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‘No sé qué hacer con mi vida’, ¿tú también te lo dices?

En octubre de 2015 volvía a casa después de 11 meses de viaje en solitario por el todo el sudeste asiático, poniendo punto y final a un viaje muy enriquecedor a nivel personal. La foto es en un templo de Mandalay (Myanmar) jugando con mi debilidad: los niños.

Estoy de vuelta en casa, y si bien pensaba que iba a verlo todo diferente, la verdad es que lo veo igual. He necesitado tiempo para asimilar lo vivido, y de hecho cuesta procesarlo todo. Todavía no sé qué hacer con mi vida pero no me preocupa tanto ya que tengo un rumbo

En este artículo quiero explicarte mi experiencia personal y es que recibo muchos emails tipo «no sé qué hacer con mi vida», La verdad es que no hay que tomárselo tan en serio, ya que el mundo entero sufre también una crisis existencial y al final eres tú el que debe tomar las riendas de tu vida.

Durante mucho tiempo hice baloncesto, y con 10 años ya medía 1’70cm y tenía pelos ahí abajo. Mi superioridad era aplastante: a veces metía más puntos que todos mis compañeros juntos.

Además, con el tiempo descubrí también que corría mucho. En los campeonatos interescolares que se celebraban en el Estadio Olímpico de Barcelona conseguía cada año la medalla de oro y batía todos los récords. Así que, con 14 años, decidí probar suerte con el atletismo.

Me apasionaba. Quería emular a grandes de los 100 metros lisos como los míticos Carl Lewis o Usain Bolt.

En ese primer año ya participé en los campeonatos de España. Fueron 6 años de luces y sombras.

Apogeo… y declive

Dos años más tarde, después de dejar el baloncesto porque no podía dedicarme al 100% a los dos, conseguiría mi gran hito: tercer puesto en el campeonato de mi región, Cataluña, y clasificarme para el campeonato de España con el 8º mejor tiempo del país.

Este es uno de los pocos vídeos que conservo, el de blanco soy yo:

¿Por qué te explico todo esto? Porque por aquél entonces tenía clarísimo lo que quería: entrenar duro cada día para competir en un par de años en los campeonatos del mundo y prepararme para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Y una mierda.

En ese Campeonato de España, en 2007, me lesioné un dedo del pie, pero a pesar de ello conseguí acabar en la 9ª posición.

Esa lesión acabó provocándome otros dolores musculares y así estaría más de 2 años, sin recuperarme del todo. Tuve 3-4 roturas de fibras en el mismo isquiotibial o bíceps femoral, el enemigo de todo atleta.

Al cabo de 3 años conseguiría volver a otro campeonato de España, esta vez en categoría sub-23, Sin embargo, volví a romperme y nunca me curaría del todo.

Además, con el tiempo fui perdiendo aquella pasión genuina por la competición.

Estaba sacrificando mi salud física, mental y emocional persiguiendo un sueño que se diluía. Me sentía totalmente desorientado. Quizá me estaba equivocando de camino…

Pasé varios años así, sin saber qué demonios hacer con mi vida, hasta que entendí que mi foco lo tenía puesto en el problema y no en la solución.

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Decidí aceptar la beca que me concedieron para estudiar en Alemania. Empecé a abrirme a nuevas ideas que me ayudaron a conocerme a mí mismo, a experimentar y a descubrir que mis verdaderas pasiones son viajar y el autoconocimiento.

Sigo sin saber exactamente qué quiero hacer con mi vida, pero eso no me impide actuar y tener claro mi rumbo.

Formas parte del 99% de la población

Tú ves a las personas de tu alrededor y parece que lo tienen todo clarísimo, ¿no? Lo cierto es que no eres el único con crisis existencial, ni mucho menos.

La mayoría de personas no tienen ni puta idea de lo que quieren hacer con su vida.

Pero lo común es ocultarlo, hacer ver como que lo sabes e ir como un pollo sin cabeza.

