En los primeros pasos con frecuencia nos encontramos con empresas que tienen un capital inicial propio, en su mayoría aportado por los socios, pero que en general es insuficiente para iniciar operaciones o hacer crecer el negocio.
Si estás pensando en dar el salto en el corto plazo necesitás anticiparte y definir qué tipo de financiamiento vas a buscar, hacer una planificación financiera te va a permitir conocer los puntos fuertes, debilidades, perspectivas y riesgos del negocio para crecer sin poner en juego la sostenibilidad de la empresa.
Improvisar en lo financiero puede tener un costo altísimo, absorber la rentabilidad del negocio hasta incluso convertirlo en inviable. Para evitar estas situaciones es fundamental definir una estrategia de financiamiento que vincule la parte comercial con la productiva y tener lista una estructura que permita aprovechar las oportunidades cuando surjan.
Independientemente de si tomamos deuda o si recibimos capital, hay factores importantes a considerar.
La decisión de financiarse con un crédito o con aportes de capital debe basarse principalmente en las posibilidades de la empresa de generar flujos de fondos que permitan afrontar todos los compromisos de la compañía. En el caso de los préstamos, es importante considerar desde cuándo comienza a desembolsar la cuota, si los mismos tienen período de gracia o no, el sistema de amortización del capital y el tipo de tasa de interés. En el caso del capital aportado, no hay necesidades de desembolsos inmediatos.
A su vez, para cada tipo de financiación existen diferentes formas de instrumentarlas, ya sea a través de mecanismos como el crowfunding, búsqueda privada de inversores, entidades que apoyan a emprendedores, etc.
Es conveniente evaluar las diferentes formas de financiación entendiendo el momento del negocio y considerando que cada caso debe ser evaluado con sus particularidades. Seguramente a una startup le resulte más beneficioso y accesible en una etapa inicial financiarse con inversores. A su vez, en la medida que el negocio tome volumen y tenga mayor capacidad y acceso crediticio, considerar la posibilidad de tomar deuda para expandir o acelerar el proceso de crecimiento.
En fin, de una buena combinación de capital y deuda se desprende el costo financiero del negocio, lo que impactará tanto en el flujo de caja como en la rentabilidad.
Fuente: https://www.endeavor.org.ar/estrategias-financieras-crecer-capital-propio/