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Barabási: La Fórmula de la ciencia de la gente que tiene éxito o falla.

Por Hugo Pardo Kuklinski.

Sobre el novísimo libro de Barabási.
Albert-Lászlo Barabási es uno de los investigadores referentes de la ciencia de las redes y hoy dirige el Network Science Institute de la Northeastern University. En su momento he reseñado el tracking social de Burst y Linked, sus dos trabajos principales. La ciencia del éxito es su nuevo desafío de investigación

Lo más atractivo es que este físico de Transilvania analiza el éxito como un problema matemático que los cientistas computacionales pueden predecir utilizando la investigación cuantitativa, y así, ver el mecanismo que hace al éxito emerger en las acciones de las personas.

Para Barabási, “las leyes del éxito han gobernado nuestras vidas y carreras de modo tan inmutable como la gravedad, y sin embargo no sabemos que existen.” En noviembre pasado la editorial MacMillan ha publicado The Formula. The science behind why people succeed or fail.

Antes de La Fórmula creíamos que el trabajo duro, una pizca de suerte más alguna magia (todo en desconocidas proporciones) hacían que unos talentos triunfarán y otros no. Incluso si quitábamos el talento y trabajo duro de las variables, se ven éxitos disímiles a desempeños similares.

Barabási comparte su fórmula para que resulte útil a todos los lectores en su propia vida. Para extraer las conclusiones que proponen las cinco leyes, Barabási se sostiene en investigaciones de su propio grupo y en otras externas, dando muchos ejemplos interesantes. Sin embargo en algún caso creo que se apresura en extrapolar un caso específico al universo social.

¿Cómo la estrategia de construcción de redes profesionales afecta nuestro camino del buen desempeño al éxito? Albert-Lászlo Barabási señala que el éxito no es individual, sino comunitario y se construye en la cabeza de las redes invisibles de pares y seguidores. Ya he hablado mucho del individualismo en red en DGTL.

La idea principal de todo el texto es que si bien el buen desempeño profesional es crucial, no es la única variable para alcanzar el éxito. Tu éxito no es acerca de ti y tu actuación o desempeño. Es acerca de cómo los demás perciben tu desempeño. Esto implica también resultar útiles a las redes que nos cobijan.

En mi libro, #OpportunityValley. Lecciones aún no aprendidas de treinta años de contracultura digital (2014), desarrollo un capítulo íntegro para analizar el desempeño profesional + la construcción de redes. En el capítulo 3 “Sobre las redes profesionales. Somos las redes de las que formamos parte.”, afirmo que la visibilidad basada en la legitimidad otorgada por el positivo desarrollo de una tarea es de crecimiento sostenido.

Y dado que lo bueno que alguien sea depende de la legitimidad otorgada por quienes lo enlazan en las redes de significado, una vez que alguien se convierte en un nodo destacado o hub en una red específica y de nicho, la posibilidad de ampliar su prestigio y sus oportunidades es mucho mayor. Al finalizar el artículo comparto las infografías del libro sobre este capítulo sobre las redes profesionales.

Veamos las cinco leyes de La Fórmula de Albert-Lászlo Barabási:

Ley 1. El buen desempeño conduce al éxito, pero cuando el desempeño no puede ser medido, las redes conducen al éxito.

Barabási agrega: “Cuanto más difícil es medir el desempeño, lo menos que el desempeño importa para alcanzar el éxito.” Podemos medir con claridad el desempeño exitoso de un deportista profesional en una categoría individual. Pero la medición se complica cuando son deportes de equipo y mucho más difícil resulta en otra profesión, como la investigación científica o las cientos de expresiones artísticas.

Resulta difícil medir con exactitud el desempeño de un artista. Las redes de significado le dan valor a través de la fama. Para Barabási: “la definición colectiva de éxito requiere pensar acerca del modo que nuestro trabajo impacta a otros. Si queremos traer el mundo cerca de nuestra puerta, necesitamos atraer a los grandes nodos que puedan acelerar nuestra trayectoria.”

