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Dos varas distintas para medir lo mismo

¿Sueles usar dos varas de medir distintas para juzgar lo que haces y juzgar lo que hacen los demás?

Si lo tienes como hábito, obsérvalo. Piensa en cómo puede afectar a tus conclusiones, a tus decisiones y a tus relaciones presentes o futuras.

Verás qué claro queda con un par de ejemplos.

Midiendo la falta de puntualidad

Hoy he llegado tarde. ¿Por qué? He tenido una mañana liadísima, todos los inconvenientes del mundo.

El estúpido de Alberto llega tarde. ¿Por qué? Porque es un engreído. Piensa que se merece que otros pierdan su tiempo esperándolo.

¿Qué está ocurriendo?

Conmigo estoy empleando una vara de medir. Pongo el énfasis en las circunstancias por las que he llegado tarde.

Con Alberto es distinto. Agravado por el hecho de que me cae mal, pongo el énfasis en su forma de ser (la que yo he decidido que tiene).

Pero esto también puedo hacerlo al revés. Vamos a darle la vuelta.

Midiendo la comida quemada

Quemé la comida. Se me chamuscó, porque soy un desastre en la cocina y más allá de sus fronteras. Una inútil integral, que no es capaz de hacer nada a derechas.

Luis quemó la comida. Fue un accidente. Estas cosas le pasan a cualquiera, incluso a él, con el arte que tiene para estos menesteres. Se distrajo un momento. Fue hasta divertido.

¿Qué está ocurriendo?

Aquí estoy haciendo lo contrario. Extiendo mi error hasta que cubra la totalidad de mi persona y me defina como inútil.

Y hacia Luis muestro amabilidad, mirando el incidente como un suceso trivial. Un suceso que no cambia la buena reputación que él tiene para mí.

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Ser exageradamente benévola o exageradamente cruel. Tratar el mismo error de manera diferente, según quién sea quien lo cometa.

Llegar a conclusiones rápidas sin tener información. Y no darle más vueltas. No considerar la posibilidad de que estoy equivocada.

¿Qué sigue?

Fíjate en las circunstancias, querida.

Midiendo las circunstancias

  • Si pienso en las circunstancias por las que llegué tarde, ¿por qué no pienso en las que pudieron rodear a Alberto?
  • Si pienso que a cualquiera puede quemársele la comida, ¿por qué no me doy ese margen a mí también?
Cuando eres más lento examinando y juzgando las situaciones, las conclusiones cambian totalmente.

Observas que Alberto llegó más tarde porque viene más arreglado. Y hasta le dio tiempo a pasarse por la floristería. Vaya…

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Ves que Luis quema la comida porque no quita los ojos de Alberto. Algo está pasando entre ellos. ¡Oooohhh…!

Automensaje: Deja de dar varazos y fíjate en las circunstancias. Aprendes más. Ejercitas tu empatía y tu autoestima. Y es más emocionante.
Fuente: https://tusbuenosmomentos.com/varas-medir

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