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Son muchas las personas a las que les crea muchos problemas el no saber decir “no”. Aprenda cuándo y cómo decir que no

Por Mario Casale  

Tal vez sea parte de aquellas personas que constantemente se arrepienten de decir “sí” a todo, pero una y otra vez vuelven a caer en el error de aceptar todo tipo de indicación, cuando el interlocutor aplica una leve presión.

En efecto, es posible que sepa muy bien que será muy inconveniente, para usted y/o para la otra persona(s) el hecho de que se haga cargo de determinadas cuestiones, pero igualmente se encuentre a sí mismo siendo siempre flexible, sea desde un primer momento o bien luego de un intento de convencimiento por parte del otro; en otras palabras, haciendo todo lo que desearía no haber hecho.

Lo que sucede en estos casos, es que uno, además de encargarse de cuestiones que no les son satisfactorias (y que no tienen ninguna obligación de hacer) casi nunca tiene tiempo para dedicarse a hacer las cosas que le importan realmente, justamente por hacer otras tareas para otros.

Por cierto, estas personas adoran auxiliar a otra gente, pero hacer de todo para todos los lleva a perder oportunidades personales. Por eso, es muy necesario que se cambie esta negativa conducta, lo que se puede hacer empezando por darse algún tiempo de calidad a uno mismo.

La pregunta sin embargo, continúa, pues ¿Cómo hacer, después de tanto tiempo, para decirle a la familia y los amigos que no puede hacer todo lo que ellos le piden? De hecho, estas personas odian decir no. Por eso, es fundamental empezar a aprender cómo decir “no”, con el fin de tener tiempo para uno mismo.

Comenzando a decir NO

La primera cuestión, será darse cuenta del hecho que decir “no”, no es en realidad una cosa tan terrible. No es que no se quiera ayudar a otras personas ni dejar de estar allí para ellos, sino que simplemente se necesita poner algunos límites, para otorgarse sus propios tiempos. Es menester darse cuenta que no se puede estar allí para todos siempre, y hacer todo lo que todos quieren que haga, sin resignar un tiempo muy necesario para uno mismo. Esta cuestión es fundamental de entender cuando se tenga que empezar a practicar a decir la palabra no.

Cierto es que la palabra “no” se utiliza para expresar rechazo. Por eso es tan duro para algunos de nosotros decir que no, pues a casi nadie le gusta rechazar a nadie. Pero este tipo de “no”, se debe ver no como un rechazo, sino como una sincera expresión de deseo, en donde se ponga de manifiesto que no se pueden hacer las cosas bien, en ese mismo momento en que los demás necesitan de la ayuda. Cuando una persona se reconoce por estar siempre allí, y ser capaz de hacer de todo para todos, llega a ser un hábito que todos les pidan una constante ayuda. Y lo que se debe hacer, justamente, es romper ese hábito.

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Nunca se debe permitir ser el único disponible para dar una mano o para tratar de complacer, si primero uno no se complace a sí mismo. Si es verdaderamente inconveniente para usted hacer algo, y es claro que no se trata de una urgencia, simplemente diga no. Debe dejar a un lado el sentimiento de culpa al relacionarse con los demás. Esto es lo que lo hace decir siempre sí, cuando en más de una oportunidad desearía estar diciendo no.

De cualquier forma, decirle “no” a alguien, no tiene por que no ser hecho de una manera agradable, más allá de que se sea firme. Para saber en qué momento hacerlo, simplemente debe pensar claramente de qué grado de voluntad y compromiso dispone para hacer frente a la tarea.

¿Se trata de algo que quiere hacer, sea por gusto o por un real sentimiento de ayuda, y tiene tiempo para hacerlo? Si sabe que la respuesta a esa pregunta es no, no debe tener miedo de decirles esta palabra a todas las personas que le pidan ayuda.

No permita que los demás lo fuercen a hacer algo que realmente no quiere hacer. Diciendo no, uno tampoco se forzará a estar en una situación en la que realmente no quiere estar. Después de que se entienda que una persona siempre está dispuesta a ayudar, pero poniendo en primer lugar sus propios límites, o dejando en claro que no siempre se estará disponible para hacer de todo para todos, se podrá ver como los demás no pedirán automáticamente que se haga cosas por ellos.

Por cierto, comenzar el hábito de decir que no puede ser bastante difícil. Pero una vez que se aprende cómo y cuándo decir “no”, se empezará a llevar una vida más fácil. Incluso, podría sentir que, a veces, junto con la palabra “no”, se necesitará dar una explicación. Pues bien, adelante, explíqueles el por qué de la negativa, siempre permitiendo que los demás sepan que usted no tiene inconvenientes en hacerles favores en algunas oportunidades, pero que tiene también una vida propia que le requiere tiempo y esfuerzo. Necesita tiempo para usted mismo, por lo que no podrá, de ahora en más, estar disponible para ellos todo el tiempo. Podrá ver cómo una palabra sencilla, como el “no”, realmente podrá cambiar su vida.

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