Ya hablamos sobre la construcción de prestigio. Resulta atractivo el concepto “universidades placebo” (desde 2:14) del genial Rory Sutherland. Barabási señala algo similar: “No es la reputación de las escuelas a las que vamos las que nos hace triunfar. Es nuestro éxito el que hace a las escuelas tener reputación. Los de mejor desempeño continúan la línea de ese buen desempeño y lo mejoran más allá de la escuela donde estudien. (…) La universidad no hace a tu hijo un mejor estudiante. Es tu hijo el que hace que la universidad permanezca en la élite.”

Vale acompañar esta ley primera con el trabajo de Jonah Berger en Contagious (2013). Para Berger, los seis principios del Contagio son:

  • Moneda social. Para que la gente hable de nuestros mensajes, debemos ayudarlos a que con ellos las personas alcancen su impresión deseada en su ámbito social. ¿Ser más inteligentes? ¿Ser más divertidos? ¿Ser más críticos? Proveer símbolos de status que ellos puedan mostrar a sus redes.
  • Disparadores. Diseñar estímulos que enlacen ideas con conceptos.
  • Emoción. Los contenidos emocionantes tienden a ser más compartidos.
  • Hacerlo visible y público, aprovechando la tendencia humana a imitar y compartir, más el valor de los prescriptores.
  • Valor práctico. Las personas gustan ayudar a otras y a su vez gustan compartir esos gestos.
  • Narrativas para la transmisión social. Las personas amamos compartir historias.

Cuando creamos un producto innovador, nos solo creamos un producto innovador, sino una conversación y algo que las personas quieren compartir.

Ley 2. El desempeño es limitado, pero el éxito es ilimitado.

¿Cómo decidir cuando no podemos medir la excelencia de un producto? En un interesante experimento sobre los concursos de vinos, El investigador Bob Hodgson hizo que los jueces de un concurso específico de vinos testaran a ciegas el mismo vino tres veces, entre otras botellas. Los jueces pusieron diferente puntaje a los mismos vinos.

Para Barabási, los jueces de las competencias de vino no fallan porque ellos carezcan de experiencia, preparación o minuciosidad, sino porque los vinos que están analizando son excelentes y la diferencia de desempeño de los vinos entre sí es demasiado sutil.

En vinos de un gran desempeño, la distinción entre una consideración excelente y una nota 10 es muy difícil de percibir. Sin embargo, los vinos con mayor nota alcanzan un éxito ilimitado en el mercado y aumentan su precio de modo significativo. Barabási señala que si bien algunos profesionales alcanzan el estrellato, en términos de desempeño, estas superestrellas no son outliers (fuera de serie).

Ley 3. Éxito previo más (fitness) ejercicio y aptitud es igual a futuro éxito.

Cuantos más enlaces tengas, más fácil reunirás enlaces adicionales e incrementarás tu visibilidad en la red. Aunque se asemeje a un trabalenguas, nada es más exitoso que el éxito para conseguir futuro éxito. Un artista premiado aumenta la posibilidad de volver a ser premiado.

Aquellos vistos como exitosos, atraen más éxito más allá de su desempeño. Eso se conoce como apego preferencial -preferential attachment-: El rico se torna más rico y la celebridad construye celebridad. Si al apego preferencial le agregamos esfuerzo y aptitud, entonces el futuro triunfo está garantizado. Para Barabási, “Cuando la aptitud y la influencia social trabajan en tándem, el éxito no tiene fronteras.”

Me interesa especialmente el ejemplo sobre la educación y las profecías autocumplidas de Robert Merton (1948), que Barabási recuerda en el libro. Estas profecías sugieren que -bajo las circunstancias correctas- los estudiantes más débiles de un grupo pueden moverse hacia arriba.

