El objetivo final es convertir a completos desconocidos en clientes evangelizadores, aquellos que promocionan gratuitamente tus productos entre sus conocidos.

Este proceso tiene una serie de elementos científicamente diseñados para capturar el interés, capacitar, filtrar e incentivar a esa gente para que realice las diferentes acciones que tú propones y realice la compra de tu producto o servicio.

El inicio de este proceso que tiene como principal objetivo «despertar el interés de las personas sobre algo que deseas anunciar».

El punto importante aquí es: ¿Cómo se despierta el interés, cómo se llama la atención de las personas?

La respuesta es, mostrándoles un avance de lo que verán.

¿Puedes mostrar tu avance o presentación a todo el mundo?

Probablemente no… entonces, si tuvieras que elegir a quienes mostrarles tu presentación, ¿a quienes elegirías?

A las personas que habitualmente consumen ese tipo de producto o servicio, dicho con otras palabras, a tu mercado objetivo.

De la misma manera que si quieres hablar con un grupo de gente los convocas a un lugar llamándolos para que se reúnan y presten atención, tú debes reunir a tu público objetivo o ir a donde ellos se reúnen.

Eso es justamente lo que hacen los publicistas, realizan sus comunicaciones en los lugares y horarios en donde se reúne cada segmento del mercado.

Por ejemplo, si vas al cine, nota como antes de que empiece la película por la cual pagaste, te pasan avances de otras películas similares, para despertarte el interés.

Esos avances, que son publicidad, son diferentes según el horario y la película, no te publicitan una película para niños si vas a ver una película de acción en el horario de trasnoche.

Continuando en la misma línea de los avances en las películas, para que este embudo de marketing sea todo un éxito, las gráficas, las escenas, los efectos especiales, el sonido, etc. deben ser atractivas y de excelente calidad, porque de lo contrario no habrá mucho interés.

Cada elemento publicitario del embudo de marketing debe sugerir una única acción, seguir o abandonar.

Los que siguen son un público más selecto, más filtrado, más interesado.

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A esta gente debes fidelizarla, construir una relación con ellos, dale valor con cada nuevo contacto.

También debes generar intriga, esto se llama “cliff hanging” – cliff-hanging adj. muy emocionante (por su final dudoso y apasionante), que tiene a todos pendientes de su resultado -, para que la curiosidad los lleve a realizar la acción que tu propones para pasar al próximo nivel.

Las acciones pueden ser inscribirse, solicitar material promocional, llamar, comprar, asociarse, realizar una visita o lo que tú consideres según el diseño de tu proceso de marketing de respuesta directa.

El proceso, además te da derecho a intentar cerrar la venta.

Es como cuando sales con amigos, conoces una chica, la invitas al cine, luego la invitas a cenar, eso te da derecho a intentar besarla, la besas, le presentas a tu familia, ahora te has ganado el derecho a pedirle matrimonio ¿Entiendes?

Lo mismo pasa con los clientes, deben decirte muchas veces que si antes de que tú te ganes el derecho de ofrecerle tus bienes a la venta.

Luego de la primera venta, si logras fidelizarlos, las ventas subsiguientes se harán con mucho menos esfuerzo.

Me gustaría que me dejes tus preguntas y comentarios sobre el embudo de marketing, yo mismo te contestaré.

Santiago Botas – Consultor de gestión empresarial
Creador del curso: GestiónEmpresarialRentable.com
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