Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Toma de Decisiones » Estrategias para tomar decisiones cuando tienes dudas

Estrategias para tomar decisiones cuando tienes dudas

Por Cristina López

Decisiones hay que tomar todos los días, consciente o inconscientemente. Algunas las tomamos sin darnos ni cuenta,  otras les damos muchas vueltas y otras creemos que no las llegamos a tomar nunca. . .pero estamos equivocadas. Aunque creas que no decides si blanco o negro, si derecha o izquierda, alguien lo hará por ti. Ahora pensarás: ¿y quién va a venir a decidir por mí? No es que haya alguien físicamente a tu lado usando tus palabras, sino que el hecho de no tomar una decisión es tomarla en otro sentido. Voy a explicarme.

Cuando tenemos dudas porque no sabemos qué decidir, nos tomamos nuestro tiempo, hay gente que necesita minutos, otras unas horas, otras días, otras meses y otras simplemente van posponiéndolo eternamente. Depende de muchos factores, del tipo de decisión, de la importancia de ésta, de la situación, de lo que arriesguemos, del precio que tenemos que pagar. . .en fin, depende de cada momento y cada circunstancia. Cuesta un poco entonces generalizar. Lo que sí está claro es que cuando posponemos algo importante, esperamos que la situación sea idónea, que estemos preparadas, que sea el momento oportuno, que se de un entorno adecuado, total, que seguimos y seguimos en un bucle que va dando vueltas y vueltas y la situación que tenemos no cambia, es más, muchas veces empeora porque estamos estancadas valorando todavía si me atrevo o no, las posibles consecuencias y dudando del resultado.

A todas nos ha pasado, yo creo que en un porcentaje muy alto en algún momento pasas por una situación así. ¿Y qué resultado obtienes? Que te sientes frustrada, con ansiedad y vas bajando el nivel de confianza que tienes en ti precisamente por esa misma situación. No digo que tengas que decidir las cosas al tun tun, ni que te apriete nadie para que hagas algo cuando no te sientes preparada, pero entre tomarte un tiempo y preferir quedarte como estas indefinidamente (que se supone no es la situación ideal y por eso quieres cambiar) hay un trecho.

¿Te ha pasado alguna vez que tienes una idea, se te ocurre algo y al cabo de un tiempo ves que alguien ha tenido la misma o una muy muy parecida y se te adelantó? A mi sí. Cuando veía que alguien había implementado lo que a mi se me había ocurrido me enfadaba mucho conmigo misma por no haber tomado la decisión en ese momento. Parecía que alguien le hubiera contado mis pensamientos. Quizás no de la misma forma exacta, pero si preocupantemente parecida. La gente que se mueve, que es proactiva, que tiene éxito muchas veces es porque implementa, actúa, mientras otras todavía se lo están pensando. Simplemente se pusieron manos a la obra y empezaron a buscar cómo podían hacer lo que querían en lugar de dar vueltas y vueltas sin tomar la decisión. Concluí que a veces la rapidez en tomar una decisión, aparte de que ganas tiempo y velocidad, te ayuda a adelantarte a otros y marcar una diferencia, una diferencia importante.

Lectura relacionada  La intuición, un refuerzo para la razón

Después de unas cuantas veces, decidí que no me podía volver a pasar, así que no tomo las decisiones a la ligera, pero no me demoro en valorar si algo me interesa o no. Veamos cómo podemos hacer que tomar decisiones sea algo que fluya más y que no sea una pesada losa que llevemos a cuestas por mucho tiempo.

Valora lo que estas decidiendo

Hay que ver si realmente la decisión que tienes que tomar depende de ti, o sea, si tienes que tener la plena responsabilidad sobre la misma. Así que habrá que tener en cuenta qué afecta el resultado y cómo. ¿Qué grado de compromiso tenemos con lo que estamos decidiendo, estamos muy involucradas, nos importa mucho, poco o nos da igual? No es lo mismo tomar la decisión de qué nos vamos a poner para ir a una fiesta o decidir cuánto vamos a invertir en nuestra empresa durante el año siguiente. ¿cuán importante es para ti el resultado de esa decisión? Esa es una pregunta importante. Y después márcate un tiempo máximo, en ese periodo hay que tomar una decisión.