En un test falso, se señaló a un grupo de manera aleatoria y se les dijo que habían sido los mejores en el test, sin haberlo sido. Los docentes tampoco lo sabían y resultó en mayor expectativa de los docentes hacia sus estudiantes y el consecuente mejor desempeño de los estudiantes. Se esperaba de ellos brillantez, los docentes promovieron la brillantez y los estudiantes consiguieron mejores resultados.

Ley 4. El éxito de un equipo requiere diversidad y balance. Los créditos del desempeño de un grupo serán mayormente otorgados a un solo individuo.

Barabási afirma que “para que un equipo tenga éxito, alguno de sus miembros deben superponerse y traer diversidad, habiendo una combinación de nuevos actores y actores históricos. La diversidad de los equipos crea la mejor mezcla para el éxito, pero necesita de un líder. Ensamblar un equipo requiere un complejo balance: demasiado cercanos y similares o demasiado disparatados no funciona.”

Ese buen liderazgo que ayuda a avanzar a un equipo hace también que los créditos del buen desempeño vayan mayoritariamente a su líder. El apego preferencial hará que esto sea cada vez más intenso, haciendo brillar más al líder y haciendo pasar desapercibidos a los miembros del equipo.

Si tienes ambición profesional, mi sugerencia en que en las fases iniciales de construcción de tu portfolio es my bueno “abrazarte” a un líder, para aprender de él y mejorar tus redes. Pero en una fase más avanzada de tu carrera debes procurar ser el líder.

Ley 5. Con persistencia, el éxito puede venir en cualquier momento.

Katsushika Hokusai señalaba que “Todo lo que he producido antes de los setenta años no vale la pena tener en cuenta.” La quinta ley señala que mientras el éxito se disipa con el tiempo y puede expirar en la economía de la atención, la creatividad no tiene fecha de expiración.

Barabási cree que mientras maduramos profesionalmente, nos volvemos mejor en traducir nuestras ideas en resultados de alto impacto. La Fórmula trata de reducir la innovación a una ecuación para predecir tu éxito: S= Qr, donde S es éxito –success-, el Factor Q es la habilidad de pasar de una idea a un descubrimiento o algo con mucho valor, y r es la próxima idea.

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Barabási afirma que si el factor Q no funciona contigo, deberías pensar si estás en el camino adecuado. Si tú estás fallando repetidamente en romper cosas, podrías estar en la profesión equivocada.

En definitiva, la ciencia del éxito nos enseña -a través de múltiples ejemplos e investigaciones- que si quieres tener éxito en el largo plazo, el desempeño es inevitable pero no es la única variable. Tu producto y tú necesitan estar muy en forma y ser muy competitivos, pero además todo lo que hagas lo debes pensar en términos de construcción de redes y apego preferencial.

Quisiera finalizar esta reseña de La Fórmula con una recomendación para iniciados.

¿Cómo hacer para formar parte de una red significativa? ¿Cómo dar el primer paso para construir un futuro apego preferencial? No se debe pensar en las redes de valor solo cuando se necesita hacer usufructo de las mismas. La mejor estrategia para acercarse a donde uno quiere llegar profesionalmente es aportar de menos a más en la red que ya está realizando lo que se quiere hacer en el futuro.

Y en dicha red, la integración se da -al menos en un comienzo-, exclusivamente aportando valor a la conversación, sin pedir ni exigir nada. Para que los demás reconozcan el trabajo ajeno, se debe aportar algo que la red original considere útil y comience, así, a percibir al nuevo miembro como un valioso jugador del equipo. Y ayuda a los nodos más pequeños a poder crecer.

Por último: no te olvides que lo que no se comparte es tan importante como lo que se comparte. Por tal razón, es imprescindible elaborar una estrategia de visibilidad en redes profesionales. No todo es comunicable.

Fuente: https://manuelgross.blogspot.com/2018/12/barabasi-la-formula-de-la-ciencia-de-la_14.html

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