Otra idea para terminar pronto eso que tienes entre manos: hazlo como si fueras el mejor.
En cierto modo, lo eres. En este momento y lugar, la persona más indicada para culminar la misión está bajo tu piel.
He hablado de esto otras veces. Pero el “remedio” es tan bueno, que insisto en él con la esperanza de que más personas lo encuentren y lo aprovechen.
Y, si hoy eres tú esa persona, me alegraré de lo que va a pasar.
Que vas a cumplir con la misión mejor que otras veces. Y, además, avanzarás en ella con soltura, con fluidez, más rápido.
No es motivación, sin más. Es confianza. Recarga la confianza en ti justo antes de entrar en faena y verás la diferencia respecto a esos días en los que actúas titubeante.
Pongamos que estás justo de fuerzas, que tienes dudas, que no hay fans coreando…
– ¡Eres el mejor!
Es más, pongamos que tú eres el primer anti-fan de todos, casi dando por hecho que vas a hacer un trabajo cutre o que vas a sufrir para terminarlo.
En tal caso, no tienes que fingir que eres lo más eficaz que pisa asfalto. Si no tienes mucha confianza (o casi ninguna), súplelo con claridad.
Respecto a la tarea o misión que tengas delante: defínela con claridad.
Qué vas a hacer exactamente, cómo, para qué, hasta qué hora…
Te quitas unos cuantos titubeos y distracciones cuando decides estas cuestiones de antemano. (O todas las que puedas.)
Respecto a ti: rescata elementos que te respalden.
Con este recuento de activos, también despejarás dudas y titubeos. Y transformarás la experiencia.
¡Qué rayos! En este momento nadie va a mover un dedo por ti. Estás tu solo, frente al gigante colmilludo con forma de tarea aburrida.
¡Caramba! Claro que eres el mejor.
Observa qué ocurre cuando te enfrentas a una actividad con las ideas claras, decidido a usar tus recursos y respaldándote.
No te voy a decir que es milagrosa. Hay tareas en las que yo no tengo soltura ni confianza. Por ejemplo, grabando vídeos.
Pero, si quiero terminar un vídeo sin estar todo el día enfangada y llegar a tener soltura y confianza algún día, necesito mi respaldo.
Cuando no me lo doy, sufro. La tarea se me hace el doble de odiosa. Tardo más tiempo en terminar, mucho más.
Y, desde luego, sé de sobra que no soy la mejor que va a hacer un vídeo y lo va a publicar.
Pero, en el momento y lugar de grabar, yo soy la mejor. Porque soy la única que puede sacarme del lío.
Lo mismo estoy medida en el lío mientras tú estás leyendo esto, muy próximo a vértelas con tu nueva misión.
Prueba. Enfréntate a ella como si fueras el mejor. Ármate con toda la confianza que puedas… ¡y ataca!
A ver qué nos sale.
Fuente: https://tusbuenosmomentos.com/como-si-fueras-el-mejor/