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Empresa, no espantes a los millennials

Las empresas se enfrentan en la actualidad a una nueva y difícil realidad: millenials con talento que abandonan sus puestos de trabajo buscando nuevas oportunidades laborales, con mejores beneficios o con mayores facilidades para conciliar.

Estos profesionales, de entre 19 y 39 años de edad, suman en España unos 8 millones, y más de la mitad han ido a la universidad. Pronto representarán el 75 % de la fuerza laboral en nuestro país.

“Para los millennials, trabajo y felicidad son casi sinónimos y van de la mano. Es un tándem indivisible, por lo que cuando un millennial deja de ser feliz en su puesto de trabajo, es muy probable que no tarde en abandonarlo”, afirma Ana Sarmiento, coach certificada y experta en liderazgo y diversidad laboral.

¿Qué quiere un millennial de la empresa para la que trabaja?

“Un millennial busca sentirse realizado a nivel personal y profesional. A diferencia de las generaciones anteriores, no están dispuestos a comprometer sus valores a cambio de un salario. Quieren trabajar por un propósito, tener autonomía y hacerlo en ambiente de bienestar. No trabajan solo por dinero y no ansían a un puesto fijo de por vida. Un desencanto puede marcar el comienzo del fin en su relación con la empresa, y, gracias a la tecnología y la globalización, cuentan más opciones laborales que sus antecesores. Ellos no están amarrados a las opciones tradicionales”, sostiene Sarmiento.

¿Qué consigue espantar al talento millennial?

Sarmiento reflexiona sobre cinco motivos que consiguen que un millennial quiera dejar su trabajo, y ofrece una serie de consejos para fidelizar su talento:

1. Jefes inaccesibles. El modelo de negocio con el jefe en la cumbre está obsoleto. Ya no hablamos de superiores, sino de facilitadores, de líderes que comparten su liderazgo y se implican. Si una empresa quiere fidelizar a un trabajador millennial, el primer paso será eliminar las barreras que hay entre sus empleados millennials y los ‘jefes’.

Los líderes tienen por delante la labor de ser cercanos y disponibles. Si para hablar con ellos hay que pedir cita, esperar a que ocurra un milagro en su agenda o sobornar a su asistente, están haciendo puntos para que el millennial coja puerta.

2. No darle permiso para resolver asuntos personales. La realización en el trabajo es muy importante para esta generación, pero no están dispuestos a sacrificar su vida personal para lograrlo. Si la empresa invade su tiempo libre con chats fuera de horas de oficina o emails en fin de semana, consideran justo que la vida personal se mezcle con el horario laboral. Pero exigir solo en una dirección y no hacer concesiones espanta hasta el más consagrado de los millennials.

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3. Prohibir que use las redes sociales. Es verdad, no es un cliché. El 56 % de los millennials no aceptarían un trabajo en el que no pudieran conectarse a las redes sociales. El móvil y el contacto con el mundo a través de él son indispensables. No solo sirve parea chatear con los amigos, también para hacer networking, ver qué hacen los competidores o noticias de interés para la industria. Estamos en el siglo XXI, y se ha vuelto una extensión de nuestro cerebro.

4. Ser un sabelotodo. Nada sacará corriendo más rápido a un millennial de una empresa que un jefe o colega que crea que se las sabe todas y no tiene nada que aprender de los demás. En muchos casos su educación supera a la de sus jefes, y puede que, por falta de humildad, una empresa esté perdiendo información valiosa que el millennial puede aportar.

Los compañeros y jefes deberían escuchar y valorar su opinión, y evitar anclarse en el pasado y decir cosas como “es que esto siempre se ha hecho así” cuando un millennial presente una idea.

5. No darle feedback. Los millennials crecieron con retroalimentación constante de padres y maestros, y tienen la necesidad de saber qué terreno están pisando. Si un jefe se queda callado como una tumba y no les dice si van bien o mal, les deja sin norte. Perdidos.

Hay que procurar que el feedback sobre su trabajo sea constante, cercano y no una vez al año en la evaluación de desempeño. Si es una vez al año, quizá ya se haya ido de la empresa cuando llegue ese momento.

Sarmiento concluye que el reto de las empresas no es conseguir que la generación millennial cambie y se adapte a ellos, sino que las organizaciones evolucionen y le den también cabida a los valores de las nuevas generaciones, y no solo a los de la vieja guardia.

Fuente https://www.rrhhpress.com/index.php?option=com_content&view=article&id=46720:empresa-no-espantes-a-los-millennials&catid=10031:generaciones

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