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Cómo dejar atrás las excusas estúpidas y alcanzar tus metas

Por Dan Dowling

El éxito es el número de días en los que te sentiste peor pero diste tu mayor esfuerzo.

Tiene sentido, ¿cierto? Sólo que la mayoría de las personas no tiene la claridad mental o la estructura en su día a día para dar su mejor esfuerzo cuando se sienten mal.

Se dan permiso de distraerse con un montón de cosas que no son parte de su plan. Y después, cuando analizan un día de cero esfuerzo dicen “Ah, es que estaba teniendo un mal día.” Y cuando se estén sintiendo un poco “meh” usarán la misma excusa para un día en el que se esforzaron poco: “Ah, es que me sentía un poco ‘meh’ el día de hoy, no estaba muy inspirada para hacer lo que necesitaba.”

La gente común sólo se levanta sintiéndose al cien por ciento en raras ocasiones y sólo esos días dan su mejor esfuerzo. Eso no es suficiente.

Si tu camino va por fuera del mundo corporativo en el que tienes que seguir las órdenes de otros para ganar un estilo de vida cómodo, entonces tener pretextos para no dar tu mejor esfuerzo no es aceptable. Porque tú eres el único responsable de realizar tus sueños. Y esos sueños sólo son una serie de grandes esfuerzos.

Así que tienes que arreglar tu vida para que cada día sepas que diste lo mejor de ti, independientemente de cómo te sientas. Y todo esto empieza con un objetivo.

1. Crea un objetivo diario: Dar lo mejor de ti

Parece una estrategia tomada de una caricatura, pero este objetivo que parece superficial es lo único que te recordará la verdad: si quieres llegar a la meta tienes que dar tu mejor esfuerzo el día de hoy.

Este objetivo desbloquea una mentalidad tenaz que te inspira a dar lo mejor de ti cuando sientes que no tienes nada que dar. Y como alguien que ha logrado el éxito, déjame decirte que cuando vas empezando esos son la mayoría de los días. Así que al final de la hoja de tu planeación diaria (y si no tienes el hábito de tener una planeación diaria, ¿qué estás esperando?) dibuja una casilla enseguida de las palabras “Dar tu mejor esfuerzo.”

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Cuando termine tu día y reflexiones sobre tus objetivos, esta casilla te contará la historia completa, y es una palomita que debes poner de manera honesta. Si no diste tu mejor esfuerzo, no la palomees o sentirás esa incomodidad estomacal que aparece cuando nos defraudamos a nosotros mismos.

Si contestas que no cuando te preguntes a ti mismo si hiciste tu mejor esfuerzo te sentirás tan disgustado contigo mismo que te rehusarás a repetir la historia al día siguiente. Y además te comprometerás a eliminar los distractores que te impidieron dar tu mejor esfuerzo. (Para mi siempre es un exceso de mensajes y redes sociales).

Comprométete a esta pregunta/objetivo diario y notarás que tus días malos no serán tan frecuentes como antes y que cuando sí los tengas darás 110 por ciento de tu esfuerzo al día siguiente. Así me ha funcionado a mi. Excusas = eliminadas.

2. Ten rutinas diarias no negociables

Dar tu mejor esfuerzo todos los días depende mucho de tus hábitos y de tu actitud. Si te despiertas y lo primero que piensas es que la vida es deprimente y te sumerges en una alberca de auto reprobación mientras revisas Facebook, estás garantizando tu peor esfuerzo.

Pero si automáticamente te enrolas en una serie de hábitos exitosos que nutran un día sumamente exitoso, como hacer ejercicio, meditar y agradecer todas las cosas increíbles y la gente que tienes en tu vida, y no revisas Facebook ni tus mensajes, entonces automáticamente vas a dar tu mejor esfuerzo, independientemente de que te sientas una mierda. Sólo tienes que practicar una rutina matutina que te inspire todos los días; inténtalo un mes y poco a poco lo sentirás mucho más natural.

Cuando logras entrar en tu cabeza y consigues todas esas cosas increíbles para ti, incluso cuando te sientes mal, es cuando tus objetivos más retadores del día son realistas. Si puedes levantarte y cambiar drásticamente tu actitud y energía, y logras sacar algo de gratitud y propósito de tu trasero, puedes hacer lo que quieras. Entonces vas y conquistas al mundo y puedes palomear la casilla de “¡puse mi mejor esfuerzo!”

Así que elige bien tus rutinas de mañana, tarde y noche para el próximo mes. No tienes que exagerar y meditar durante dos horas o correr medio maratón, sólo incluye el ejercicio suficiente, las afirmaciones suficientes y la gratitud suficiente para empezar tu día de manera productiva. Planea tu día desde la mañana, o incluso desde la noche anterior. Medita después de la comida para darle un respiro a tu tarde y poner tu mente en el camino correcto. Luego incluye algo de reflexión nocturna con un diario.

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3. Termina por lo menos una tarea antes de revisar tus redes sociales, correo o mensajes

Todos tenemos esos días en los que nos vamos a la cama pensando: Sólo me senté y revisé mis redes sociales, mi correo y mis mensajes todo el maldito día y no logré absolutamente nada. Bueno, es hora de dejar de hacerlo. Cualquier actividad que involucre la dirección o la validación de un externo se robará tu tiempo y tu mejor esfuerzo.

La mejor forma de brincarte el hábito de revisar tus mensajes en la mañana es meterte automáticamente en un proyecto o en cualquier tipo de tarea o trabajo que tengas que hacer, justo después de tu rutina matutina, y dejar la comunicación hasta que lo termines.

Esto requiere disciplina. Pero si lo haces aunque sea un sólo día, te sentirás tan concentrado y confiarás tanto en tu capacidad de hacer que las cosas sucedan que no querrás regresar a tus mensajes de Instagram. Tu productividad y el disfrute que sientes de la vida aumentará por lo menos un cien por ciento.

Y después, si quieres llevar esta vida sin distracciones al siguiente nivel, acomodarás espacios para revisar mensajes durante unos minutos, ¡y nada más! Yo he tenido gente de ventas que serían mucho más productivos si no estuvieran revisando sus teléfonos cada 5 minutos. Pero después de escuchar las prioridades de esta gente, todos determinaron por sí mismos que realmente no necesitan estar revisando el celular más de 5 veces al día. Esta decisión les trajo sus vidas de regreso.

Conclusión

El éxito es el número de días en los que te sentiste peor pero diste tu mayor esfuerzo. Y puedes aumentar esa cantidad casi al 100 por ciento si adoptas estas estrategias:

1. Empieza a planear el objetivo de “Dar lo mejor de ti” e inclúyelo en tu planeación diaria.

2. Apégate a tus rituales exitosos contra viento y marea.

3. Termina algunas horas de trabajo real antes de revisar tus mensajes.

O simplemente puedes… pues… seguir viviendo una vida normal. Cof, Cof. Por favor no lo hagas.

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