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¿Cuál es tu «Ikigai»?¿Para qué vives?

Imagino que es posible que cuando hayas leído el título del post de hoy habrás pensado ¿ Ikigai ? Permíteme que te cuente una pequeña y clarificadora historia y enseguida saldrás de dudas:

En una minúscula aldea japonesa una mujer se debatía entre la vida y la muerte. De pronto tuvo la sensación de ser separada de su cuerpo y subida al cielo, donde creyó escuchar la voz de sus antepasados.

¿Quién eres? – le dijo una voz.

Soy la mujer del tendero – replicó ella.

Yo no te pregunté de quién eres mujer sino quién eres tú.

Soy la mama de tres hijos, contestó.

No te solicité que me contestes cuántos hijos tienes sino quién eres.

Soy una maestra de colegio.

No quiero saber cuál es tu profesión, sino quién eres.

La mujer no parecía dar una contestación adecuada a la pregunta, hasta que dijo:

Soy quien se despierta cada día para cuidar y amar a mi familia y ayudar a que se desarrollen las mentes de los niños en mi escuela.

Con esa respuesta aprobó el examen al que fue sometida y fue enviada de vuelta a nuestro mundo.

A la mañana siguiente se despertó sintiendo un profundo sentido de significado y propósito: había descubierto su ikigai.

¿Qué significa la palabra ikigai ?

La palabra japonesa ikigai se compone de dos vocablos:  iki (生き?), que se refiere a la vida,  y kai (甲斐?),  «la realización de lo que uno espera y desea».

Su origen es muy antiguo,  remontándose al período Heian japonés que tuvo lugar entre los años 794 y 1185. Por aquella época también se planteaban estos temas de los que tratamos en Un Universo Mejor.

Gai procede de la palabra kai  que era como se conocia a las conchas, muy valiosas en aquella época. De allí se derivó ikigai como una palabra que significa valor en la vida

¿Qué es el ikigai realmente?

De acuerdo a la cultura milenaria de Japón, todos tenemos un ikigai, una razón de vivir o de serUna razón para levantarse por la mañana.  Es decir, es el encontrar el sentido a nuestra existencia, desde el día a día.

Pero llegar a ello es complicado, la búsqueda puede ser larga y muy profunda. Y estará siempre en permanente conexión con nuestro Universo interior.  Eso si, una vez encontrado, sentiremos una inmensa felicidad y una luz interna que dará sentido a nuestra vida. Sentiremos que nuestro karma ha cambiado.

Pero no te equivoques, ikigai no es algo grandioso ni extraordinario. Es algo muy práctico, de tenerlo presente cada día. Se trata desactivar nuestro modo automático por el que normalmente transitamos por la vida y hacer las cosas por algún motivo.

Lo primero que nos pide el cuerpo es quizás traducir esta palabra por propósito de vida, aunque puede ser algo excesivo, dado que el secreto esta en las pequeñas acciones que realizamos día a día. Las personas japonesas creen que la suma de las pequeñas alegrías cotidianas resulta en una vida más plena. 

El concepto de Ikigai tiene muchos puntos en común con la felicidad, aunque tiene una diferencia importante:

Ikigai es lo que nos permite desear que llegue el futuro, incluso si nos sentimos mal en el presente. Nos permite afrontar el futuro, sea el que sea e incluso partiendo desde un presente duro y demoledor.

Gracias a esto, aquel que conoce su ikigai tendrá una vitamina que le ayudará a afrontar con mayor vitalidad las tormentas que se le presenten en la vida.

Este concepto es cambiable y revisable a lo largo del tiempo. No es lo mismo tener 40 años para conformar tu ikigai, que 80, donde tus valores y experiencias son posiblemente más ricas.

En el tsunami de 2011, muchos japoneses cambiaron su ikigai y quizás sea debido a que las personas que han encontrado una razón de ser tienen una mayor habilidad para integrar las experiencias vitales estresantes y limites, experimentando menos sufrimiento e incertidumbre. Un hecho de tan gran magnitud emocional les hizo replantearse su ikigai. Y siguieron adelante.

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El ikigai en la vida moderna

El ikigai podríamos decir que se encuentra en la suma y unión en un punto de cuatro parcelas fundamentales de la vida: pasión, vocación, misión y profesión.

O dicho con otras palabras, la mezcla de eso que amas, eso en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y aquello por lo que ganas dinero.

Francamente y en mi modesta opinión quizás podríamos sacar de esta relación la profesión. Es decir eso con lo que te ganas la vida, pues creo que esta muy influenciada su inclusión en estos componentes por su importancia en la vida moderna.

