Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Management » 4 Cositas que aprendes sobre productividad cuando estás enfermo

4 Cositas que aprendes sobre productividad cuando estás enfermo

Ya estés resfriado o atravieses males mayores, ese estado provisional te obliga a afrontar tus tareas de un modo distinto. Y es un conocimiento útil.

¿Te has fijado en lo que aprendes sobre productividad cuando estás enfermo?

De acuerdo. Cuando estás enfermo, lo último que tienes en la mente es “producir”. Tu principal anhelo es volver a estar bien lo antes posible.

Pero hay misiones importantes que no van a esperar a que estés como una rosa. Entre ellas, las de tu cuidado personal, que habrás de atender en la medida de tus posibilidades: comer, dormir, asearte, desplazarte…

Es más, de tu insistencia en este tipo de misiones dependerá que vayas recobrando un ritmo productivo más alegre.

Pero volvamos al episodio de la enfermedad o de la leve indisposición. Porque hasta un vulgar resfriado hace que te plantees la productividad de manera diferente mientras lo atraviesas.

¿Y aprendes cosas útiles? Desde luego. Por ejemplo, estas cuatro. Aunque hay más. Algunas te conciernen solo a ti y a tus particulares misiones.

1. Aprendes que salud y productividad van juntas

La capacidad de sacar tus misiones adelante no depende tanto del tiempo que tengas, del tiempo que exprimas o de las técnicas que manejes para organizarte, como de la energía que puedas dedicar a lo que haces.

Diez minutos no son los mismos cuando tienes energía para concentrarte, que cuando estás hecho cisco.

De ahí que haya libros de productividad que recomiendan una buena alimentación, la meditación, el ejercicio… Porque son hábitos que te ayudan a estar más saludable.

Y a eso es a lo que aprendes a dar prioridad: a estar lo mejor posible, dentro de tus circunstancias. Ya que descubres de primera mano que, cuando estás enfermo o falto de energía, cualquier misión te viene más larga, hasta la más simple.

2. Aprendes a aprovechar al máximo tus limitados recursos

Cuando tienes poca energía, tu tiempo también se limita. Vas a tardar más tiempo en terminar lo que haces en un santiamén cuando estás pletórico de fuerza y te va a costar más trabajo.

Necesitas elegir con cuidado qué hacer cuando estás más entero o despejado, eliminar distracciones, buscar que no te interrumpan, ser comprensivo contigo y permitirte ir más despacio.

En estos momentos, quizás tu mente no te permite pasarte la tarde estudiando. Tu cuerpo no te sigue cuando pretendes arreglar la cocina en 15 minutos, como haces cuando estás vibrante de fuerza. Y no te queda de otra que administrar muy bien las energías de hoy y arreglártelas con lo que tienes.

Lectura relacionada  El primer dia como jefe

¿Qué es lo mejor del caso? Que lo que aprendes te sirve para más adelante e incluso lo puedes aplicar cuando andas mejor de salud.

3. Afinas tu empatía

– Hay tiempo para todo. Querer es poder. Es que no sabes organizarte…

Dejas a un lado las afirmaciones apresuradas. Tal vez la persona que se queja de que no tiene tiempo, no es que no tenga tiempo material, que le falte disciplina o no sepa cómo establecer prioridades.

Miras más a fondo su situación. Y a veces descubres que su problema es otro: está escasa de fuelle, como tú ahora mismo.

Es muy fácil decir que otra persona es floja o desorganizada cuando la salud te acompaña. Basta un simple dolor de cabeza para que lo veas de otra manera.

4. Descubres a personas que también te entienden a ti

Cuando estás lozano, vistoso y productivo, se acercan personas interesadas en ti y en lo que haces. Muchas más de las que vas a ver si pasas por el trance de estar enfermo una temporada.

Pero estas poquitas, las que quieren entenderte, las que permanecen a tu lado en las malas fechas o las que te brindan una mano… valen oro.

Aprendes a valorar a estos humanos, a apreciar su apoyo y a querer colaborar con ellos. Deseas volver a estar pronto sano para poner tu parte y construir a su lado.

Lo dejo aquí, porque creo que nos basta para sacar un mensaje: cuando estás malo, aprendes cosas que te sirven. Así que, aunque no lo parezca, también es un tiempo productivo.

Fuente: https://tusbuenosmomentos.com/aprendes-productividad-enfermo

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.