Así puede crecer en su organización por medio de estrategias

El tema estratégico va más allá de un modismo y, si bien no tiene plazos, es la fórmula que le puede cambiar el rumbo a una organización, si se toman las decisiones acertadas.

Estrategia es una palabra de moda. Todo el tiempo escuchamos hablar de proyectos estratégicos, visión estratégica, planes estratégicos y frases por el estilo. Sin embargo, no siempre se tiene claro qué es la estrategia y de qué forma se puede implementar para que realmente se logren los objetivos propuestos.

Francisco Garrido, profesor de doctorados, MBA y formación ejecutiva en Oxford University Business School (Reino Unido), IESE Business School (España) y Universidad de Barcelona (España), entre otras, considera que este concepto ha sido víctima de su propio éxito. Ha caído en el vacío porque da la impresión de que en las empresas todo es estrategia, dado que la gente tiende a confundir lo importante con lo estratégico. “Cuando todo es estrategia, nada es estrategia”, dice.

Lo estratégico puede entenderse como aquello que permite cambiar de dirección en una compañía, mientras que lo importante son cosas del día a día, pero no cambian el rumbo de la organización.

Esto no necesariamente se asocia con una función de tiempo de manera proporcional. Es decir, no se puede asegurar que lo estratégico sea de largo, mediano o corto plazo. Esto dependerá mucho de la industria de la que se está hablando. Los tiempos de las estrategias son relativos; aunque sí tiene efectos de largo plazo.

Para las empresas lo más importante no es preguntarse cuándo se debe hacer el cambio, porque este debe ser continuo. Lo relevante es saber cómo se va a realizar.

En su concepto, el eje central de lo que se puede definir como estrategia está en un modelo de futuro a valor presente; es decir, una idea de lo que se quiere hacer en el futuro, pero que tiene la complejidad de que se diseña aquí y ahora.

La toma de decisiones estratégicas depende de la capacidad de pensar en torno a un objetivo central con orientaciones de largo plazo. El experto, quien ha escrito varios libros sobre el tema y estuvo en el país invitado por la Universidad de la Sabana para el inicio de un nuevo corte en la Maestría de Comunicación Estratégica, está convencido de que la estrategia sin decisión es tan inútil como una decisión sin acción.

En el mundo de los negocios y en el campo militar hay una expresión que explica la razón por la que se busca a los estrategas para comandar las operaciones y esta es: toma de decisiones.

La implementación de una estrategia requiere de alguien que asuma riesgos (controlados o previstos, pero al fin y al cabo riesgos) y que finalmente tome decisiones.

No obstante, la decisión no siempre tiene su expresión en término de magnitudes absolutas, ya que actuar y no actuar son modos de una misma expresión de decisión. Por ejemplo, el estratega puede escoger la ruta de la no acción para lograr un objetivo.

La importancia de planear

Francisco Garrido dice que el economista y experto en temas de estrategia Michael Porter convenció al mundo de que la estrategia era sinónimo de planificación, concepto que para Garrido es un error, porque “la planificación no es estrategia, así como la partitura no es la música”. Para hacer una planificación hay que hacer una formulación y muchos ejecutivos no saben hacerla.

Para este profesor, la formulación no es otra cosa que definir de manera explicativa y predictiva qué es lo que se va a hacer. Es una frase de una o dos líneas.

A su juicio, uno de los grandes problemas del mundo occidental es que se nos enseñó a planificar, pero no a pensar estratégicamente. El pensamiento estratégico resulta por definición esencial para el futuro de la empresa, así como la planificación estratégica resulta clave para la implementación, operación, seguimiento, control y comunicación de la estrategia.

“La estrategia tiene muchos elementos de complejidad que es lo que la hace interesante. Su único límite es la ética, todo lo demás es posible”, dice Garrido, para quien contar con buenos estrategas es un privilegio en las empresas.

Pero más allá de esto, en materia de estrategia hay un aspecto que para este experto es clave, y es que las decisiones que tomen estos ejecutivos o líderes cambian la vida de las personas. Por ello, deben ser conscientes de que con cualquier determinación afecta a otros.

Es claro que la estrategia va más allá de ser un modismo, para convertirse en eje central de lo que pueden ser las organizaciones empresariales en el futuro, por ello cada decisión que se tome en torno a la misma será clave en su crecimiento y sosteniblidad.

Habilidades de un estratega

1. Pensamiento crítico: Es poder observar el escenario, que son todas las variables importantes de la realidad. Pero también es clave mirar la escena, que son todos los competidores directos e indirectos y el actor, que es la propia compañía.

2 . Pensamiento creativo: Es analizar qué se hace con la información que se tiene y no solamente reunirla. Aquí debe primar la capacidad de síntesis y de creación; es decir, poder tomar los elementos y hacer algo diferente a la competencia.

3. Pensamiento metacognitivo: Dentro de la formación estratégica es la habilidad más importante. Es desarrollar una comprensión mayor de la situación que se está analizando para combinar elementos y llegar a soluciones hábiles. Es desarrollar la habilidad de tomar decisiones rápidas sustentadas en la experiencia y el conocimiento.

Fuente: https://www.dinero.com/edicion-impresa/management/articulo/la-importancia-de-tener-una-estrategia-en-los-negocios/261436