Por Javier García
En el camino que se debe recorrer para controlar los procesos de una empresa se deben considerar varios aspectos. Con el control se podrá hacer de la compañía una organización más eficaz, eficiente y productiva, destinada a alcanzar cualquier objetivo similar al de crecer y ser próspera en el mercado.
El control, al igual que la coordinación, la planificación y la dirección, es una de las cuatro funciones principales de la administración de cualquier tipo de empresa, bien sea una Pyme o una gran empresa multinacional.
La literatura del área ofrece gran cantidad de información acerca de los mecanismos de control que se pueden aplicar en las organizaciones para determinar si es eficiente o no en su gestión, sin embargo, no hay que verlo como una guía estricta de aplicación ni como una biblia que se debe seguir paso a paso para llevarla al éxito.
Por el contrario, son elementos que se deben considerar desde el punto de vista de la organización misma, es decir, son aspectos que deben considerarse de forma individual o en una combinación de ellos para contribuir al proceso de mejorar su eficiencia.
El control puede verse desde dos ángulos, el nivel de alta gerencia debe controlar que toda la operación de la empresa salga según los objetivos generales que han sido planteados, es decir, controlar que la dirección estratégica sea efectiva.
Por otra parte, a nivel de gerencia media, el control se refiere a verificar que las metas concretas y los indicadores de operación sean alcanzados a través del personal operativo.
Para controlar que las actividades se cumplan se deben atender dos actividades básicas pero importantes:
Es decir que el objetivo de la función de control en cualquier empresa es la de prever los errores y corregirlos.
Para llevar a cabo la función de control exitosamente, pueden aplicarse algunas herramientas clave para llevar a la empresa a una gestión adecuada y convertir su potencial en una ventaja competitiva.
Algunas de estas claves, útiles tanto a grandes empresas como a Pymes, son la formulación clara y mesurable de los objetivos empresariales, la gestión y el seguimiento al mercado y los clientes, el control de gastos minimizando las deudas.
El simple hecho de desarrollar estas actividades clave en la puesta en marcha del negocio va a facilitar sobremanera el camino al éxito empresarial, sin embargo, no va a eliminar todos los obstáculos que en él se presenten, por lo que siempre es necesario estar alerta.
Para ejercer un control adecuado de las actividades de la empresa es importante considerar el aspecto único de cada empresa y las acciones apropiadas para cada una de ellas según sus características, aunque todo esto es relativo, pueden considerarse algunas etapas que pueden ser comunes a todas las organizaciones, sea cual sea su tipo.
Lo primero que se debe hacer es establecer una norma, el estándar que se considera normal en la producción y el cual será el punto con el cual comparar el desempeño o ejecución de las actividades. Si se cumplen los estándares, se cumple con la norma y se considera logrado el objetivo; por el contrario, de no alcanzar el estándar de comparación, se considera que ha ocurrido una desviación a la norma y se debe corregir para retomar la actividad adecuada.
Al momento de ejercer la función de control de una empresa se pueden utilizar tres tipos de técnicas: la auditoría, el control presupuestario y la aplicación de estadísticas.
Controlar una empresa requiere de:
Fuente: https://www.negociosyemprendimiento.org/2019/04/control-eficiente-procesos-empresa.html