No pasa nada si no lo tienes claro, ¿te gustaría de verdad saber lo que vas a hacer para el resto de tu vida? A mí, si te soy sincero, no me gustaría ser funcionario o tenerlo todo planeado. Quiero poder decidir lo que quiero hacer.

Eso sí, deberías asumir algunas verdades ineludibles:

  1. Aunque algunos se empeñen en demostrar lo contrario, hemos nacido en la mejor época de la historia, ya que tenemos infinidad de oportunidades a nuestro alcance y podemos elegir. Sí, esto es un cambio de época y hay que aprender a nadar en la incertidumbre.
  2. También has nacido en un lugar privilegiado, ¿crees que en gran parte de los países africanos tienen las mismas oportunidades que tú?
  3. Si no eres tú quien asume la responsabilidad y dejas en manos de los demás tu futuro, mal asunto.
  4. Si sigues con la misma actitud de siempre, te pasará lo mismo de siempre.

En este artículo te planteo algunas cuestiones que yo medité seriamente en su momento y me sirvieron para encontrar mi camino:

1.- ¿Has pensado realmente en lo que quieres?

Normalmente, al cumplir los 18 nos dejamos llevar por lo que dicen nuestros padres o la sociedad. Pero por suerte tienes elección, hay muchas opciones a tu alcance.

Sí, la vida no consiste sólo en trabajar en un lugar que odias que simplemente te aporta un sueldo para malvivir sin rumbo.

Te presento una idea muy potente que podrías encontrar en uno de mis eBooks:

  • Ve a cualquier lugar que te guste alejado del ruido a pasar la tarde, el día o el fin de semana (tú solo).
  • Escribe cómo sería tu vida ideal con todo lujo de detalles (estilo de vida, trabajo, pareja, amigos, casa, etc.), cuantos más mejor.
  • Sé sincero contigo mismo: escribe lo que TÚ quieres, no lo que los demás esperan de ti.

Lo más seguro es que después de hacer este ejercicio notes una sensación de alivio y cierto bienestar, porque estás haciendo algo muy importante: estás siendo transparente contigo mismo.

En mi opinión no deberías obsesionarte demasiado con eso, simplemente tenerlo en cuenta para trabajar en esa dirección. Tendrás algo que la mayoría no tiene: un rumbo definido.

A partir de ahí sencillamente disfruta del proceso y ten en cuenta que todo cambia.

2.- ¿Tienes habilidades, pasiones, talentos o aficiones?

Como decía anteriormente, la mayoría de personas se dedican a ir por la vida sin una dirección clara y desde luego no conocen sus virtudes, porque nunca se han parado a pensar en ellas.

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En mi opinión, nada es más importante que descubrir lo que realmente te apasiona o aquello que te gusta y/o se te da bien. Si te rodeas de las personas adecuadas, puedes hacer de ello tu medio de vida.

Y no es necesariamente algo con lo que has nacido y algún día te despiertas y se te enciende la bombilla. No.

Tampoco vas a descubrir tus pasiones y talentos si te quedas todos los días durante horas en el sofá viendo la TV o metido en Facebook.

«¿Entonces cómo puedo saberlo?»

Experimentando, no hay más. Prueba cosas que te gusten y por las que tengas un interés genuino.

Da una oportunidad a aquello que no tienes claro si te gusta lo suficiente, dedicándole algo de tiempo puede darte una grata sorpresa 😉

Por otro lado, aun no siendo pasiones o talentos, deberías cultivar algunas habilidades y actividades que pueden ser muy útiles para tu vida. Lo ideal sería convertirlas en aficiones:

  • Conocer personas sabias y aprender idiomas. El inglés es fundamental para tu vida, y lo sabes.
  • Leer, especialmente libros de desarrollo personal . Las novelas están bien, pero si son el 5-10% del total es más que suficiente.
  • Practicar deporte aunque sólo sea media hora al día. Una de las muchas formas de cultivar tu energía vital.

La idea es que de con todas esas aficiones, talentos, pasiones y habilidades que tengas o hayas desarrollado puedas aportar valor y ponerlo al servicio de los demás, pero…

3.- ¿Cómo se hace eso de aportar valor a los demás?

