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Cómo lograr vivir más en el presente cuando todo parece indicar que no es posible

La vida siempre está en el ahora, y los que no sabemos vivir el presente somos nosotros. Nuestra querida cabecita se pasa más  tiempo del deseado despistada, vagando en algún lugar entre el pasado y las preocupaciones del futuro.

Por otro lado, el mundo, la sociedad en la que vivimos, el marketing, compiten de manera feroz por nuestra atención. Las obligaciones diarias, las urgencias, las notificaciones, la tecnología y las constantes interrupciones hacen el resto para sacarnos del preciado presente.

Todos estos son elementos que desvían y se adueñan de nuestra atención, convirtiéndonos en ocasiones en marionetas emocionales, hipnotizados por tanto ruido y dispersión; algo que nos roba la energía física y mental, perjudicando nuestra calidad de vida emocional, reduciendo también la concentración y la productividad.

1. ¿QUÉ ES VIVIR EL PRESENTE? ¿QUÉ SIGNIFICA EL AQUÍ Y AHORA?

Escuchamos muchas veces vive el presente, pero ¿qué es realmente eso?. Algo tan antiguo y buscado como la mítica frase en Latín nacida en tiempos del imperio de romano: Carpe diem, que viene a ser toma el día, aprovecha el momento. En definitiva, vive el presente.

Vivir el presente no es cuestión de hacer locuras de forma irresponsable, ni tampoco es libertinaje o el me da igual. Ante todo es ser capaces de mantener nuestra mente y nuestra atención en el aquí y ahora, ser capaces de vivir el momento actual, para no perdernos la vida distraídos en pensamientos del pasado y el futuro.

Ese es el principal motivo del enorme gran auge de la meditación, el Mindfulness y otras ancestrales técnicas que se centran en el aprendizaje de la atención plena en el presente. El objetivo es aprender a parar nuestra mente de tanto ruido y dispersión, para mejorar la capacidad de atención al presente y así mejorar nuestra calidad de vida emocional.

 

2. TÉCNICAS Y CONSEJOS PARA VIVIR EL PRESENTE

Además de la meditación, estas son algunas de las claves para aprender a vivir más el presente:

1. Se agradecido

El agradecimiento ahuyenta la preocupación y nos ayuda a enfocarnos en el presente, en lo que sí tenemos, en vez pasarnos la vida pensando en lo que nos falta, lo cual genera la sensación de carencia, de preocupación y ansiedad, de no haber logrado lo bastante. Cuanto más agradecidos somos ,menos preocupados y más agraciados nos sentiremos. ¿Cómo puedo agradecer más lo que tengo?

2. El aquí y ahora es observar

Para, respira, observa a tu alrededor, madruga para ver un amanecer, un atardecer, pisa la hierba descalzo, aprecia el olor del café, del nuevo día. Mira menos hacia abajo, al móvil, la vida no está en esa pantalla; levanta la cabeza, observa las nubes, el cielo, la naturaleza, pon atención a lo que te rodea, aprecia y da gracias por las pequeñas cosas que, a estas alturas, ya sabes que son las grandes.

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3. Enfócate en lo importante

¿A dónde va tu mente cada mañana? A donde va tu mente, allí va tu energía. Si no tenemos unos objetivos, prioridades y metas claras, la dispersión nos ataca como un virus y se adueña de nuestra mente y nos roba la energía mental y física.  Cuando tenemos las prioridades claras y los objetivos definidos, tenemos una mayor control, una sensación de mayor sentido y dirección y nos ayuda a divagar menos y estar más en el presente.

4. Estar presente es prestar más atención a tus pensamientos y emociones

Cada vez que entramos en espirales de pensamientos y emociones negativas, tenemos que parar y profundizar, para darnos cuenta hacia dónde va nuestra mente. Nos daremos cuenta de que lo más probable es que se haya perdido divagando entre preocupaciones imaginarias, anticipando situaciones negativas o magnificándolas de manera catastrofista.

No te creas todo lo que piensas, no eres tus pensamientos; son solo eso: pensamientos, no realidades. Pero nuestro cuerpo no las distingue y eso nos hace sufrir innecesariamente, así que no les des tanta importancia y déjalos pasar. Por eso, es tan importante conectar con el presente, respirar, recuperar la atención y dirigir nuestras acciones al ahora, a lo que sí podemos hacer en este momento.

5. Suelta la necesidad de control

La obsesión por el control y la seguridad provoca justo el efecto contrario, ya que nos llena de incertidumbre, ansiedad y preocupación en el presente.

Cuando más fuerte sea la necesidad de seguridad, más sufrimiento. Es entonces cuando nos pasaremos la vida persiguiendo eso que creemos que nos dará la seguridad y siempre parece que es algo que está más adelante, en el futuro, en otro momento mejor y ese es el verdadero aniquilador del presente. La verdadera seguridad proviene de la confianza en uno mismo para enfrentarse a las situaciones que aparecen en nuestra vida con más seguridad y determinación.

Cuanto mayor sea la capacidad para vivir con un mayor grado de  incertidumbre, menor será el nivel de ansiedad y preocupación, por lo que podremos vivir más en el presente y disfrutar más de la vida.

6. El pasado pasó, déjalo atrás 

No podemos permitir que algo del pasado, que algo que ya pasó, siga influyendo en nuestro presente. Tenemos que aprender a convertir cada derrota, cada fracaso y cada problema en una lección de vida, aprendizaje y superación. Perdona y perdónate, porque es necesario para avanzar libre.

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Tu pasado no determina tu futuro, aprende de él, pero no vuelvas atrás con remordimientos de lo que podría haber sido o lo que podrías haber hecho. Lo más seguro es que en aquel momento hiciste lo mejor que pudiste con lo que sabías en aquel momento. Ya no eres aquella persona, has crecido y evolucionado, así que deja de mirar atrás y céntrate en el presente, que es donde vives y donde estás ahora.

7. Desconecta para conectar 

Trabajar sin parar, sin descanso, sin desconectar, reduce nuestra capacidad de ser realmente productivos, reduce la concentración y la capacidad de disfrutar del presente.

Menos es más. Hay que afilar el hacha para ser más efectivos, tenemos que desconectar más para recuperar energía y concentración. Autoexigirnos de manera desproporcionada no nos hace mejores y sí nos hace sufrir más.

Aprende a parar, a desconectar para respirar; ten momentos de calidad para ti. Te mereces esos pequeños regalos de tiempo para observar, sentir, parar el mundo, apreciar lo bueno que sí tienes alrededor, preocuparse menos por el futuro y dar gracias para vivir y disfrutar más en el presente.

Fuente https://javieririondo.es/2018/07/15/vivir-el-presente/

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