad.

La decisión de efectuar un movimiento o poner en práctica una acción considerando la respuesta que tendrá el oponente y calculando además el subsiguiente movimiento propio, le dota a ésa decisión de una calidad que no podría alcanzar de otra manera. Le otorga un importante poder para “controlar la situación” y evita improvisaciones costosas.

Esta es, posiblemente, la bondad final y más importante de privilegiar Respuestas sobre reacciones. Por otra parte es el costo mayor que puede pagar quién no decide actuar estratégicamente y sucumbe frecuentemente a sus emociones y pasiones.

Fuente: https://www.emprendices.co/pensamiento-estrategico-el-poder-de-responder-en-lugar-de-reaccionar/

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