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Hacer de cada día, una obra maestra

Por Marcelo Molina

Un joven se acercó a un Maestro de Kenjutsu para ser un alumno. El maestro aceptó y dijo:

-A partir de hoy, tu irás cada día a cortar troncos en el bosque y a buscar el agua en el río.- Esto fue lo que el joven hizo.

Después de tres años, se dirigió al maestro y le dijo:

-Yo he venido para aprender la esgrima y hasta ahora ni siquiera pasé la puerta del Dojo…

-Muy bien, -le dijo el Gran Maestro-, pues hoy tu entrarás. Sígueme. Y desde este momento, tú haces toda la marcha alrededor de la sala, pisando cuidadosamente el borde del tatami pero sin traspasarlo jamás…

El discípulo practicó el ejercicio durante un año, al fin del cual él se encolerizó hasta tal punto que se dirigió al Maestro y grito:

-Me voy, no he aprendido nada del arte que vine a aprender, me voy…

-No, -le dijo el Maestro- hoy voy a continuar enseñándote. Ven conmigo…

El Maestro llevó al joven frente a una montaña, seguidamente al borde de un precipicio enorme. Un tronco de árbol estaba haciendo de puente sobre el vacío…

-Pues bien, pasa para el otro lado,- dijo el Gran Maestro al discípulo, que estaba lleno de terror. 

Mirando al abismo, lleno de miedo y de vértigo, el joven estaba paralizado. En ese momento llega un ciego, que tanteando con su caña, sin rechistar, se mete sobre el frágil pasaje y pasa tranquilamente. No fue preciso más para que el joven perdiera el miedo y a su vez pasará rápidamente al otro lado.

Su maestro le grita:

-Tú dominaste el secreto de la esgrima: abandonar el ego, no temer a la muerte, ser indiferente a las circunstancias adversas. Cortando troncos, desarrollaste la musculatura, marchando con atención al borde del tatami perfeccionaste tu equilibrio, y mira, hoy tu comprendiste el secreto de la “Vía”, creo que serás entre todos el más fuerte…

(Cuento Zen) 

El famoso escritor norteamericano John C. Maxwell nos cuenta en “Hoy es importante” acerca de las 12 prácticas diarias que garantizan el éxito del mañana, y con las cuales podemos hacer del hoy, una “obra maestra”. Y dice que para esto, debemos poner atención a dos ingredientes necesarios, como dos caras de una misma moneda: las DECISIONES y la DISCIPLINA.

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Una sirve para la fijación de metas, y la otra para la obtención de metas. Y no se las puede separar, porque una es inútil sin la otra. Cuando hay buenas decisiones sin disciplina, es como planear sin lograr nunca la recompensa. Y cuando hay disciplina sin buenas decisiones, implica reglamentación sin recompensa…

Esto último es lo que me hizo conectar la idea de Maxwell con el cuento zen, ya que refleja, a mi modo de ver, una verdad casi a gritos: Buenas Decisiones + Disciplina Diaria = Potencial Obra Maestra!

Y es aquí en donde podemos ejercitarnos para lograr la maestría en el arte de encontrar el equilibrio entre tomar decisiones y sostener la demora que media entre el inicio y el final del camino hacia la meta.

Por esto es que yo creo que aquí encontramos los 2 mayores obstáculos a la hora de conseguir el ansiado equilibrio y lograr los resultados deseados:

1. No poder tomar “buenas” decisiones (ACTITUD)
2. No poder sostener las decisiones mediante acciones comprometidas (APTITUD)

Y aquí, otra vez, nos encontramos con el tema del equilibrio: Una persona con la Aptitud necesaria pero con la Actitud inadecuada, derivará en un resultado insatisfactorio. Una persona con la Actitud adecuada, pero sin la Aptitud suficiente, resultará en una frustración constante…

La Aptitud se obtiene mediante la incorporación y ejercitación de saberes adquiridos, es decir, se puede APRENDER. La Actitud, en cambio, es una elección de vida, y por lo tanto, se puede DISEÑAR.

Te dejo, como habitualmente lo hago, algunas preguntas guía para la reflexión personal:

• ¿Cómo anda mi equilibrio en la dupla decisiones-disciplina?

• ¿Tomo buenas decisiones, pero me falta disciplina… mis decisiones no son acertadas pero le pongo mucha y muy buena voluntad al asunto…?

• En caso de que exista… ¿Cuáles son las consecuencias del desequilibrio que observo entre mi Actitud y mi Aptitud?

• ¿Qué cambiaría en mi vida, si tuviera la Aptitud necesaria y/o la Actitud adecuada?

“Aprender a andar en bicicleta no significa aprender a mantener el equilibrio, sino aprender a no perturbar ese equilibrio, aprender a no interferir” Seymour Papert

Te comparto a continuación, a modo de despedida de este post, un video donde podrás observar a Miyoko Shida Rigolo y su maravilloso arte, muestra cabal e indiscutible de que se puede crear equilibrio en la vida! (obviamente, con decisión y con disciplina), y que a veces, el simple peso de una pluma, puede hacer una gran diferencia…! Espero que te nutra de inspiración tanto como a mí!

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Fuente: https://escuelapararicos.net/hacer-de-cada-dia-una-obra-maestra/

 

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