Suele pasarnos que le damos más importancia a la felicidad perdida o a la prometida. Idealizamos los momentos felices que no tenemos a la mano. ¿A ti también te pasa?
¿Por qué el pasado fue más feliz que el presente?
Porque no lo tienes. Así funciona. Deseas más aquello que te falta. Al echar la vista atrás, filtras los buenos recuerdos, separándolos de las angustias y temores, que también estuvieron presentes.
Tal vez, te ves a ti mismo jugando, riendo despreocupado en tus primeros años. Y piensas que aquel tiempo fue más feliz comparado con este.
¡Qué hermosas y significativas se presentan en el recuerdo algunas escenas y procesos de nuestra vida pasada, a pesar de que, en su momento, las dejamos pasar sin estima especial alguna! (Schopenhauer)
Aun así, aquel tiempo también tuvo sus problemas. Seguramente, esos problemas, los conflictos o las inseguridades, ocupaban la mayoría de tus pensamientos, como hoy lo ocupan tus problemas actuales.
Y, como pasa hoy, también dedicabas un tiempo a imaginar cómo sería la felicidad del futuro, cuando pudieras hacer eso para lo que entonces estabas limitado.
¿Por qué el futuro será más feliz que el presente?
Porque está en tu imaginación. Eres optimista por naturaleza, como afirma Seligman. Prefieres imaginar un futuro menos trabado, en el que hayas resuelto tus problemas actuales y en el que, al conseguir lo que hoy te falta, respires feliz.
Pero eso puede que no ocurra. Porque no puedes saber cómo de feliz te sentirás en un futuro. Nadie puede. ¿Y si, al resolver tus problemas y conseguir lo que hoy persigues, se te ocurren nuevas carencias o empiezas a echar de menos el tiempo que quedó atrás?
Ante la vista de todo lo que no tenemos, nos preguntamos «¿Cómo sería si lo tuviera?» y así se nos hace evidente nuestra carencia. Pero en lugar de eso, lo que deberíamos hacer es preguntarnos a menudo ante aquello que poseemos «¿Cómo sería si lo perdiera?». (Schopenhauer)
Lo que no tienes siempre parece más grande y más importante que lo que hoy está ante ti.
Conclusion-automensaje:
Aun si no estás en una buena racha, repara en la serena armonía de un instante. Este mismo.
Quizás un día eches de menos las circunstancias de hoy. O alguna de tus cualidades, que das por inmutables. O algunas personas de las que te acompañan. Siquiera, míralas por un momento.
Emergerá una sensación opuesta a la carencia. Puede que un poco de calma. Bienvenida sea, porque sustituirá al ansia de no estar en el momento feliz que no existe. Este sí existe. Lo tienes ahora. No esperes a echarlo de menos.
Fuente https://tusbuenosmomentos.com/hoy-menos-feliz