Lista de pros y contras

Evidentemente todo tiene un riesgo y mucha gente no toma decisiones por miedo a no acertar y tomar la decisión equivocada. Así que siempre corremos riesgos, grandes o pequeños, pero lo que tienes que tener muy claro es que no tomar ninguna, ya es un riesgo en sí misma, quedarte como estás o peor aún. Te recomiendo que hagas una lista de las ventajas e inconvenientes que puede suponerte decidir una cosa u otra, en el caso de tener dos opciones, eso vale para tantas opciones como tengamos.

Verifica tu feeling

Una vez hayas tomado la decisión cierra los ojos y siéntela. Es importante saber qué sentimos frente a la decisión que hemos tomado. Eso no quiere decir que sea una confirmación como: ¡Has tomado la decisión correcta! Te sentirás un poco inquieta, incómoda y aún con temor por no saber si es acertada, pero no importa es normal y necesario sentirte así. Lo importante es que debajo de todo ese temor y esas dudas nos “sintamos” como si hubiéramos obtenido el resultado que queríamos, nuestro objetivo cumplido y estamos felices por haberlo hecho y que nos haya salido como esperábamos. Si es así, estupendo, hay que actuar a pesar del miedo a lo incierto y a fracasar, pero si ese miedo es tan grande, que no te hace sentir un poco incómoda, sino que es tan grande que te provoca ansiedad o realmente te sientes mal, no lo hagas, quizás no es momento de hacerlo. Siempre tienes que llevar tus limitaciones al máximo, para poder tirarte a la piscina, pero si ves que ésta no tiene agua y está profunda, llénala rápido. . .

Lectura relacionada  4 causas que diluyen el buen juicio

Qué “precio” vas a pagar por no tomarla

Ya hemos comentado esa parte, pero no me cansaré de repetirla, no tomar una decisión y no tomar acción tiene unas consecuencias. Puede que no las veas inmediatamente, pero créeme, las tiene. Y no me refiere al precio como la vertiente económica, no, esa es una de ellas. Por lo pronto nos quedamos en la misma situación en la que nos encontramos, esa que queríamos cambiar ¿recuerdas? Porque en ese momento no nos parece tan malo (bueno, pues me quedo como estoy), pero pasan los días, pasan los meses e incluso los años. . .y seguimos lamentando todo lo que hemos dejado de ser, de hacer o de tener, porque creemos que seguimos igual, pero lo que pasa es que seguimos más frustradas, con más desanimo, menos seguridad en nosotras mismas por no haber hecho lo que un día creímos que podíamos haber hecho y dejamos de creer en nuestras capacidades. Entonces nos damos cuenta de las oportunidades que nos hemos perdido y de todo aquello que no hemos disfrutado y vivido por no haber tomado una decisión. Piensa en cuál es el precio que pagarás por no hacerlo.

Que tienes que perder

Ese punto es el que normalmente valoramos  la hora de tomar una decisión. Tenemos que saber qué riesgo estamos asumiendo. De hecho va muy asociado al punto anterior. Piensa: Y si era la decisión equivocada, ¿qué consecuencias puede tener? ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? Los seres humanos tenemos una tendencia natural aponernos siempre en lo peor, así que no te será complicado. Normalmente lo peor que puede ocurrir no es tan grave. Ya sé que suena un poco frívolo decir eso, puedes pensar que pierdes una inversión, dinero, que retrasa el conseguir tu objetivo, que te da rabia, te enfadas contigo misma, que pierdes autoestima porque crees que ya no sabes ni tomar buenas decisiones. . .muchas cosas pueden ocurrir, pero aún así hay que verlo como un aprendizaje, como una experiencia, como algo necesario incluso a veces para dar el siguiente paso, aunque eso lo valoramos cuando tomamos un poco de distancia. Pero el atrevernos a veces a tomar acción, decisiones, nos hace fuertes, nos enseña que somos capaces de muchas cosas, que si hemos podido una vez, podremos diez y de que algo importante es que nos superemos a nosotras mismas cada día un poquito. ¿Vale la pena entonces correr el riesgo? Solo tú puedes saberlo.

Lectura relacionada  Influencias y sesgos en el proceso de toma de decisiones.

Si aun así te sientes insegura, plantéate pedir a alguien que te ayude, porqué el apoyo, la guía y el hecho de que crean en ti, más incluso que tú misma, hace milagros. Lo único que necesitas es confiar en ti, confiar en que tomaras la mejor decisión según el momento y la circunstancia y de que pase lo que pase, lo vivirás intensamente, porque así es como construimos nuestra vida, a base de pasión, esfuerzo, perseverancia y compromiso.

Fuente: https://mentemprendedora.com/estrategias-para-tomar-decisiones-cuando-tienes-dudas/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.