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Los sistemas de Gestión del Desempeño no son una moda

por Antonio Peñalver

Armstrong y Baron definen la gestión del desempeño como “un proceso que contribuye a la gestión eficaz de los individuos y los equipos con el fin de alcanzar altos niveles de rendimiento en la organización”. Como tal, se establece un entendimiento común entre lo que se quiere alcanzar con un enfoque de dirección y desarrollo de las personas que ayude a que se logre.
Básicamente, la gestión del desempeño es el proceso de los recursos humanos cuyo fin es el de que las personas pueden rendir y desplegar al máximo sus capacidades
Siendo más concretos, la gestión el desempeño parte de los objetivos de rendimiento de los colaboradores y en base a su apreciación y feedback a lo largo de todo el ejercicio por parte de sus responsables directos, busca la alineación de las personas con los objetivos, promover mejores resultados de negocio, el desarrollo profesional y la potenciación de la comunicación interna.
Por lo tanto, podemos decir que la gestión del desempeño no es un fin en sí mismo, sino que es un medio de mejora continua de la eficacia profesional, enmarcado en las políticas de recursos humanos de la organización, que se basa en la alineación de los empleados con los objetivos y su desarrollo profesional a través de un proceso activo de comunicación y gestión directiva.
Aunque existen muchas prácticas al respecto, los sistemas de gestión pueden llegar a trabajar, a lo largo de un proceso continuo que se retroalimenta anualmente, cuatro aspectos diferentes:
•  la fijación de objetivos cuantitativos y cualitativos (ligados estos, normalmente, al desarrollo de comportamientos competenciales),
•       el seguimiento de los objetivos y comportamientos,
•       la apreciación de los resultados en base a los objetivos establecidos
•       y el desarrollo de planes de mejora personal.
Todos estos sistemas se enmarcan dentro de los presupuestos, responsabilidades funcionales, competencias y valores de las organizaciones.
Por otro lado, las aplicaciones de estos sistemas pueden variar en función de los aspectos trabajados y las prácticas de recursos humanos de cada organización. Así, como podemos ver cómo, -además de ser una herramienta de reconocimiento positivo o de mejora de los colaboradores-, se aplica para la compensación variable y/o fija, la identificación de necesidades formativas, la identificación de talento, el desarrollo profesional, la promoción o la contratación definitiva.
En todos los casos, la comunicación entre los responsables y colaboradores son clave. Si bien es cierto que normalmente en estos sistemas solo se mantiene una reunión formal de desempeño, la tendencia es a que estas se realicen más veces a lo largo del ejercicio y que las conversaciones informales entre responsables y colaboradores se vinculen más a los objetivos cuantitativos y cualitativos de desempeño.
En sí mismo, la gestión del desempeño no es un proceso único de gestión de personas en las organizaciones, sino un soporte de otros muchos que les permiten ser más eficaces y objetivos, como por ejemplo:
•       la dirección por resultados,
•       la gestión por competencias,
•       la gestión por valores,
•       la gestión directiva,
•       la compensación,
•       la formación,
•       los planes de sucesión,
•       las decisiones de promoción,
•       los planes de carrera,
•       o la selección y contratación.
Herramienta de Calidad Directiva
Sin duda, una de las mayores ventajas de los sistemas del desempeño es que se convierte en herramienta para que los directores gestionen de forma eficaz a sus colaboradores.
A través de este proceso, los directores, mediante un diálogo franco con sus colaboradores, dan a conocer y comprender lo que se espera de las personas, se les ayuda a desarrollar sus habilidades y capacidades, y les prestan la orientación y apoyo que precisen.
A través de este proceso, los directivos son conscientes de las repercusiones de su propio comportamiento en las personas que gestionan y han de identificar y desarrollar comportamientos positivos de implicación con los mismos.
En la gestión del desempeño se trata de establecer una cultura en la que los individuos y los grupos asuman la responsabilidad de la mejora continua de procesos de negocio y de sus propias habilidades, comportamientos y contribuciones. Se trata de compartir las expectativas. Los directivos pueden aclarar lo que esperan de los equipos individuales y para hacerlo, comunicar sus expectativas de cómo debe trabajarse y lo que necesitan de ellos.
De ello, se deduce que la gestión del desempeño propicia la mejora de la calidad de las relaciones entre los directivos y colaboradores, partiendo de una adecuada planificación de objetivos y siguiendo por una comunicación fluida y continua en el tiempo.
Valoración crítica de los sistemas de Gestión del Desempeño
Sin embargo, todavía son muchas las organizaciones que ven en estossistemas una moda y dudan de su utilidad práctica. Otras organizaciones, -debido a que disponen de una cultura totalmente jerarquizada o a que sus sindicatos ven en ello una forma oscura de manipulación, no se atreven a profundizar en las ventajas que pueden ofrecer los mismos.
Por el contrario, numerosos estudios ya demuestran que los sistemas de gestión del desempeño son una valiosa herramienta estratégica de gestión de personas en las organizaciones que pueden reportar numerosos beneficios a las mismas.
Un estudio de DDI, Development Dimensions International, -la conocida y reputada consultora americana de recursos humanos-, en base a sus propios estudios y un meta-análisis de otras empresas como Hewitt, Mercer o Wm Schiemann, he demostrado que los sistemas de gestión del desempeño aportan múltiples beneficios:

