Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » Cuando tu pesimismo hace que procrastines

Cuando tu pesimismo hace que procrastines

Esto no servirá de nada.

Ahí está el pesimismo que hace que procrastines. Si tuvieras más ilusión hacia la misión que te aguarda, no te lo pensarías tanto.

¡Te faltaría tiempo para empezar!

Estás en TBM. Yo soy Casandra. Y soy pesimista ante la posibilidad de que esta entrada te cambie la vida.

Pero soy optimista cuando pienso en acabar de escribirla y en darte una idea, que tal vez pueda servirte. (Más optimista hacia lo primero que hacia lo segundo.)

La propuesta de hoy va de jugar con las expectativas, para que no sea tan desagradable empezar con la faena.

(Esa es una de las razones frecuentes por las que se procrastina.)

¿Qué expectativas tienes tú?

Imaginemos situaciones feas.

Vas a darte el palizón de trabajo. Y, por otras veces, sabes que no vas a tener una respuesta acorde a tu esfuerzo. Eso, si es que el esfuerzo vale de algo.

O te falta confianza para hacer lo que tienes delante.

¡Puaff…! Me va a salir un churro. ¿Para qué me meto en esto?

O los demás te dicen que eres malísimo en esa actividad. Y tú sabes que con tu ejecución “brillante” les darás la razón.

Vamos a suponer que algo de verdad hay en lo anterior.

Porque, si no hay suficientes indicios para pensar que vas a fracasar, que tu esfuerzo no servirá o que se burlará de ti hasta el gato, ¿a santo de qué viene tu pesimismo?

Cuando la balanza puede inclinarse tanto a que la cosa salga mal, como a que salga bien, ¿para qué apuestas todo a la posibilidad de que salga mal?

Volvamos. Supongamos que, en este caso, tu pesimismo no va descaminado. Procrastinas porque ves muy probable un desperdicio de tiempo y de energía.

¿Qué puedes hacer? Cambiar tus expectativas.

Enfoca ganancias muy probables

Cuando veas chungo el panorama, baja rayitas a tus expectativas.

Si te conviene entrar en la misión que tienes delante, entra. Hazlo de una vez. Pero enfoca tus expectativas de otra manera.

Cuando yo termine de escribir esta entrada (dentro de unos minutos), es muy poco probable que gane dinero con ella.

Es poco probable que tenga éxito entre quienes saben y escriben de estos temas. Y otros efectos así de brillantes, también son poco probables.

Lectura relacionada  Para Mark Cuban, estas dos palabras separan a quienes lo logran de quienes lo sueñan

Si miro hacia la brillantez, mi pesimismo tiene mucho sentido.

Pero puedo tener otras expectativas:

  • Terminaré mi entrada, como cada día. Misión cumplida. Y subidón para lo siguiente.
  • Otra persona puede leerla y quizás se inspire o se anime.
  • Este ejercicio sumará. Hoy me hará ganar un poquitín de agilidad.
  • Etc.

Con expectativas así, puedo ser optimista. Siento que sí.

Y esa actitud hará que no procrastine tontamente y se me vayan los minutos sin empezar la tarea. Que se me haga desagradable. O que, al final, invente una excusa para librarme de ella.

¿Qué me dices de tu pesimismo? ¿Influye en que postergues las cosas?

Fuente: https://tusbuenosmomentos.com/pesimismo-procrastinar

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.