Cuando aportas valor a los demás, estos obtienen un beneficio. Pero como el concepto «valor» es relativo y depende de cada persona, primero de todo vamos a intentar definirlo con algunos ejemplos:

  • Trabajas para una empresa y al final de cada mes te pagan un salario porque a esa empresa le aportas valor solucionándole un problema o varios.
  • Pagas la cuota mensual del gimnasio para ir a entrenar. Tu puedes ponerte en forma y ellos reciben a cambio tu dinero: intercambio de valor. Lo mismo cuando te tomas una cerveza en un bar.
  • Conoces a una persona y le caes bien. ¿Por qué? Porque de alguna forma le aportas valor.

¿Y si te dijera que el creador de esa empresa, el dueño de ese gimnasio o de ese bar, algún día también tuvo los mismos pensamientos autosaboteadores que tú?

La educación que hemos recibido está basada en la era industrial, que en occidente ya ha acabado.

Nunca nos enseñaron a utilizar el dinero, ni siquiera cómo ganarlo. Y obviamente, tampoco cómo aportar valor a los demás. Ni siquiera habilidades sociales, vitales para tu desarrollo personal.

De hecho, desde pequeños nos han educado a ser empleados obedientes, sin cuestionarnos nada.

Un trabajo rutinario de oficina o en una tienda no aporta demasiado valor real ya que mucha gente puede hacerlo, por eso los sueldos son bajos ahí. Pero seguro que hay algo que te diferencia.

No te estoy diciendo que dejes tu trabajo, porque podría ser contraproducente si es tu única fuente de ingresos.

Lo que sí está en tu mano es decidir cómo tomarte ese trabajo. Mejor sacar el lado positivo de lo que haces, ¿no crees?

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Pon el foco en tu actitud, en tus hábitos y en qué quieres conseguir.

Tú eres la persona más importante de tu vida

En el post he hablado primero sobre la crisis existencial que viven la mayoría de personas (incluido yo), de modo que no pienses que eres el único que no sabe qué hacer con su vida. Forma parte de la incertidumbre de nuestra existencia y tiene un lado positivo: puedes decidir.

Como dije, hay una forma simple pero muy efectiva para saber realmente lo que quieres, que es ir a un lugar sin ruido ni distracciones a pasar un día o el fin de semana y escribir en un papel cómo sería tu vida ideal, extendiéndote lo que creas necesario.

En el segundo punto has visto la importancia de descubrir tus habilidades, aficiones, talentos o pasiones. Estoy seguro de que, aunque no lo creas, hay varias cosas en las destacas por encima del resto o te apasionan.

Para acabar, he explicado cómo se puede aportar valor a los demás, pero como el concepto puede ser un poco ambiguo y depende de cada persona, he dado algunos ejemplos ilustrativos como trabajar en una empresa, ir al gimnasio o a un bar, y conocer a alguien.

En este blog hago mucho hincapié sobre viajar solo, y es que realmente no hay mejor manera de conocer gente y abrirte a nuevas ideas que haciéndolo. Plantéatelo.

Por lo tanto, mi conclusión sería que tomes el mando de tu vida. Debes entender que nadie es más importante que tú, así que dedícate el tiempo necesario.

Si trabajas lo que comenté en el punto 2, también deberías empezar a invertir en ti mismo, formarte para dar un enfoque práctico a aquello en lo que destacas y/o desarrollar tus talentos o pasiones.

No intentes cambiar a otros (amigos, familia o sociedad) porque eso es imposible. Cámbiate a ti mismo y cambiarán tus circunstancias.

Hasta de tus acciones más rutinarias se pueden sacar lecciones valiosas. Nunca dejes de aprender.

Siéntete agusto en tu piel y vive una vida que merezca la pena vivir.

Y tú, ¿tienes claro lo que quieres hacer con tu vida?

¿Qué acciones has implementado o piensas implementar de ahora en adelante?

Fuente: https://rutakaizen.com/que-quieres-hacer-con-tu-vida/

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