¿Es que no puede tener alguien un ikigai muy elevado teniendo un trabajo en una oficina y dedicando su tiempo libre a ayudar a los demás a través de una ONG? Yo creo que si. ¿Y una persona de 70 años que ya no trabaja? Extrae tus propias conclusiones.

El hombre se autorrealiza  comprometiéndose a cumplir el sentido de su vida. Victor Frankl – ¡Compártelo!       

La importancia del ikigai en una longevidad saludable

En el año 2008  se realizó un estudio e Japón, conocido como el «estudio Ohsaki» en el que analizaron más de 43.000  personas mayores a lo largo de siete años, durante los cuales fallecieron unas 3.000 personas.
Lo que descubrieron fue que las personas con ikigai vivían más, y no solo tenían un menor riesgo de morir por problemas cardiovasculares sino también por causas externas.
Con posterioridad otros estudios, como el de la Universidad Médica de Iwate llego a las mismas conclusiones tras estudiar a más de 73.000 personas durante cinco años.

Cada vez más japoneses se están alejando de incluir el trabajo como parte de su ikigai. De hecho en una encuesta realizada el el año 2010 solo el 31%  vinculaba ambos términos.

Además casi el 25% de los empleados japoneses trabajan más de 80 horas extra al mes, y eso trae consecuencias trágicas en forma de muerte como el  karoshi, que simple y llanamente es abandonar este mundo por exceso de trabajo.

Por otro lado al norte de la isla de Okinawa hay un pueblecito donde viven el mayor número de personas centenarias. Todas ellas tenían como denominador común que cultivaban un pequeño huerto por si mismas, mostraban una buena salud, participaban en actividades comunitarias y mantenían contacto con su vecinos.

Además su alimentación  se basaba en los cereales, las verduras, las legumbres y el pescado, y la poca sal y azúcar.

Pero… ¿sabes cuál era en opinión de ellos mismos la base de todo?

Qué disfrutaban una vida con la filosofía ikigai como ingrediente básico. Y este no les agobiaba, les permitía vivir sin prisas, sin estrés, felices.

¿Cómo puedes descubrir tu ikigai?

No todo el mundo tiene claro su ikigai. Se trata de ir conectando puntos en tu vida y sentir el presente y el futuro  dejando volar tu intuición. Por ello recomiendo que sigamos a nuestro corazón como si nos fuese la vida en ello. 

El problema de conocer nuestra razón de ser es que, aunque todos lo llevamos en nuestro interior, no todos lo encontramos. A algunos le llevan años, casi una vida, a otros solo meses, mientras que otros saben su ikigai desde su infancia.

El ikigai se encuentra en lo más profundo de nuestro ser. Y llegar hasta allí a veces requiere de un gran esfuerzo y dedicación, pues tendremos que afrontar temporales internos que posiblemente nos inviten a cejar en nuestra tarea.

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Todos tenemos diferentes momentos y situaciones, por lo cual lo importante es que cada uno de nosotros busquemos el instante y camino adecuados para crear la atmósfera adecuada en la que podamos profundizar.

Quizás la mejor manera de iniciarse en esta búsqueda, de un propósito existencial, será la de hallar respuestas a ciertas preguntas. Por ello te invito a que te pases por otros artículos del blog como: 101 preguntas para cambiar tu vida hoy mismo o Encontrar sentido a tu vida: 10 preguntas para contestarte.

Es totalmente normal y no es algo malo el no saber qué quieres hacer con tu vida. Deja de preocuparte y empieza a construir con la esperanza de que lo acabarás averiguando. Seguro que lo encontrarás. Y una vez que lo encuentres, estarás contento de haber desarrollado habilidades y recursos, de haberte hecho amigo de personas excepcionales y de haber hecho cosas buenas.
Sebastian Marshall

El ikigai no es completo si la meta marcada no implica un servicio a la comunidad, a los demás. Dar sin pedir nada a cambio.

El ikigai nos propone un viaje interno de conocimiento personal para encontrar aquello en lo que somos buenos, lo que se nos da bien y nos gusta hacer.

ikigai, la razón de vivir

Las cuatro principales preguntas que hay que contestar serían:

¿Qué es lo que amas hacer?

¿Qué es lo que el mundo necesita de ti?

¿En que eres bueno?

¿Pueden pagarte por lo que haces?

Una vez contestadas tenemos que encontrar los puntos de conexión entre cada una de las áreas, tal y como vemos en el dibujo anterior. En la intersección de todas las áreas, encontraremos nuestro ikigai.

Las respuestas y un equilibrio entre estas cuatro áreas podría ser una ruta rápida hacia ikigai para los occidentales.

