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Inteligencia Conversacional: Las 5 competencias del poder de la palabra.

Por Alberto Lindner.

Cinco palabras escritas en verbo infinitivo, que en estos momentos de mundiales, adquieren un significado poderoso. Los cinco verbos representan las cinco competencias de un nuevo, ya sea padre, esposo, gerente, lider, o simplemente un ciudadano.

Ya no se trata de convencer a otro, de sus opiniones al mínimo, de alimentar a nuestro ego; se trata de conocer las normas de convivencia y de la nueva comunicación que se desprende de los principios filosóficos de Humberto Maturana y del padre de la ontología del lenguaje, Rafael Echeverría.

La Ontología del Lenguaje como hemos dicho en anteriores ocasiones, se trata del ser, se trata de podernos observar a nosotros mismos, y transitar un mundo nuevo lleno de aprendizajes que nos conducen a una más plena, humana, y social. Se trata también acerca del poder transformador de la palabra, ya que esta es acción, y es a través de su uso que podemos transformar al mundo, y en esa acción, transformarnos a nosotros mismos.

Ese es el poder de la palabra, y el poder de la nueva comunicación; comunicación fundamentada ahora, en el saber escuchar y de entender que el escucha, es quién le da sentido a quién habla.

Ya deja de ser pasivo el escucha, para conformar un nuevo de comunicación, al entender que el otro, el que escucha, es un genuino “otro”, y que debemos validar lo que conversamos para cerrar las brechas, pues cada quien dice lo que dice y el otro, escucha lo que escucha.

Las cinco competencias están fundamentadas en los planteamientos de la ontología del lenguaje y son:

Aprender.

Se trata de estar consciente de lo que somos en cada momento y desde allí, poder declararnos aprendices para poder seguir la senda de nuevos aprendizajes. No importa la edad ya que es cuestión de actitud, de pararse frente a la vida y reconocer que no tenemos que saber , y hablar de todo, en consecuencia. El aprendizaje y la humildad, nos colocan en actitud de aprendices.

Con la práctica, podemos pasar de la incompetencia inconsciente, a la competencia inconsciente. Aprender son procesos, y además ciclos, en los cuales vamos practicando hasta alcanzar una nueva habilidad, desde donde nos podemos declarar nuevamente aprendices. Este ciclo puede no terminar nunca, se trata solo de proponérselo y aprehenderlo.

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Observar.

Todo el modelo de la Ontología del Lenguaje transformacional se fundamenta en el modelo OSAR, Observador, Sistema, Acción y Resultado propuesto por el Dr. Echeverría. La palabra es acción y esta nos mueve a obtener resultados. Desde allí, y en un aprendizaje de primer orden, podemos actuar sobre nosotros mismos y observar con humildad que siempre podemos hacer las cosas distintas y mejores. Se trata de mejorar nuestro desempeño.

Sin embargo, y tras el poder transformador de la palabra en acción, se puede tener aprendizajes de segundo orden, donde podemos ver nuestro propio ser y darnos cuenta de las cosas o eventos que nos paralizan o los juicios que subyacen tras cada emoción. El darse cuenta representa un desplazamiento, una nueva forma de entender la realidad. Al observarnos, avanzamos.

Escuchar.

Es un aspecto poderoso ahora que transforma todos los modelos de comunicación que hemos conocido. Se trata de entender que el que escucha, ahora valida al que habla y se convierte en un sujeto activo en la comunicación. El que habla entonces, debe reconocer al auténtico otro y validar si lo que escuchó, es lo que quiso decir.

La gente aprecia al mundo de maneras distintas, desde sus propias realidades e historias; ahora se trata de cerrar brechas para distinguir las mismas cosas en un momento determinado. El escuchar es por lo tanto, el acto de percibir, a través de los sentidos, de nuestra condición biológica y ambiental, más la interpretación que cada quién hace de lo que está observando.

Por eso somos distintos observadores que tienen necesariamente que cerrar brechas para comunicarse eficazmente. El escuchar es respetar al otro, reconocerlo como auténtico otro, es entender que forma parte necesaria de la propia comunicación. El escuchar sin dudas, vendrá a ser la mega competencia del siglo que avanzamos.

Indagar.

El indagar es parte de todo lo mencionado antes. Desde nuestra humildad, preguntamos a nuestros interlocutores sobre el tema que se comunica, hacemos las preguntas correctas e hilamos la conversación, comprendemos a nuestro propio observador y reconocemos que en una conversación de dos, existen en realidad, cuatro conversaciones: las dos observables y la de cada quien consigo mismo, lo que llamamos su conversación interna.

Si los puntos anteriores no han sido incorporados a nuestro ser, será difícil que el ego nos deje indagar para conocer más. El no reconocimiento del modelo del observador, hará que nuestra conversación interna tenga el más alto que de quién estamos escuchando. Así, se abren las brechas y caemos entonces, en comunicaciones personales egocéntricas, básicamente. La maravilla de la Indagación es que nos abre mundos de posibilidades.

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Actualmente, existe una corriente desarrollada por el Dr Cooperrider, que se denomina Indagación Apreciativa. Esta se junta con los nuevos principios de la psicología positiva con la búsqueda de la felicidad y consiste en encontrar nuestras fortalezas y entender de lo que hemos sido capaces de “bien hacer” para aprender de ello y poder emprender el ciclo de mejora continua en nosotros mismos.
Aplicado a las , constituye una oportunidad de aprender de lo sucedido y crecer como y como organizaciones.

Conversar.

Este quinto verbo conlleva a las cuatro precedentes. Se trata de querer aprender, de constituirnos cada vez como el nuevo observador que vamos siendo, gracias a nuestras transformaciones, se trata de aprender a escuchar desde la persona que somos y de indagar sobre lo que el otro conversa.

Las conversaciones son actos lingüísticos, llenos de respeto, reconocimiento y aprendizaje. Es así como un coach puede ayudar a otro a poder observar lo que antes no había podido y en algunos casos, ver aquello que le había impedido avanzar.

Esta disciplina reconoce varios tipos de conversaciones.

  • Conversar para poder tener conversaciones; se trata de poder establecer distinciones entre las partes y entender que cuando denota algo, el otro comprende lo mismo. Esta conversación se utiliza en bandos enfrentados, no conciliados, y para la paz.
  • Otra conversación, es la de los juicios, donde una persona expresa lo que siente y sobre que origina lo que siente. Esta conversación por si sola, viene a tener efectos sanadores pero no avanzamos, pues las causas de las emociones quizá sigan intactas.
  • La conversación para la acción, le sigue a la de los juicios pues ya entendemos y podemos explicar hacia donde nos queremos mover. Entonces tenemos la conversación para el diseño de acciones, que es donde creamos nuevos mundos y podemos entonces desplazarnos o desplazarse los que conversen.

La conversación, es la conclusión de la nueva comunicación, donde el que habla y el que escucha son actores importantes, activos y protagonistas. Se escucha, se reconoce, se aprecia, se indaga y por último se aprende.

Interesante que en la gerencia actual, cuando hablamos de competencias, sea que hagamos un listado de cosas muy complejas y enredadas como de liderazgos, de técnicas de persuasión, de negociación, o de visualización. Se trata simplemente, de aprender, observar, escuchar, indagar y conversar. Nada mas…

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Fuente: https://manuelgross.blogspot.com/2015/11/inteligencia-conversacional-las-5.html

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