Los fundamentos del liderazgo del mañana, lo básico con un giro

Por Fiona Murden

En 1998 me gradué de la escuela de negocios con el sentimiento de que sabía todo lo que había que saber sobre liderazgo. Comencé a trabajar como consultor de administración y gran parte de lo que había aprendido se echó rápidamente por la ventana. Los conceptos básicos de comportamiento nos dicen mucho más que la última moda. Me obsesioné con observar como un detective, averiguar qué, por qué y cómo. De hecho, estaba tan fascinado que pronto regresé a la universidad para completar una maestría en psicología empresarial.

Desde entonces he perfilado y entrenado a líderes de todo el mundo. He vivido sus viajes con ellos y, si bien no he llorado las cicatrices ni el fracaso (¡ni he compartido las recompensas del éxito!) En su totalidad, he evaluado y predijo quién fallaría, quién triunfaría. He trabajado mano a mano con los líderes que han luchado y los que han florecido.

Con esta experiencia a cuestas, volví a esos aprendizajes originales para reevaluar su relevancia. Lo que descubrí es que en realidad no es la idea de vanguardia lo más relevante, sino los fundamentos que se enseñaron hace mucho tiempo como filósofos como Lao Tzu en 600 a. C. que han pasado la prueba del tiempo.

“Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando termina su trabajo, se cumple su objetivo, dirán: nosotros mismos lo hicimos”.

Si bien ahora podemos agregar “él o ella” a esta cita de hoy, las personas son personas y como el cerebro humano ha evolucionado muy poco (si es que lo ha hecho) a lo largo de los siglos, los fundamentos de un buen liderazgo también se han mantenido prácticamente sin cambios. Lo que amenazó a la gente entonces, amenazará hoy, lo que motivó entonces, motivará hoy. Sin embargo, lo que está cambiando es la tasa de cambio en sí misma y el volumen de datos que los líderes y seguidores tienen que tratar. Como resultado, esos aspectos críticos del buen liderazgo se vuelven aún más importantes. Actúan como un ancla desde la cual resistir la tormenta de un mundo turbulento y la base desde la cual construir sobre nuevos conocimientos.

Por lo tanto, creo que los fundamentos de un buen liderazgo son tan ciertos hoy como lo fueron siempre, pero con un giro:

1. Resiliencia. Los líderes siempre han necesitado ser resistentes, pero lo que eso significa está cambiando. Hace una generación, la resiliencia significaba continuar sin importar qué: dormir debajo del escritorio, no dormir en absoluto, saltarse las vacaciones, recibir llamadas de una cama de hospital. Todavía hay una insignia de honor asociada con continuar a pesar de la presión, pero este tipo de comportamiento nunca fue sostenible (Arianna Huffington habla abiertamente sobre esto) y posiblemente se está volviendo aún menos. Como líder del mañana, hay una necesidad de flexibilidad constante para sus propias necesidades físicas y emocionales, ser hiperconsciente, comprender qué energiza y qué drena, administrar con cuidado la vida y los deberes y dar permiso a otros para que le adviertan cuando se sienta cegado por el estrés subiendo sobre ti.
2. Curiosidad por la agilidad. Tenemos una comprensión cada vez mayor de cuán “plástico” es nuestro cerebro, incluso en la era posterior. Hasta hace poco, creíamos que muchos aspectos de nuestra personalidad estaban resueltos y se nos alentaba inconscientemente a que se acercaran a la vida en consecuencia. Sin embargo, como líder del mañana, entender esta plasticidad significa que nunca es demasiado tarde para cambiar o crecer, para buscar oportunidades, para aprender, para adaptarse a una nueva forma de trabajar y para adaptarse al mundo cambiante a su alrededor. Permanecer abierto y curioso le permite abrazar situaciones impredecibles en lugar de ser desviado por ellos.
3. Construyendo equipos de alto rendimiento. Con mucha frecuencia, los mejores equipos están formados por personas de alto rendimiento que trabajan en silos, que luego se refleja a través de la organización. Este enfoque limita masivamente el potencial de toda la organización, restringiendo la capacidad de flexión y respondiendo rápidamente a las demandas del mundo en rápido movimiento. Como líder del mañana, será cada vez más crítico entender cómo construir y habilitar equipos de alto rendimiento que desafíen las estructuras y formas de trabajo de la organización de “ladrillos y cemento”. Necesitará esto para permitir una agilidad óptima y aprovechar al máximo la capacidad colectiva de los empleados en toda la organización.
4. Comunicar la visión. La prioridad de este punto es aumentar exponencialmente con la ambigüedad del mundo que nos rodea. Como humanos, nos sofocamos emocional e intelectualmente en tiempos de incertidumbre. Esto hace que los empleados se sientan amenazados y desconectados. Como líder del mañana, por lo tanto, será imperativo articular la visión con claridad y pasión, realmente conectando con la audiencia. Esto permitirá que las personas tengan una sensación de unidad, propósito y comodidad que les permita participar y rendir al máximo. Como líder, le permite brindar seguridad a los empleados de manera segura sobre cómo trabajan, lo que les permite a las personas lograr lo que mejor se adapte a sus propias fortalezas, enfoque y personalidad.

El habilitador de todo esto no solo es un mayor conocimiento del comportamiento y la mejor manera de aprovecharlo, sino también la presencia de la Inteligencia Artificial (IA) que trabaja junto con esa comprensión. Muchos ven la IA como una amenaza, pero también es una oportunidad increíble. Un artículo de McKinsey publicado en abril de 2018, por ejemplo, dice que AI “crea espacio y tiempo para pensar al filtrar la señal del ruido”. Como líder, al permitir que los algoritmos funcionen en los volúmenes crecientes de datos con los que se espera que trabaje, los aspectos que crean el flujo constante y la sobrecarga significarán que AI puede informar solo lo que necesita saber y cuándo debe hacerlo. Conózcalo. ‘Si se usa efectivamente como líder y como empleado, podría liberar al cerebro de una gran cantidad de procesos innecesarios y toma de decisiones. Esto permitirá centrarse en los aspectos de comportamiento de los líderes que abrazan la inteligencia artificial para florecer en el paisaje del mañana.

Entonces, para ser un gran líder del mañana, no mire a la última moda o afirmación, vuelva a lo básico como su base para permanecer ágil, luego aproveche lo que ofrece el mundo futuro.

Fuente: Fiona Murden es una psicóloga acreditada, miembro asociado de la British Psychological Society, autora de gran éxito de ventas y oradora pública estimulante que ha pasado los últimos dieciocho años trabajando con líderes de empresas multinacionales. También es fundadora y MD de Aroka Ltd, que ha dirigido a nivel mundial durante los últimos 11 años. Aroka hace un perfil de los líderes principales en el Reino Unido, Estados Unidos, Europa y Asia Pacífico para evaluar su idoneidad, fortalezas y riesgos en relación con el rol para el que están siendo contratados. Sus compromisos de hablar la llevan a salas de juntas tan diversas como el Instituto de Directores, la Oficina del Gabinete, el Royal College of Surgeons, Lloyd´s of London, The City Women’s Network y Nomura.El libro de Fiona, Defining You se publicó en todo el mundo en 2018. Defining You abre una ventana al proceso de creación de perfiles psicológicos en los negocios y presenta un camino claro para mejorar su eficacia con acciones inmediatas y consejos tangibles.