•       Influyen especialmente en el alineamiento de las personas con la estrategia;
•       Ayudan al desarrollo de los principales factores de negocio
•       Hacen que se obtengan mayores niveles de rendimiento
•       Ayudan a que la productividad pueda crecer por encima del 50%
•      Se obtienen mayores beneficios, mejores flujos de caja y mejor valor de la compañías en el mercado
•       Facilitan el desarrollo de la cultura organizativa
•       Permiten maximizar al capital humano, en términos cualitativos y cuantitativos
•       Influyen en clarificar la comunicación

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En base a mi experiencia en este campo en numerosas y significativas organizaciones, los sistemas de gestión del desempeño también ofrecen otros beneficios a las organizaciones:

•     Favorecen una mejor calidad directiva. En realidad, promueven el desarrollo de los estilos directivos que se han demostrado son eficaces a largo plazo, como el relacional, el orientativo, el participativo  y el desarrollador.
•       Aportan información de calidad para la gestión del capital humano. Por ejemplo, para su incorporación o para su segmentación y tratamiento diferenciado. En mi experiencia, la información directa y cruzada que aporta estos sistemas es muy valorada por los comité de dirección.

Pero no todo es de color de rosa. Los sistemas de gestión del desempeño han de salvar ciertas resistencias por parte de muchos de los colectivos claves de las organizaciones:
•       Los mandos han de asumir que han de dedicar tiempo a sus colaboradores y no solo en un momento dado –al principio o final del ejercicio-, sino a lo largo de todo el año.
•  Los empleados han de asumir que tienen que ceñirse a unos retos formalmente establecidos y que puedan ser reconocidos en positivo o para mejorar por sus resultados.
•   Los sindicatos han de asumir que se abre un canal directo de relación entre los empleados y sus responsables directo, al margen de ellos.
•       Los profesionales de recursos humanos han de aceptar que son los directivos y mandos intermedios los principales directores de recursos humanos.

Es obvio que este tipo de resistencias son más culturales que prácticas.

Los sistemas de gestión del desempeño aportan muchísimo más beneficios que perjuicios a las organizaciones y sus miembros.
Es por ello por lo que los sistemas de gestión del desempeño no sean una moda.

Estos sistemas están implantados en casi todas las organizaciones de éxito, planteando, -si no lo han hecho ya-, expandirlos paulatinamente a la mayoría de sus colectivos. Y cada vez, son más organizaciones que los implantan
Claves del éxito de los sistemas de Gestión del Desempeño

Lo cierto es que el desarrollo de este tipo de sistemas requiere de tiempo para que se implanten con éxito en las organizaciones, utilizando una continua pedagogía organizativa y adaptándose permanentemente a las circunstancias cambiantes de las organizaciones.
Son muchas y complementarias las vías para favorecer el desarrollo con éxito de los sistemas de gestión del desempeño. Veamos algunas de ellas:

•      Realizar un diseño simple. Es decir, que sea fácil de entender y de utilizar por parte de todos los usuarios.
•   Responder ala estrategia y políticas de la organización y al máximo posible, a las expectativas de los jefes y empleados.
•       Conseguir un equipo directivo sensibilizado e involucrado, alineado con las políticas de Recursos Humanos y que se sienta ”gestor” de sus colaboradores.
•       Favorecer la autoevaluación del empleado con el fin de facilitar la reflexión y el dialogo franco entre responsable y colaborador.
•  Disponer de una sólida aplicación informáticapara el soporte del sistema y su administración.
•       Asociar un conjunto de acciones de comunicación que sensibilice positivamente, pero de forma realista, a todas las personas implicadas, en base a la información continua sobre los beneficios que les aporta (a ellos y la organización).
•       Desarrollar un programa continuo de formaciónpara mandos y colaboradores para que quieran involucrase, sepan gestionar el sistema y desarrollen las habilidades claves de conversación. Esta acción formativa, ha de formar parte de proceso de formación continua de los trabajadores.
•    Integrar esta herramienta con el resto de los procesos críticos de recursos humanos: selección, compensación, formación y desarrollo.
•   Realizar una implantación secuenciada del sistema en distintas fases, facilitando al máximo el uso del sistema, principalmente, en sus primeros pasos.
•     Auditar periódicamente de forma cuantitativa y cualitativa el sistema, efectuando de forma continua los cambios necesarios para adaptarlo a la realidad organizativa y las expectativas de los empleados.
Socio director de People First Consulting

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