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No sé si recordarás que hace tiempo cierto futbolista famoso dijo delante de las cámaras de televisión que era el mejor futbolista del mundo.
Si te acuerdas, quizás también sepas que tras esas declaraciones se armó un gran revuelo. Sus detractores le criticaron y las redes sociales se inundaron de pruebas para justificar que no era él, sino otro, el mejor del planeta.
¿Por qué ocurrió todo aquello? ¿Por qué se generó tanta controversia si tan sólo dijo lo que creía?
El motivo es que su mensaje era inmóvil, objetivo e inflexible. En definitiva: no utilizaba la comunicación emocional. De haberlo hecho seguramente no le habrían criticado de esa forma.
De todas las habilidades sociales habidas y por haber, la comunicación emocional es la que seguramente aportará más paz a tu vida.
No estamos acostumbrados a comunicarnos emocionalmente. Aunque tan sólo queramos dar nuestra opinión personal, solemos hablar de forma objetiva, totalitaria y sin aportar ninguna emoción. “Soy el mejor futbolista del mundo”. O estás de acuerdo o te opones.
Quizás ya sabías que las mujeres se comunican de forma mucho más emocional que los hombres, pero a lo mejor te sorprenda saber que conforme cumplen años todavía lo hacen más. Y en el caso de los hombres ocurre totalmente lo contrario: van perdiendo este tipo de comunicación a medida que crecen, tal y como demostró un trabajo recopilatorio de la Universidad de Nueva York.
También existen diferencias culturales (en los países asiáticos están bastante peor) pero, en cualquier caso, todos tenemos todavía mucho que aprender. Las ventajas que puedes obtener justifican sobradamente que lo intentes.
Si te estás preguntando para qué te servirá aprender a comunicarte emocionalmente te daré 4 razones para que decidas si merece la pena o no seguir leyendo este artículo:
¿Sigues conmigo? Bien, entonces iré al grano. La parte teórica para aprender comunicación emocional es muy simple; tan sólo debes hacer tres cosas. La dificultad está en incorporarlas como un hábito.
Supón que tú y yo estamos hablando sobre la crisis, para variar, y en cierto momento suelto esa frase.
Aunque lo que quiero decir es que todo me lleva a creer que la mayoría de políticos son corruptos, lo he dicho de forma objetiva. He descrito un hecho, como si describiera un objeto, y te lo he puesto en bandeja de plata para que me lo discutas si tú opinas lo contrario.
Si en cambio digo: –Siempre he creído que casi todos los políticos son corruptos, el tema es distinto. Estoy usando la perspectiva subjetiva: he hablado desde mí y ya no me puedes rebatir la veracidad de esa frase. Podrás discutirme si tú crees que los políticos son corruptos o no, pero nadie puede juzgar lo que yo creo. Mis sentimientos son míos y nadie más los puede discutir.
¿Qué verbos sirven para expresarse de forma subjetiva? Existen un montón, pero los principales serían creer, sentir, pensar, opinar y parecer.
Si te acostumbras a hablar de lo que crees, opinas o te parece, conseguirás que nadie pueda poner en tela de juicio lo que dices porqué harás evidente que se trata de tu opinión, evitando así muchos conflictos argumentales. Quizás no compartan lo que dices, pero desde luego no podrán acusarte de decir tonterías o mentir.
Dicen que la única persona que puede cambiar como te sientes eres tú mismo. Si bien hay parte de razón en eso, yo creo que la persona con la que estés hablando también puede tener algo que ver.
Resulta que las emociones se contagian. Imagínate que estás en el metro cuando entra una pareja de jóvenes. Toman asiento unas filas por delante de ti y empiezan a reírse. De hecho, no dejan de reírse durante todo el viaje. ¿Cómo crees que terminarías reaccionando?
Si las emociones se transmiten, lo ideal es que hables desde ti a la vez que expresas emociones. En concreto, las emociones que quieres contagiar.
Hasta hace poco la teoría más aceptada era que existían 6 tipos de emociones humanas básicas: alegría, tristeza, miedo, sorpresa, ira y angustia. Sin embargo, los estudios más reciente las resumen en cuatro.
Sean las que sean, si utilizas verbos que transmitan estas emociones lograrás contagiarlas a los demás en tus relaciones sociales. Algunos ejemplos de verbos emocionales serían: ilusionar, amar, odiar, temer, envidiar, apetecer, preocupar, excitar, disgustar, etc. Además, al hablar desde tus sentimientos la gente notará que te conoce más y te percibirá como una persona honesta y abierta.
Mi recomendación es que te acostumbres a usar verbos emocionales positivos mezclados con un toque de humor en tu entorno social. De esta forma estarás contagiando sentimientos positivos, te darás más a conocer y la gente empezará a asociarte con buen rollo. Y todo el mundo quiere tener cerca este tipo de personas.
La tercera parte de la comunicación emocional sería la de describir comportamientos y no personas. De esta forma podrás expresar libremente lo que piensas reduciendo todavía más las posibilidades de crear un conflicto. También resultarás mucho más persuasivo porque la gente sabe que puede cambiar su comportamiento, pero no opina lo mismo sobre su personalidad. ¿Un ejemplo?
“Eres estúpido.”
versus
“Creo que tu comportamiento ha sido estúpido y eso me ha avergonzado.”
En el primer caso me huelo que si le dices algo así a alguien se pondrá inmediatamente a la defensiva. En el segundo estás abriendo las posibilidades de un diálogo.
Si te acostumbras a combinar la perspectiva subjetiva con los verbos emocionales lograrás que la gente te conozca mejor, más rápido y que además te discuta menos. Para mí es algo maravilloso.
Fuente: https://habilidadsocial.com/claves-de-la-comunicacion-emocional/