Pero en Japón, ikigai es un proceso más lento y a menudo no tiene nada que ver con el trabajo o los ingresos.

Encontrar tu ikigai podría llevarte a reinventarte profesionalmente.  Esta concepto filosófico nipón nos ayuda a hacer girar nuestra vida alrededor de todo aquello en lo que tenemos talento y nos hace útiles para el universo.

Dan Buettner, experto en el tema nos sugiere hacer tres listas: tus valores, las cosas que te gusta hacer y las cosas para las que eres bueno. La intersección de las tres es tu ikigai.

Recuerda que conocer nuestro ikigai no es suficiente, necesitamos dar pasos, ponernos en marcha para conformar ese día a día que vaya componiendo nuestra auténtica razón de ser.

Gordon Matthew profesor de antropología de la universidad de Hong Kong nos da su versión acerca del ikigai: 

No se trata de un principio para el que vives. No es el motivo por el que te levantas todas las mañanas. Se trata de algo mucho más reducido, situado delante tuya y además de forma muy directa.

También nos da unas pautas para encontrarlo y relacionarnos con el:

  • Analiza lo que tienes delante, pues el ikigai no es nada sublime ni extraordinario, sino algo muy obvio, mucho más sencillo de lo que crees.
  • Recuerda siempre el motivo de que ese algo especial sea tan importante para tu vida.
  • Reflexiona acerca de por qué haces lo que haces.
  • Tómate tu tiempo para decidirlo.  No es una tarea sencilla, ni tampoco se consigue de hoy para mañana.
  • No seas egoísta en la persecución de tu ‘ikigai’. La vida no es seo.
  • El ikigai es siempre frágil. Puede ser que quieras a tu pareja más que a tu vida, pero también puede pasar que por mil motivos el día de mañana no esté a tu lado.
  • Pon en revisión tu ikigai con periodicidad. Lo que es fundamental para ti con 30 años puede no serlo con 80.
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10 principios del Ikigai

El ikigai suele acompañarse de una cantidad de hábitos que permiten disfrutar más y mejor de la vida, es vivir enfocados en aquello que para ti es esencial y maravilloso.

Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles en su libro Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz proponen diez leyes para que una vez que lo hayas descubierto, trates de seguir y alimentar tu ikigai día a día para iluminar a tu existencia:

1.Mantente siempre activo, nunca te retires.

Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Los centenarios habitantes del pueblecito de Okinawa seguían realizando actividades más propias de otras edades según la cultura occidental.

2.Tómatelo con calma.

Caminando despacio se llega lejos. No hay prisa, solo tienes esta vida, disfruta cada instante.

3.No comas hasta llenarte.

También en la alimentación para una vida larga, “menos es más”. Aplica la ley de pareto (80/20) y come solo el 80% de lo que podrías comer.

4.Rodéate de buenos amigos.

Son el mejor antídoto para disolver las preocupaciones. Las relaciones de amistad son un gran elixir para poder cumplir nuestro ikigai. Conoce gente.

5.Ponte en forma para tu próximo cumpleaños.

Por si alguien no lo recordaba, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad. Y fijarnos pequeños objetivos día a día, nos permitirán llegar muy lejos.

6.Sonríe.

Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. La sonrisa abre puertas y nos conecta con nuestra parte positiva.  No hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en este universo lleno de posibilidades.

7. Reconecta con la naturaleza.

Nuestro hábitat natural es la naturaleza. En ella encontraremos grandes remedios para nuestros males. Estamos hechos para vivir integrados con la naturaleza.

Rodearnos de naturaleza y dar paseos por ella, nos ayudará a conectar con nuestro alma, y por supuesto, con nuestro ikigai.

8. Da las gracias.

Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad. Muestra gratitud con los que te rodean, con la naturaleza, con la vida. Te sentirás dichoso de estar vivo.

9. Vive el momento.

Dejemos de mirar a nuestro pasado y de tener miedo al futuro. Todo lo que tienes es el día de hoy.

Tenemos que apagar el piloto automático. Quizás practicar el mindfulness y la meditación te ayuden a centrarte en el aquí y ahora.

10. Sigue tu ikigai.

Es importante que sepamos que dentro de cada uno de nosotros  hay una pasión, un talento único que da sentido a nuestros días y si no lo has encontrado aún, tu próxima objetivo podría ser encontrarlo.

Espero que te haya agradado el artículo de hoy, y que te haya ayudado en tu camino vital.

No desesperemos y sigamos buscando y modelando nuestro ikigai sin prisa, pero sin pausa. Nuestra vida mejorará.

Fuente: https://ununiversomejor.com/ikigai-la-razon-de-vivir/

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